‘El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha anunciado que volverá a enviar astronautas a la Luna 45 años después.
El objetivo de regresar a la Luna supone un giro en la política espacial estadounidense(…).
Esta decisión de Trump, una vez más, es reprobada internacionalmente y goza de una baja popularidad en Estados Unidos (Diario Público)’.
Detrás de esta nueva ‘ocurrencia’ del Presidente Trump están inmensas cantidades de dinero que se invertirán en hacer posible este ambicioso proyecto.
¡Sí en lugar de llegar a la Luna llegásemos a los que sufren las consecuencias de catástrofes naturales o provocadas!
Las urgentes necesidades en materia de salud, nutrición, justicia, educación de la mayor parte de las personas se postergarán una vez más.
Quedarán supeditadas al brillo de un gobierno y de quienes, en su propio país o fuera de él, no alcanzan a ver las consecuencias de no mirar alrededor y hacia delante.
Y de no aprender las lecciones del pasado.
Si Estados Unidos conociera mejor las Naciones Unidas, que están en la misma isla de Manhattan, y lideraran el establecimiento de este marco ético-jurídico que con tanto apremio necesita hoy la humanidad, integrando en el Sistema de las Naciones Unidas el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, la Organización Mundial del Comercio…
En caso que decidieran adherirse sin más demora al Tribunal Penal Internacional:
Y de esta forma, se dieran cuenta de inmediato que la justicia a escala mundial requiere una particularísima atención.
Pero si decidieran continuar en la UNESCO…
La mayoría de los habitantes de la Tierra aguardan aún que desde el barrio de la abundancia de la aldea global se de la ansiada orden de ‘Misión, la Tierra’.
Pero, desgraciadamente, una vez más, no será así.
Como ciudadano del mundo conozco los desafíos mucho más perentorios para las condiciones de vida de la especie humana que quedarán desatendidos.
He tenido ocasión de conocer de cerca muchos de los rincones del planeta y admirar la grandeza creadora que anida en la infinita diversidad de sus habitantes, y he procurado contribuir a aliviar la situación en que viven (y mueren) tantos habitantes de la Tierra, que esperaban todavía que los pueblos más prósperos volvieran, por fin, los ojos hacia ellos.
Estamos ante gravísimas amenazas a la habitabilidad de la Tierra y son precisas acciones decididas con firmeza y a tiempo.
Mirar en estos momentos tan sombríos hacia la Luna puede situar a Estados Unidos, indebidamente, muy lejos del corazón de la mayoría de los ciudadanos del mundo. Que no se aleje más. Para ello bastaría con que se tuviera la visión y el coraje de proclamar:
‘¡Misión: la Tierra!’. •
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FEDERICO MAYOR ZARAGOZA, presidente de la Fundación Cultura de Paz, exdirector general de la UNESCO.
Los grandes poderes actuales siguen pensando que la fuerza militar es la única expresión y referencia de ‘seguridad’.
Gravísimo error, costosísimo error que se ocupa exclusivamente de los aspectos bélicos y deja totalmente desasistidos otros múltiples aspectos de la seguridad ‘humana’ que es, en cualquier caso, lo que realmente interesa.
Observamos los arsenales colmados de cohetes, bombas, submarinos, aviones y barcos de guerra.
Y volvemos la vista hacia los miles de seres humanos que mueren de hambre cada día o hacia los que viven en condiciones de extrema pobreza sin acceso a los servicios de salud adecuados y contemplamos consternados el deterioro progresivo de las condiciones de habitabilidad de la Tierra, conscientes de que debemos actuar sin dilación porque se está llegando a puntos de no retorno en cuestiones esenciales del legado intergeneracional.
Cuando nos apercibimos de la dramática diferencia entre los medios dedicados a potencia-les enfrentamientos y los disponibles para hacer frente a recurrentes catástrofes naturales (incendios, inundaciones, terremotos, tsunamis,…) constatamos, con espanto, que el concepto de ‘seguridad’ que siguen promoviendo los grandes productores de armamento es no sólo anacrónico sino altamente perjudicial para la humanidad en su conjunto y se precisa, sin demora, la adopción de un nuevo concepto de ‘seguridad’, bajo la vigilancia atenta e implicación directa de las Naciones Unidas.
¿Quién se acuerda de Haití? ¿Y de Ecuador?
Cuando admiramos la heroica actuación de unos expertos bomberos y unos cuantos helicópteros y avioncitos en La Palma recordamos la ‘plenitud’ del F-16 y F-18, de los misiles y escudos antimisiles, de los portaaviones y las naves espaciales.
Cuando seguimos las acciones admirables que llevan a cabo tanta gente y voluntarios para rescatar a algunas personas todavía vivas después de un terrible seísmo, sentimos el deber ineludible de alzar la voz y proclamar, como ciudadanos del mundo, que no seguiremos tolerando los inmensos daños, con frecuencia mortales, que sufren por tan-tas otras modalidades de ‘inseguridad’ quienes -una gran mayoría- no se hallan protegidos por los efectivos militares.
La seguridad alimentaria, acceso a agua potable, servicios de salud, rápida, coordinada y eficaz acción frente a las situaciones de emergencia. Es esta y no otra la seguridad que ‘nosotros, los pueblos…’ anhelamos y merecemos. •
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FEDERICO MAYOR ZARAGOZA, presidente de la Fundación Cultura de Paz, exdirector general de la UNESCO.
He llamado varias veces la atención sobre el reiterado incumplimiento de los principios tan lúcidamente expuestos en la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea (2000).
Desprovista de liderazgo, la Unión Europea no sólo es incapaz de adoptar las medidas apropiadas en tiempo oportuno sino que, además, consiente la aparición inquietante de brotes de xenofobia y discriminación clasista.
Con gran forcejeo y aspavientos, la Europa monetaria –tan generosa con instituciones financieras a la deriva- ha prometido abonar en tres años una cantidad que sonroja e indigna.
Cuando se compara con los fondos destinados a pagar la ‘deuda’, con la evasión fiscal, con lo aportado a un sólo banco en España.
Con las inversiones en armas y gastos militares (3.000 millones de dólares al día), con las multimillonarias fortunas de algunos magnates ‘cuya mano se cierra opaca’, en versos de José Ángel Valente.
Digamos las cosas claras.
Digamos cuál es la situación de los paraísos fiscales, cuál es la realidad para poder transformarla.
¿Quién invadió Irak basado en la mentira?
Miles y miles de muertos y mutilados, miles de desplazados que han ido germinando en algunos casos –menos de los que sería de esperar- animadversión y hasta odio.
¿Quiénes han resuelto sin orden ni concierto los resultados de la ‘primavera árabe’?
La Unión Europea debe de ser una unión política, social y económica y es solamente una unión monetaria.
¿Quiénes y por qué deciden reducir, hasta anular prácticamente, la ayuda al desarrollo con el fin de prevenir los flujos migratorios forzados por el hambre y la pobreza extrema?.
Los ciudadanos europeos han sido espectadores impasibles de tanta incompetencia.
Pero estoy seguro de que ahora
‘Nosotros, los pueblos’
no podremos seguir mirando a los ojos a estos niños tristes, angustiados y perplejos que suscitan emociones y despiertan consciencias.
En poco tiempo, se alzará un gran clamor popular para que se produzca un cambio radical en las conductas de la Unión Europea.
Problemas globales requieren instituciones globales.
Situaciones sin precedentes –como ha dicho Amin Maalouf- requieren soluciones sin precedentes.
2016 se ha declarado año internacional del ‘desarme para el desarrollo.
Con lo que se gasta en muy pocos días en armas y gastos militares podrían resolverse muchos problemas que hoy acucian al mundo entero sin que se afectara la seguridad a escala internacional.
Sería posible la transición de una economía de especulación.
Deslocalización productiva y guerra a una economía de desarrollo sostenible y humano a escala planetaria, basada en el conocimiento.
Una transición desde una cultura de imposición, dominio y violencia a una cultura de encuentro, conciliación, alianza y paz.
Tengamos en cuenta, no me canso de reiterarlo, que actualmente pueden alcanzarse puntos de no retorno y que, por tanto, es apremiante actuar resueltamente.
De tal modo que sean los derechos humanos y los principios éticos y democráticos los que guíen la acción en estos momentos, que son, a la vez, de profunda consternación y de esperanza.
Y es que, por primera vez en la historia, en estos albores de siglo y de milenio no sólo se podrá oír progresivamente la voz de todos los seres humanos sino que deberá escucharse. •
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FEDERICO MAYOR ZARAGOZA, presidente de la Fundación Cultura de Paz, exdirector general de la UNESCO.
Las comunidades científica, académica, artística, intelectual, en suma, no pueden permanecer impasibles ante la gravedad del momento a escala mundial, regional y nacional.
Hace años, la empresa Exxon Mobile reaccionó frente al anuncio de la Academia de Ciencias de los Estados Unidos de que no sólo las emisiones de anhídrido carbónico eran excesivas sino que su recaptura disminuía progresivamente por el deterioro del
fito plancton oceánico, creando una fundación que, con pseudocientíficos a sueldo, proclamaba lo contrario, como convenía a sus formidables beneficios. Al final, al cabo de varios años, se descubrió la mentira y fue publicada con toda extensión en la revista Newsweek (‘The Truth of Denial’).
No pasó nada.
Ahora que ya podemos expresarnos libremente, y alzar la voz y el grito, ante la acción consciente de una gran empresa alemana, la Volkswagen, que contamina en lugar de procurar reducir los efectos de la combustión, poniendo un ‘software’ trucado en los motores de los automóviles que produce… silencio.
Y la UE, en lugar de castigar como se merece esta vileza, ‘cierra filas’ en Alemania sin que se alce la voz indignada de los ciudadanos europeos.
Ante los horrendos desmanes del llamado ‘estado islámico’ y la descoordinada acción frente al fanatismo extremo, debido a la ausencia de un multilateralismo democrático y eficaz, que el neoliberalismo sustituyó por grupos plutocráticos (G7, G8, G20) totalmente ineficientes… silencio.
Ante el horrendo sufrimiento de los emigrantes y refugiados: silencio. Ante las políticas neoliberales que incrementan las brechas sociales: silencio.
Ante la subordinación de la justicia social a los mercados: silencio.
‘No debemos mantenernos ajenos a los grandes problemas de nuestro tiempo’, decía el pasado día 30 de septiembre la Decana de la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Madrid, profesora Yolanda Valdeolivas.
‘La universidad debe reflejar fielmente a la sociedad.
No debemos conformarnos en esperar acontecimientos, porque forma parte esencial de nuestra responsabilidad inspirarlos, originarlos o evitarlos.
El proceder universitario debe ser libre, crítico y creativo’.
Sí: no podemos seguir callados.
Ni un día más sometidos a los mercaderes, ni un día más aceptando la gobernanza de grupos plutocráticos, ni un día más indiferentes ante el genocidio cotidiano de miles de personas, la mayoría de ellas niños y niñas, al tiempo que se invierten más de 3000 millones de dólares en armas y gastos militares.
Los seres humanos ya pueden expresarse libremente, ya saben lo que sucede, ya la mujer, piedra angular de la nueva era que se avecina, ocupa un papel importante, no mimético, en la toma de decisiones.
Pero los clamores populares requieren catalizadores, promotores, que encaucen, promuevan y den seguimiento a la voz de la gente.
Entonces habrá ‘democracia auténtica’, entonces habrá una clara distinción entre lo urgente, lo importante y lo secundario.
El tiempo de la sumisión y de la indiferencia ha terminado.
Delito de silencio.
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FEDERICO MAYOR ZARAGOZA, presidente de la Fundación Cultura de Paz, exdirector general de la UNESCO.
El ideario de la izquierda no encaja en la Europa de la austeridad, destaca ‘El País’ en primera página (6 de julio de 2014).
La austeridad dictada por la Sra. Merkel y los Merk-ados, que han tenido la desfachatez de nombrar sin urnas a los gobiernos de Grecia -cuna de la democracia- e Italia, no ha afectado a los más acaudalados.
El número de millonarios en Europa y en España no ha cesado de aumentar desde que empezó la crisis.
‘Sanidad mermada’, decía un editorial del mismo periódico el 5 de julio.
Y educación mermada.
Y salarios mermados.
Especialmente relevante en este contexto es el artículo de Francisco G. Basterra titulado ‘Desbarajuste’ publicado también el 5 de julio.
He aquí algunos de los párrafos:
‘Vivimos un desbarajuste internacional, en el sentido de confusión y desorden, desde Europa hasta Asia, pasando por el gran Oriente Próximo’.
Crece la sensación de que hemos perdido el control de la historia y que, en palabras del analista Ian Bremmer, ‘asistimos a la destrucción creativa del viejo orden geopolítico.
Pekín responde con la afirmación de su hegemonía en el teatro de Asia-Pacífico y aviva los nacionalismos regionales, despierta el militarismo japonés y hace dudar a los aliados de Washington de sus compromiso defensivo ante el gigante chino’.
Es necesario, no cabe duda, un gran liderazgo para refundar a las Naciones Unidas y para que Europa constituya rápidamente una unión política y económica para encauzar a la monetaria, y ponga los ‘merk-ados’ y a la ‘Merkel’ en su sitio.
Un mundo que cumpla eficazmente con el compromiso supremo de cada generación: pensar en las siguientes.
Que pueda atender las grandes prioridades: alimentación, agua, salud, medio ambiente, educación y paz.
Para ello, es necesaria la transición de una economía de especulación, deslocalización productiva y guerra a una economía basada en el conocimiento, de desarrollo global sostenible y humano.
Queda claro que no serán las pautas mercantiles las que puedan orientar estos cambios radicales, sino los principios democráticos que establece tan lúcidamente el preámbulo de la Constitución de la UNESCO.
Está claro que no serán los grupos plutocráticos del G6, G7, G8 o G20, sino un multilateralismo que ha de actuar rápidamente para reorientar adecuadamente las tendencias presentes.
Hoy ya no tenemos disculpa.
Todos podemos, cada día en mayor medida, expresarnos.
Son precisos grandes clamores para que sea el poder ciudadano y no el ‘gran dominio’ militar, financiero, energético y mediático el que lleve en sus manos las riendas del destino común.
Hay que poner los puntos sobre las íes. Hay que remediar rápidamente el actual desbarajuste. El por-venir está por-hacer, sí. Pero, ¿quién si no todos? •
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FEDERICO MAYOR ZARAGOZA, presidente de la Fundación Cultura de Paz, exdirector general de la UNESCO.
Por el interés general, la democracia debería, para ser auténtica, disponer de los mecanismos que no permitieran que la ‘mayoría parlamentaria absoluta’ (la palabra ‘absoluta’ es incompatible con ‘democracia’) aprobara leyes que cuentan con el rechazo unánime de la oposición y que, por tanto, durarán lo que dure el partido en el gobierno, aumentando la objeción de conciencia y la desobediencia ciudadana.
Para impedir el funcionamiento del ‘rodillo’ mayoritario, especialmente en leyes relativas a aspectos esenciales, pilares de la democracia, como la educación, la justicia, la sanidad, los derechos humanos, etc. que afectan a toda la sociedad, es apremiante incorporar los valores democráticos como ejes del comportamiento cotidiano de los ciudadanos.
Democracia política, social, económica, cultural, internacional: éstas son las principales dimensiones que incluye la Declaración que hemos elaborado para que, en poco tiempo, sean realmente ‘los pueblos’ y no unos cuantos encumbrados en inapropiadas estructuras de representación, los que tomen en las manos las riendas del destino común.
El poder ciudadano –ahora, por fin, gracias a las nuevas tecnologías, capaz de expresarse libremente- debe, en una inflexión histórica de la fuerza a la palabra, sustituir los andamiajes actuales por sólidas estructuras democráticas.
Empezando, a escala local, por asegurar la independencia de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial en España; siguiendo, en Europa, por la construcción de una Unión política y económica, para que las arbitrariedades de una unión monetaria (se empezó la casa por el tejado) cesen de inmediato; y acometiendo, acto seguido, la eliminación de los grupos oligárquicos y plutocráticos que el neoliberalismo impuso en lugar de unas Naciones Unidas fortalecidas.
Haber centrado el futuro en el mercado, debilitando el Estado-nación y las instituciones multilaterales, es un error con un precio social enorme, que no puede disimularse en los flecos de la macroeconomía.
Sólo en un contexto genuinamente democrático la justicia social prevalecerá.
Y se pondrán plenamente en práctica los derechos humanos. •
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FEDERICO MAYOR ZARAGOZA, presidente de la Fundación Cultura de Paz, exdirector general de la UNESCO.
Distendidos, sonrientes, altos representantes de Japón, Rusia, Reino Unido, Estados Unidos, Francia, Canadá e Italia, siete hombres descorbatados y una mujer (Angela Merkel), acompañados, en los extremos, por los Presidentes de la Comisión y de la Unión Europea, saludan al público al final de la ‘cumbre’ del G-8 en Irlanda del Norte.
¿De qué se ríen los pertenecientes a este sucedáneo, ineficiente y pretencioso grupo del multilateralismo internacional?.
Al menos, después de tantos dislates y crisis ocasionadas podrían fotografiarse más circunspectos.
Y decidir ya, sin más demora, abandonar este pérfido ‘invento’ del dúo Reagan-Thatcher y empezar a re-construir con diligencia unas Naciones Unidas dotadas de la autoridad y medios (personales, financieros y técnicos) adecuados.
Como sucede siempre, el resultado de la reunión ha sido cuatro generalidades y propósitos en los que nos han defraudado repetidamente: ‘las potencias acuerdan luchar contra la evasión, reforzando las propuestas de la UE en relación a los paraísos fiscales y condenan la austeridad indiscriminada’… ¿Recuerdan que cuando el ‘rescate’ en tiempos propicios por la ‘sorpresa’ de la crisis prometieron ya solemnemente –en 2008- que se regularían los flujos financieros y se eliminarían los paraísos fiscales?
Hoy están más colmados que nunca.
Por otra parte, todas las medidas figuran en ‘condicional’, como simple recomendación:
‘Los países deberían…’; ‘las multinacionales deberían…’; ‘la restauración de la estabilidad financiera necesita ir de la mano…’; ‘la política fiscal debería…’ debería… debería…
¿Cómo pueden pretender –no me canso de repetirlo- 6, 7, 8 o 20 países dirigir un mundo de 196 Estados?
Lo que hicieron fue debilitar el Estado-Nación, transferir poder económico y político a grandes consorcios supranacionales, marginar a la ONU y sus instituciones, y sustituir los valores éticos por las leyes del mercado.
Quizás su sonrisa indica que ‘todavía mandamos bastante’. Porque las Naciones Unidas nacieron para contribuir – ‘Nosotros, los pueblos…’- al diseño y construcción de un mundo mejor. Y el G7, G8,… se originaron, con grandes ambiciones hegemónicas, para seguir siendo los más prósperos y poderosos.
Pero, a diferencia de la década de los ochenta, el tiempo del silencio ha concluido.
Ahora, los seres humanos han dejado de ser testigos impasibles y atemorizados. Ya no callarán.
El clamor popular irá en aumento. Al G8 le queda poco tiempo. ¿Es su saludo de despedida? Ojalá.
Por cierto, a los dos días de la ‘foto de familia’ el Presidente Obama ha pronunciado en Berlín un discurso extraordinario.
Ha abordado, dejando traslucir una gran preocupación, temas esenciales para las grandes transiciones que pueden conducir al ‘nuevo comienzo’.
Y ha subrayado que el progreso debe alcanzar a todos y no solamente a unos cuantos.
Si Obama liderara y Hollande le acompañara…. •
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FEDERICO MAYOR ZARAGOZA, presidente de la Fundación Cultura de Paz, exdirector general de la UNESCO.
‘Aprendió tantas cosas que no tuvo tiempo de pensar en ninguna de ellas.’
Antonio Machado, sobre Juan de Mairena.
Es imprescindible ‘reapropiarnos’ de algún tiempo para nosotros. Por poco que sea.
Todos los días, preferentemente al empezar la jornada –‘…perdona, amanecer, por no haberte recibido como mereces’, ha escrito la simpar Rigoberta Menchú- o al terminarla.
Vivimos demasiado de prisa, acosados por una actualidad que nos envuelve, nos sumerge, nos convierte en impasibles testigos.
Lo malo, solía decir Jesús Moneo, es que en general corremos hacia no sabemos dónde.
El vendaval informativo, el espectáculo permanente, no nos permiten reflexionar ni incorporar la noticia como conocimiento. Y así pasan los días, silentes, sin ejercer las facultades distintivas de la especie humana: pensar, imaginar, anticiparse, ¡crear!.
Las TIC, tan útiles, tan relevantes para el progreso personal y colectivo, pueden, cuando se emplean abusivamente, malgastar muchos instantes del misterio de la existencia.
Los teléfonos móviles son utensilios preciosos para aproximar a los lejanos pero muy peligrosos por alejarnos de los próximos, comentaba Pío Rodríguez recientemente.
Atraen tanto nuestra atención que nos transportan a menudo al limbo (al único que existe ahora).
Me gusta repetir la certera apreciación de María Novo:
‘Uno de los grandes problemas de nuestro tiempo es el NTD (nos tienen distraídos).Debemos estar alerta, debemos escribir nuestro porvenir, inventarlo’.
Nuestros resortes de reacción, de protesta y de propuesta, se van debilitando. Y llega un momento en que, cayendo en el sinremedismo, aceptamos muchas situaciones como ineluctables.
Y ya no meditamos sobre nuestras responsabilidades intergeneracionales (medio ambiente, condiciones de vida…) dejándonos aturdir por el chismorreo, la superficialidad, la ligereza…
Una pausa al día para reflexionar, para no callar, para abordar los problemas esenciales.
Para soñar bien despiertos. Para que no se cumpla en nosotros la advertencia que Don Antonio Machado hacía sobre su heterónimo apócrifo Juan de Mairena.
Pensemos. Hagamos una pausa todos los días. •
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FEDERICO MAYOR ZARAGOZA, presidente de la Fundación Cultura de Paz, exdirector general de la UNESCO.
Los peores golpes de Estado son los imperceptibles, los que se identifican difícilmente al principio, no permitiendo la adopción de las medidas adecuadas en el momento oportuno.
Los emboscados se disfrazan de tal modo -primas de riesgo, agencias de calificación, inversores opacos, ‘agujeros bancarios impunes’- que es muy difícil reconocerlos hasta que la situación se torna prácticamente irreversible.
No solo debilitan al Estado y promueven desgarros sociales difícilmente restañables, sino que en su osadía llegan, ante la perplejidad e inacción ciudadana, a nombrar gobiernos sin urnas.
Con gran habilidad, consiguen alcanzar el objetivo de ‘menos Estado y más mercado’.
Se desprestigia a los políticos y a los parlamentos, sobre todo cuando existen mayorías que, sin mecanismos correctivos, producen sin pausa ‘leyes rodillo’.
El ‘golpe de mercado’ logra sus propósitos de privatizar… hasta los propios partidos políticos.
Los responsables de las crisis -grandes consorcios financieros- están pasando la factura permanente a quienes aceptaron, en un momento histórico, sustituir los principios democráticos por las leyes del mercado y las instituciones internacionales por los grupos plutocráticos que tanto han dañado a Occidente.
Se trata de una crisis sistémica que requiere liderazgos muy sólidos, capaces de dar explicaciones a los ciudadanos y diseñar con claridad las estrategias para el futuro.
Lo cierto es que, una vez ‘rescatados’, han presentado situaciones de quiebra sin que se sepan las causas de los increíbles déficits acumulados.
¿A dónde ha ido a parar ese dinero? ¿Quiénes fueron incapaces de advertirnos, cuando era aun posible evitar o mitigar las gravísimas consecuencias?.
De forma muy inaparente, como ha destacado Ignacio Ramonet, la privatización de lo público está llevándose a efecto, a pesar de que es con el dinero público y el sacrificio de la mayoría de los ciudadanos como se están intentando aliviar los dislates cometidos.
El ‘gran dominio’ manda en buena parte de Occidente, aunque nada menos que América Latina, la India… se están escurriendo hábilmente de los últimos coletazos de los ‘globalizadores’.
La solución es una democracia auténtica, que produzca rápidamente una refundación del sistema de las Naciones Unidas y la inmediata eliminación de los G8 y G20; que reforme de manera inmediata los Tratados de la Unión Europea, de tal modo que la federación política,
económica y fiscal permita, junto a una seguridad autónoma, el adecuado funcionamiento de la Unión, para que 27 países no tengan que danzar necesariamente al ritmo que le marca uno sólo; y a escala local, en todos aquellos países en que los parlamentos se están desacreditando por seguir normas de representación popular ya superadas, y en que los gobiernos no cumplen los programas que recibieron en las elecciones el apoyo popular, fortalecer la democratización basada en los valores éticos que se sustituyeron por los mercantiles para poder hacer frente, con los consensos nacionales que son indispensables, a los desafíos presentes, poniendo en su lugar a los ‘golpistas’, ya desenmascarados.
Sólo de este modo podrán contrarrestarse a escala internacional, europea y nacional los actuales ‘golpes de mercado’. •
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FEDERICO MAYOR ZARAGOZA, presidente de la Fundación Cultura de Paz, exdirector general de la UNESCO.
Es un clamor ciudadano: cuando vivimos con preocupación creciente una crisis económica europeo española de una gravedad extraordinaria, vemos estupefactos que la Unión Europea es incapaz de decidir sobre su autonomía en materia de seguridad.
Seguimos dependiendo de la OTAN y pagando inmensas facturas:
Ahora mismo, en España, cuando no hay dinero para la salud, educación o ciencia se abonan casi 2.000 millones de euros por ‘deudas de armamento’ correspondientes a material de guerra adquirido hace años.
‘Hemos comprado material que no necesitábamos con dinero que no teníamos’.
Tuvo el valor de declarar la Ministra Carme Chacón.
¿Por qué no sabemos los ciudadanos cuánto, cuándo y quién ordenó estas compras desmesuradas?
¿Por qué sigue la opacidad en cuestiones tan importantes para el cambio radical que la presente crisis sistémica exige?.
Y, por si fuera poco, ahora parecen estar interesados en unirse los productores europeos de bombarderos, cohetes, etc para poder competir con los de Estados Unidos.
‘Los inversores y los gobiernos europeos están muy preocupados por las posibilidades de unión de los gigantes europeos aeroespaciales’, publica The New York Times el 14 de septiembre y, un día antes, en El País se anuncia que EADS (European Aeronautic Defence and Space) y BAE (BAE Systems de Inglaterra) negocian crear este coloso.
Puesto que en USA han decidido trabajar conjuntamente Lockheed Martin y Boing, ahora pretenden hacer lo mismo en Europa, con un capital inicial de 49.000 millones de dólares.
Ha llegado el momento de oponernos radicalmente a que cada día se destinen –no me cansaré de repetirlo- 4.000 millones de dólares en armas y gastos militares al tiempo que mueren de hambre más de 60 mil personas y miles de millones viven en situación de extrema pobreza.
Ha llegado el momento de hacer inversiones en otras cosas y dejar de una vez la inclemente preparación de la guerra (‘Si quieres la paz, prepara la guerra’) que lleva a la mayoría del mundo a tener que vivir con gran penuria afectando, además, la habitabilidad de la Tierra.
Es correcto ocuparse de la seguridad de la aviación civil pero los aviones de guerra –menos mal que el Presidente Obama ha suspendido la producción del F-35, que costaba más de 300 mil millones de dólares- y, sobre todo, los drones, deben regularse estrictamente.
También aconsejo, sinceramente, no preocuparnos tanto por viajar a Marte y la Luna.
Ocupémonos de la Tierra, viajemos por la Tierra para apercibirnos, de una vez, de que lo único que importa es cada vida humana, este misterio, quizás milagro, capaz de crear, capaz de inventar un futuro distinto, un nuevo amanecer.•
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FEDERICO MAYOR ZARAGOZA, presidente de la Fundación Cultura de Paz, exdirector general de la UNESCO.