El éxito de unos pocos y el fracaso de muchos solo puede conducirnos a la destrucción de nuestra especie’
FRANCISCO JAVIER LÓPEZ MARTÍ elsaltodiario.com
Hace 50 años el mundo cambiaba a un ritmo acorde con la especie humana, mientras que ahora un adolescente puede considerar viejo a un joven de 20 años que ha perdido el tren de la última red social, o que no sabe utilizar la última terminología de moda.
Hay quienes se dedican a predecir los empleos que tendremos dentro de unos años, o unas décadas, pero lo cierto, aunque no queramos verlo, es que basta permanecer atentos a los movimientos del planeta para darnos cuenta de que nadie sabe de verdad hacia dónde se encamina nuestro destino.
Tan pronto alguien nos miente que las máquinas lo harán todo y nosotros no tendremos otra cosa que hacer que esperar a que alguna de ellas atienda nuestros más increíbles deseos, o nos reclame para ser reparada, como otro nos profetiza un futuro como especie en el planeta Marte, eso sí, terraformado.
Nadie repara en que eso significa aceptar la autodestrucción, la muerte de la Tierra, para que unos pocos puedan escapar en cohetes hacia un dudoso futuro, en otro planeta.
Un planeta marciano que, por más que lo intentemos, nunca podremos convertir en una Tierra
medianamente aceptable.
Si hoy tuviera que dirigirme a algunos jóvenes para responder a su inquietud sobre los empleos futuros que les esperan y la formación necesaria para ellos, no tendría más remedio que aconsejarles que, hoy como ayer, se preparen para aprender durante toda la vida y que se conviertan en flexibles para afrontar los cambios acelerados que se producen y se seguirán produciendo, sin que nadie sepa
muy bien hacia dónde.
Y tendría que decirles también que no piensen qué profesión les puede ofrecer más dinero y más poder, sino qué cosas les gustaría hacer en el futuro, porque les apetece hacerlas ya.
Nadie será medianamente feliz haciendo cosas que no le gustan. Porque además, si en algo coinciden los expertos, los profetas y los tertulianos, es en que el mundo al que vamos es difícilmente predecible y nada previsible.
Y, por último, podría intentar compartir con ellas, con ellos, que no hay más remedio que cambiar la lógica de la competencia salvaje que nos han hecho aceptar, para aprender a cooperar, trabajar en equipo, porque el éxito de unos pocos y el fracaso de muchos solo puede conducirnos a la destrucción de nuestra especie.
No la destrucción del mundo, cuidado, que el mundo seguirá aquí cuando nosotros ya hayamos desaparecido. •
Durante la universidad, para poder comprarme todo lo que, según mis padres, era totalmente innecesario, empecé a trabajar los fines de semana en la guardarropía de una conocida discoteca de Brescia, mi ciudad natal.
Todavía recuerdo lo obsesivos que éramos los chicos hablando de coches y motores.
Con 19 años y un carnet de conducir recién estrenado, teníamos ganas de comernos el mundo sobre ruedas.
Cada semana esperaba que mi padre volviera a casa con sus revistas de coches preferidas para poder descubrir las últimas novedades y soñar con poder comprarme, aunque fuese de segunda mano, uno de estos inalcanzables bólidos a motor. (más…)
Con diez años tuvo sus primeras alucinaciones, en aquel momento no sabía que le iban a salvar la vida. Yayoi Kusama es hoy la artista japonesa más internacional.
Por Etelvina Miranda
Los puntos son la obsesión de la artista japonesa Yayoi Kusama.

MARC JACOBS Y YAYOI KUSAMA, frente al estudio de la artista en Tokio en 2006. ©Kishin Shinoyama.
Sin embargo, este elemento tan sencillo es la principal característica de su obra que no deja indiferente a nadie.

Anatomic explosion (EXPLOSIÓN DE ANATOM ÍA) es el happening que Kusama realizó en 1968 y que ahora se encuentra en la New York Stock Exchange.
Igualmente es protagonista de sus propias composiciones, Kusama confiesa que su trabajo es producto de las alucinaciones que viene padeciendo desde la infancia.

KUSAMA EN 1967. La propia destrucción, Juego de caballos. La artista nipona transformando el mundo a través de sus famosos lunares. Nada, ni ella misma, se libra de ‘su locura creativa’. Hoy es una de las artistas japonesas más internacionales.
El prestigioso diseñador Louis Vuitton ha escogido a la artista nipona como colaboradora en su último proyecto y juntos han creado una nueva colección de moda y complementos que está revolucionando las tendencias actuales.
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Una fusión entre arte y moda protagonizada por la obsesión de los patrones en serie.

La artista en un happening en la calle 14 de Nueva York en 1966. Foto de Eikoh Hosoe.
Artista revolucionaria y gran activista en su juventud, Kusama acepta con normalidad su enfermedad mental.
Sin embargo, reside por voluntad propia desde hace más de 30 años en un centro psiquiátrico que abandona cada día en un autobús decorado con lunares, de camino a su estudio de creación.
Además, Kusama ha declarado en numerosas ocasiones que su arte es el reflejo de su salud mental.
La artista nipona comenzó a pintar a los diez años cuando aparecieron sus primeras alucinaciones en las que los puntos y los patrones en serie conformaban todo su alrededor.

Macaroni cort. Obra Mix media (118,5 x 80,3 x 12,0 cm) creada por Kusama en 1963 y que pertenece a la colección del Museo de Arte Itabashi de Tokio.
La artista asegura que no hay nada más fascinante que la política.

Anatomic explosioN (EXPLOSIÓN DE ANATOM ÍA) es el happening que Kusama realizó en 1968 y que ahora se encuentra en la New York Stock Exchange. With Infinity Net (Con Infinitos Puntos), realizada en en 1961. Una instalación de la artista nipona Infinity Mirror Room-Kusama’s Peeo Show/ Endless Love Show, de 1966 y
adquirida por la galería Castellana Gallery New York.
Por lo tanto, conocidas fueron sus performances en los 70 en las que aparecía con hombres y mujeres desnudos, siempre reivindicando alguna causa política.
‘Si no fuera por el arte, yo ya me habría suicidado’, asegura Kusama, quien ha encontrado en la disciplina artística el modo de canalizar sus alucinaciones y obsesiones.
Por ello ‘Seguiré pintando hasta que me muera’ , afirma la nipona.
Asimismo, los colores vivos y brillantes, las formas geométricas redondas y alargadas o la obsesión por los patrones de puntos son algunas de las características que acuñan el sello de identidad Kusama.

Instalacción Mixed Media realizada en200, Dots Obsession New Century(Le Consortium, Dijon, Francia).
Finalmente, es una artista que también se incluye como protagonista en sus propias composiciones en lo que parece un escenario sacado de su propia ilusión.
Por el interés general, la democracia debería, para ser auténtica, disponer de los mecanismos que no permitieran que la ‘mayoría parlamentaria absoluta’ (la palabra ‘absoluta’ es incompatible con ‘democracia’) aprobara leyes que cuentan con el rechazo unánime de la oposición y que, por tanto, durarán lo que dure el partido en el gobierno, aumentando la objeción de conciencia y la desobediencia ciudadana.
Para impedir el funcionamiento del ‘rodillo’ mayoritario, especialmente en leyes relativas a aspectos esenciales, pilares de la democracia, como la educación, la justicia, la sanidad, los derechos humanos, etc. que afectan a toda la sociedad, es apremiante incorporar los valores democráticos como ejes del comportamiento cotidiano de los ciudadanos.
Democracia política, social, económica, cultural, internacional: éstas son las principales dimensiones que incluye la Declaración que hemos elaborado para que, en poco tiempo, sean realmente ‘los pueblos’ y no unos cuantos encumbrados en inapropiadas estructuras de representación, los que tomen en las manos las riendas del destino común.
El poder ciudadano –ahora, por fin, gracias a las nuevas tecnologías, capaz de expresarse libremente- debe, en una inflexión histórica de la fuerza a la palabra, sustituir los andamiajes actuales por sólidas estructuras democráticas.
Empezando, a escala local, por asegurar la independencia de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial en España; siguiendo, en Europa, por la construcción de una Unión política y económica, para que las arbitrariedades de una unión monetaria (se empezó la casa por el tejado) cesen de inmediato; y acometiendo, acto seguido, la eliminación de los grupos oligárquicos y plutocráticos que el neoliberalismo impuso en lugar de unas Naciones Unidas fortalecidas.
Haber centrado el futuro en el mercado, debilitando el Estado-nación y las instituciones multilaterales, es un error con un precio social enorme, que no puede disimularse en los flecos de la macroeconomía.
Sólo en un contexto genuinamente democrático la justicia social prevalecerá.
Y se pondrán plenamente en práctica los derechos humanos. •
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FEDERICO MAYOR ZARAGOZA, presidente de la Fundación Cultura de Paz, exdirector general de la UNESCO.
Muchas de las amenazas de la inteligencia artificial no las podemos barruntar hoy
Por MIGUEL ÁNGEL CALDERÓN
Director de Comunicación de Amnistía Internacional España
Fotografía: © Sara Sapetti
‘Juez Dredd’ es una película de los noventa que tiene lugar en un futuro distópico en el que las ciudades están controladas por jueces autoritarios, con poderes para hacer cumplir la ley y actuar como jueces y verdugos al mismo tiempo.
Es un argumento perturbador porque anticipa un mundo de pesadilla en el que los ciudadanos no tienen recurso posible ante una decisión judicial, dado que la sentencia y la ejecución de la sentencia son casi simultáneas.
Parece difícil de imaginar que algo así llegue a ocurrir en la vida real en un sistema de justicia moderno, pero también cabe la posibilidad de que la película no haya errado completamente
en su diagnóstico de futuro. (más…)
Los grandes cambios no requieren de toda la humanidad.
Basta con que haya una parte que tenga la convicción testaruda’
MARÍA GONZÁLEZ REYES elsaltodiario.com
Escuché la anécdota en el marco de una investigación sobre cómo nos percibimos los humanos en relación a la naturaleza.
‘Píntate’, le habían dicho a una niña de cinco años que vive en una ciudad, de piel clara, con habitación propia.
Y se dibujó en el centro de la hoja. Dos ojos, boca, cuerpo que sale del cuello hacia abajo. Dos brazos,
dos piernas.
Se le olvidó la nariz.
‘Píntate’, le dijeron a otra niña de cinco años.
Indígena, en contacto permanente con el entorno natural en el que vive, que sabe sembrar y recolectar.
Y dibujó varias caras distribuidas por el papel.
Caras rodeadas de árboles verdes. Una lombriz. Un pájaro. Un río.
La niña de ciudad dijo: yo soy esta.
La niña indígena dijo: yo estoy ahí dibujada entre todo lo demás.
La anécdota vale para ilustrar que una parte de nuestra especie se concibe como un ser individual, desconectado del resto de seres vivos, colocado en el centro de la hoja.
Situado, en realidad, en el centro de todo.
Y que otra parte se percibe como una pieza de algo que no termina ni empieza en su cuerpo.
Se dibuja desde el somos, junto a otros humanos y a otras especies formando parte de una trama.
Como si la vida solo se pudiese explicar entendiendo las interrelaciones.
Quizás por eso no es extraño que unas personas sufran con el árbol talado, con la especie extinguida, con la tierra revuelta para sacar lo que tiene debajo y, otras, talen, exterminen especies y rompan las entrañas del planeta sin sentir nada.
‘A mí me calma pensar que la vida va a continuar’, dijo una alumna de secundaria en un taller en el que participábamos ambas, ‘a pesar de la destrucción que estamos generando parte de nuestra especie, quizás sin nosotras, seguro que con muchas especies menos, pero va a seguir existiendo vida’.
A mí también me produce calma saber que la vida sigue a pesar del capitalismo.
Lo que no quita que piense que tenemos que asumir nuestra responsabilidad como parte de una especie que está poniendo a muchas otras a caminar por el filo del abismo.
Me calma pensar que la vida siempre puede más y que no podremos arrasarlo todo.
Me calma, también, saber que los grandes cambios no requieren de toda la humanidad.
Que basta con que haya una parte que tenga la convicción testaruda de que podemos construir otra normalidad.
Cuando acabamos el taller, el formador (de manera arriesgada para estar dirigiéndose a alumnado de secundaria) lanzó un reto:
‘Os invito a que en los próximos días, cada vez que tengáis contacto con el agua para beber, para ducharos o para lo que sea, penséis si tenéis alguna conexión sagrada con ese agua’.
Hubo un silencio.
Nadie le pidió aclaraciones sobre qué significaba ‘conexión sagrada’.
Varias de las personas asumimos el reto.
En la siguiente sesión comentamos lo que nos había pasado. ‘Fui más consciente de su sabor’.
‘Me pareció que tenía el poder de limpiarme por dentro’.
‘Me di cuenta de lo valiosa que es y recogí las gotas que se me quedaron en el brazo’.
‘Me di cuenta como nunca antes de que sin agua no podría estar viva’. ‘Percibí su contacto con mi piel de una forma distinta’.
Quizás pensar en esa conexión sea una manera de que se nos ocurra dibujarnos
junto a algo más. •
Distendidos, sonrientes, altos representantes de Japón, Rusia, Reino Unido, Estados Unidos, Francia, Canadá e Italia, siete hombres descorbatados y una mujer (Angela Merkel), acompañados, en los extremos, por los Presidentes de la Comisión y de la Unión Europea, saludan al público al final de la ‘cumbre’ del G-8 en Irlanda del Norte.
¿De qué se ríen los pertenecientes a este sucedáneo, ineficiente y pretencioso grupo del multilateralismo internacional?.
Al menos, después de tantos dislates y crisis ocasionadas podrían fotografiarse más circunspectos.
Y decidir ya, sin más demora, abandonar este pérfido ‘invento’ del dúo Reagan-Thatcher y empezar a re-construir con diligencia unas Naciones Unidas dotadas de la autoridad y medios (personales, financieros y técnicos) adecuados.
Como sucede siempre, el resultado de la reunión ha sido cuatro generalidades y propósitos en los que nos han defraudado repetidamente: ‘las potencias acuerdan luchar contra la evasión, reforzando las propuestas de la UE en relación a los paraísos fiscales y condenan la austeridad indiscriminada’… ¿Recuerdan que cuando el ‘rescate’ en tiempos propicios por la ‘sorpresa’ de la crisis prometieron ya solemnemente –en 2008- que se regularían los flujos financieros y se eliminarían los paraísos fiscales?
Hoy están más colmados que nunca.
Por otra parte, todas las medidas figuran en ‘condicional’, como simple recomendación:
‘Los países deberían…’; ‘las multinacionales deberían…’; ‘la restauración de la estabilidad financiera necesita ir de la mano…’; ‘la política fiscal debería…’ debería… debería…
¿Cómo pueden pretender –no me canso de repetirlo- 6, 7, 8 o 20 países dirigir un mundo de 196 Estados?
Lo que hicieron fue debilitar el Estado-Nación, transferir poder económico y político a grandes consorcios supranacionales, marginar a la ONU y sus instituciones, y sustituir los valores éticos por las leyes del mercado.
Quizás su sonrisa indica que ‘todavía mandamos bastante’. Porque las Naciones Unidas nacieron para contribuir – ‘Nosotros, los pueblos…’- al diseño y construcción de un mundo mejor. Y el G7, G8,… se originaron, con grandes ambiciones hegemónicas, para seguir siendo los más prósperos y poderosos.
Pero, a diferencia de la década de los ochenta, el tiempo del silencio ha concluido.
Ahora, los seres humanos han dejado de ser testigos impasibles y atemorizados. Ya no callarán.
El clamor popular irá en aumento. Al G8 le queda poco tiempo. ¿Es su saludo de despedida? Ojalá.
Por cierto, a los dos días de la ‘foto de familia’ el Presidente Obama ha pronunciado en Berlín un discurso extraordinario.
Ha abordado, dejando traslucir una gran preocupación, temas esenciales para las grandes transiciones que pueden conducir al ‘nuevo comienzo’.
Y ha subrayado que el progreso debe alcanzar a todos y no solamente a unos cuantos.
Si Obama liderara y Hollande le acompañara…. •
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FEDERICO MAYOR ZARAGOZA, presidente de la Fundación Cultura de Paz, exdirector general de la UNESCO.
‘Aprendió tantas cosas que no tuvo tiempo de pensar en ninguna de ellas.’
Antonio Machado, sobre Juan de Mairena.
Es imprescindible ‘reapropiarnos’ de algún tiempo para nosotros. Por poco que sea.
Todos los días, preferentemente al empezar la jornada –‘…perdona, amanecer, por no haberte recibido como mereces’, ha escrito la simpar Rigoberta Menchú- o al terminarla.
Vivimos demasiado de prisa, acosados por una actualidad que nos envuelve, nos sumerge, nos convierte en impasibles testigos.
Lo malo, solía decir Jesús Moneo, es que en general corremos hacia no sabemos dónde.
El vendaval informativo, el espectáculo permanente, no nos permiten reflexionar ni incorporar la noticia como conocimiento. Y así pasan los días, silentes, sin ejercer las facultades distintivas de la especie humana: pensar, imaginar, anticiparse, ¡crear!.
Las TIC, tan útiles, tan relevantes para el progreso personal y colectivo, pueden, cuando se emplean abusivamente, malgastar muchos instantes del misterio de la existencia.
Los teléfonos móviles son utensilios preciosos para aproximar a los lejanos pero muy peligrosos por alejarnos de los próximos, comentaba Pío Rodríguez recientemente.
Atraen tanto nuestra atención que nos transportan a menudo al limbo (al único que existe ahora).
Me gusta repetir la certera apreciación de María Novo:
‘Uno de los grandes problemas de nuestro tiempo es el NTD (nos tienen distraídos).Debemos estar alerta, debemos escribir nuestro porvenir, inventarlo’.
Nuestros resortes de reacción, de protesta y de propuesta, se van debilitando. Y llega un momento en que, cayendo en el sinremedismo, aceptamos muchas situaciones como ineluctables.
Y ya no meditamos sobre nuestras responsabilidades intergeneracionales (medio ambiente, condiciones de vida…) dejándonos aturdir por el chismorreo, la superficialidad, la ligereza…
Una pausa al día para reflexionar, para no callar, para abordar los problemas esenciales.
Para soñar bien despiertos. Para que no se cumpla en nosotros la advertencia que Don Antonio Machado hacía sobre su heterónimo apócrifo Juan de Mairena.
Pensemos. Hagamos una pausa todos los días. •
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FEDERICO MAYOR ZARAGOZA, presidente de la Fundación Cultura de Paz, exdirector general de la UNESCO.
Los peores golpes de Estado son los imperceptibles, los que se identifican difícilmente al principio, no permitiendo la adopción de las medidas adecuadas en el momento oportuno.
Los emboscados se disfrazan de tal modo -primas de riesgo, agencias de calificación, inversores opacos, ‘agujeros bancarios impunes’- que es muy difícil reconocerlos hasta que la situación se torna prácticamente irreversible.
No solo debilitan al Estado y promueven desgarros sociales difícilmente restañables, sino que en su osadía llegan, ante la perplejidad e inacción ciudadana, a nombrar gobiernos sin urnas.
Con gran habilidad, consiguen alcanzar el objetivo de ‘menos Estado y más mercado’.
Se desprestigia a los políticos y a los parlamentos, sobre todo cuando existen mayorías que, sin mecanismos correctivos, producen sin pausa ‘leyes rodillo’.
El ‘golpe de mercado’ logra sus propósitos de privatizar… hasta los propios partidos políticos.
Los responsables de las crisis -grandes consorcios financieros- están pasando la factura permanente a quienes aceptaron, en un momento histórico, sustituir los principios democráticos por las leyes del mercado y las instituciones internacionales por los grupos plutocráticos que tanto han dañado a Occidente.
Se trata de una crisis sistémica que requiere liderazgos muy sólidos, capaces de dar explicaciones a los ciudadanos y diseñar con claridad las estrategias para el futuro.
Lo cierto es que, una vez ‘rescatados’, han presentado situaciones de quiebra sin que se sepan las causas de los increíbles déficits acumulados.
¿A dónde ha ido a parar ese dinero? ¿Quiénes fueron incapaces de advertirnos, cuando era aun posible evitar o mitigar las gravísimas consecuencias?.
De forma muy inaparente, como ha destacado Ignacio Ramonet, la privatización de lo público está llevándose a efecto, a pesar de que es con el dinero público y el sacrificio de la mayoría de los ciudadanos como se están intentando aliviar los dislates cometidos.
El ‘gran dominio’ manda en buena parte de Occidente, aunque nada menos que América Latina, la India… se están escurriendo hábilmente de los últimos coletazos de los ‘globalizadores’.
La solución es una democracia auténtica, que produzca rápidamente una refundación del sistema de las Naciones Unidas y la inmediata eliminación de los G8 y G20; que reforme de manera inmediata los Tratados de la Unión Europea, de tal modo que la federación política,
económica y fiscal permita, junto a una seguridad autónoma, el adecuado funcionamiento de la Unión, para que 27 países no tengan que danzar necesariamente al ritmo que le marca uno sólo; y a escala local, en todos aquellos países en que los parlamentos se están desacreditando por seguir normas de representación popular ya superadas, y en que los gobiernos no cumplen los programas que recibieron en las elecciones el apoyo popular, fortalecer la democratización basada en los valores éticos que se sustituyeron por los mercantiles para poder hacer frente, con los consensos nacionales que son indispensables, a los desafíos presentes, poniendo en su lugar a los ‘golpistas’, ya desenmascarados.
Sólo de este modo podrán contrarrestarse a escala internacional, europea y nacional los actuales ‘golpes de mercado’. •
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FEDERICO MAYOR ZARAGOZA, presidente de la Fundación Cultura de Paz, exdirector general de la UNESCO.
Es un clamor ciudadano: cuando vivimos con preocupación creciente una crisis económica europeo española de una gravedad extraordinaria, vemos estupefactos que la Unión Europea es incapaz de decidir sobre su autonomía en materia de seguridad.
Seguimos dependiendo de la OTAN y pagando inmensas facturas:
Ahora mismo, en España, cuando no hay dinero para la salud, educación o ciencia se abonan casi 2.000 millones de euros por ‘deudas de armamento’ correspondientes a material de guerra adquirido hace años.
‘Hemos comprado material que no necesitábamos con dinero que no teníamos’.
Tuvo el valor de declarar la Ministra Carme Chacón.
¿Por qué no sabemos los ciudadanos cuánto, cuándo y quién ordenó estas compras desmesuradas?
¿Por qué sigue la opacidad en cuestiones tan importantes para el cambio radical que la presente crisis sistémica exige?.
Y, por si fuera poco, ahora parecen estar interesados en unirse los productores europeos de bombarderos, cohetes, etc para poder competir con los de Estados Unidos.
‘Los inversores y los gobiernos europeos están muy preocupados por las posibilidades de unión de los gigantes europeos aeroespaciales’, publica The New York Times el 14 de septiembre y, un día antes, en El País se anuncia que EADS (European Aeronautic Defence and Space) y BAE (BAE Systems de Inglaterra) negocian crear este coloso.
Puesto que en USA han decidido trabajar conjuntamente Lockheed Martin y Boing, ahora pretenden hacer lo mismo en Europa, con un capital inicial de 49.000 millones de dólares.
Ha llegado el momento de oponernos radicalmente a que cada día se destinen –no me cansaré de repetirlo- 4.000 millones de dólares en armas y gastos militares al tiempo que mueren de hambre más de 60 mil personas y miles de millones viven en situación de extrema pobreza.
Ha llegado el momento de hacer inversiones en otras cosas y dejar de una vez la inclemente preparación de la guerra (‘Si quieres la paz, prepara la guerra’) que lleva a la mayoría del mundo a tener que vivir con gran penuria afectando, además, la habitabilidad de la Tierra.
Es correcto ocuparse de la seguridad de la aviación civil pero los aviones de guerra –menos mal que el Presidente Obama ha suspendido la producción del F-35, que costaba más de 300 mil millones de dólares- y, sobre todo, los drones, deben regularse estrictamente.
También aconsejo, sinceramente, no preocuparnos tanto por viajar a Marte y la Luna.
Ocupémonos de la Tierra, viajemos por la Tierra para apercibirnos, de una vez, de que lo único que importa es cada vida humana, este misterio, quizás milagro, capaz de crear, capaz de inventar un futuro distinto, un nuevo amanecer.•
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FEDERICO MAYOR ZARAGOZA, presidente de la Fundación Cultura de Paz, exdirector general de la UNESCO.