La Navidad nos invita a pasar mas tiempo con nuestros seres queridos, con nuestros amigos, con aquellos cuya distancia sufrimos durante gran parte del año y que gracias a estas fechas familiares tendremos la oportunidad de reencontrarnos, de poder abrazar todo aquello que estaba lejos y acercarlo de nuevo hasta nosotros.
¡Cuánto abrigan estos inolvidables abrazos!
Es cierto que la Navidad son fechas que inducen al sueño y también a la reflexión sobre todo lo andado y todo lo que nos queda por andar.
Fechas para echar de menos a los que ya no están sentados a la mesa, para sentir la falta de todos aquellos que fueron importantes, que nos hicieron reír, que nos amaron y con los que compartimos tiempos que ya no volverán, por eso es trascendental darnos cuenta, ser conscientes de que el tiempo que se deja escapar, el tiempo que dejamos de compartir con los que son valiosos para nosotros, nunca vuelve.
Pero, además, la Navidad es una fecha que invita a consumir, digamos que nos empuja a hacerlo en exceso y de esto quería hablaros, del despilfarro, del derroche, de la prodigalidad de unos días que impactan negativamente en la salud del planeta, que dejan aflorar las desigualdades alimentarias y que obvian el ODS (Objetivo de Desarrollo Sostenible) número 2 que no es otro que ponerle fin al hambre en el mundo.
Si queremos vivir unas Navidades mas justas y sostenibles, unas Navidades de Ley, aquí tenéis 5 ideas para poner en práctica: una “call to action”, una llamada a la acción para empezar 2024 con ilusión y esperanza, y siendo conscientes de que cada decisión que tomamos puede ayudar a cambiar el mundo y su rumbo:
1.- Planificar los menús navideños
Hacedlo con tiempo.
El despilfarro alimentario en nuestra sociedad es enorme y aumenta de manera ostensible en Navidad.
Comprad lo necesario y tened en cuenta el número de personas con las que vais a compartir comida o cena y no desechéis los alimentos no consumidos o los productos no utilizados.
Compartidlos con vuestros invitados o donadlos a comedores sociales.
2.- Regalar marcas responsables. Regalar B Corp
Comprad con conciencia y elegid marcas con valores que estén comprometidas con la sostenibilidad social y medioambiental, que sean respetuosas con el planeta y con sus trabajadores.
Las empresas B Corp https://www.bcorpspain.es son una magnífica alternativa donde comprar tus regalos navideños personales o profesionales.
3.- Reducir los envoltorios
El packaging de vuestros regalos genera una gran cantidad de residuos que no siempre son reciclables.
Rechazad las bolsas de plástico y de papel y apostad por materiales reciclables o que puedan tener una segunda vida. Evitad envolver todo aquello que viene ya en cajas.
4.- Reciclar
En Navidades la generación de residuos crece de forma exponencial por eso reciclar se convierte en una obligación.
Reciclad todo aquello que podáis y reducid los residuos.
5.- Controlar el consumo energético
El consumo energético se dispara en todos los hogares durante estas fechas festivas.
Utilizar luces navideñas de bajo consumo y encender solo aquellas luces que sean necesarias, serán dos decisiones fáciles, pero importantes.
Son cinco ideas sencillas, 5 puntas de una estrella que es símbolo de la unión entre conciencia y porvenir,
porque la Navidad es época para el disfrute, sí, pero no debe ser un periodo para el despilfarro.
Derrocha cariño, compromiso, conciencia, pero no malgastes tus valores para ponerlos al abrigo del consumo irresponsable, desperdiciando ilusiones y dilapidando sueños propios y ajenos.
La Navidad es encuentro, es horizonte, y puede ser también futuro si logramos no olvidarnos de que el mundo que hemos creado es un proceso de nuestros pensamientos y que solo conseguiremos transformarlo y mejorarlo si somos capaces de modificar lo que pensamos.
Cambiar nuestra manera de pensar es esencial para que nuestro entorno mejore con nosotros y una inmejorable forma de comenzar a andar en 2024, fortaleciendo, además, nuestro pensamiento por la paz y la justicia universales, porque no debemos olvidamos de todos aquellos que están sufriendo la sinrazón de la guerra, la sinrazón del hambre, la sinrazón de la injusticia, la sinrazón de ver vulnerados sus derechos una y otra vez, y parafraseando al ex fiscal general de los Estados Unidos Ramsey Clark,
“un derecho no es algo que alguien te da; es algo que nadie te puede quitar”.
Feliz Navidad.
El confinamiento por la Covid-19 ha sido aleccionador. Y ahora es imperativo no olvidar.
Y darnos cuenta de que ha llegado el momento de participar, de escuchar y conciliar, de actuar, de construir un futuro distinto, de sobreponernos al inmenso poder mediático.
Considerándolo como una terrible ‘arma de distracción masiva’, según la afortunada expresión de Soledad Gallego.
Por fin, la voz de los pueblos.
Ya todos somos iguales en dignidad, sea cual sea el género, la ideología, la creencia, la etnia.
Por fin, la voz de los pueblos tiene en sus manos las riendas de la gobernanza mundial, cautivas hoy en las de unos grupos plutocráticos (G-6,G-7,G-8,G-20), dependientes a su vez de los inmensos consorcios que, a escala global, nos dominan y condicionan.
Los mismos gigantes tecnológicos que nos han permitido expresarnos libremente nos impiden ahora poder hacerlo para reconducir las
sombrías tendencias presentes.
Tendremos que vivir muy despiertos y diligentes para que los tiempos de la ‘nueva normalidad’ no sean la ‘normalidad’ de antes.
Debemos leer y releer, oír y oír de nuevo, los preciosos versos de Mario Benedetti en Cuando la tormenta pase:
‘Y entonces recordaremos todo aquello que perdimos / y de una vez aprenderemos / todo lo que no aprendimos’.
Por primera vez en la historia, las amenazas son globales y algunas potencialmente irreversibles.
Conozco muy bien lo que significa la más terrible expresión:
‘Ya no tiene remedio’ porque en 1967 inicié los análisis en neonatos para el diagnóstico de enfermedades metabólicas que, si no se tratan a tiempo, afectan de tal modo el funcionamiento neuronal, que se produce una grave discapacidad sin retorno.
Es en salud y en los procesos irreversibles, en los que deben invertirse buena parte de los desorbitados fondos que hoy se dedican a la defensa territorial.
Mientras los habitantes de estos territorios tan bien protegidos carecen de alimentos, de agua potable, de servicios de salud de calidad, de medios educativos…
No me canso de repetir que es intolerable que cada día mueran de hambre miles de personas, la mayoría niñas y niños de uno a cinco años de edad, al tiempo que se destinan más de 4000 millones de dólares a armas y gastos militares.
Es moralmente exigible un nuevo concepto de seguridad que permita pasar de la razón de la fuerza a la fuerza de la razón.
Y es que la paz es el reflejo del comportamiento cotidiano, de una educación que permita a todos aprender a ser:
‘Libres y responsables’ como establece el Articulo I de la Constitución de la Unesco.
Poder ejercer plenamente las facultades distintivas de la especie humana: pensar, imaginar, anticiparse, innovar,
¡crear!.
Cada persona capaz de expresar sus propias opiniones y no actuar al dictado de nadie, ni seguir directrices dogmáticas, fanáticas, supremacistas…
Se trata de cambiar uno mismo para entrar en la nueva era.
La que ya podrá ponerse en práctica la gran fórmula, entonces prematura, de Franklin Delano Roosevelt al final de la Segunda Guerra Mundial, plasmada en el inicio de la Carta de las Naciones Unidas:
‘Nosotros, los pueblos,… hemos resuelto evitar a las generaciones venideras el horror de la guerra’… (sic) •
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FEDERICO MAYOR ZARAGOZA, presidente de la Fundación Cultura de Paz, exdirector general de la UNESCO.
‘El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha anunciado que volverá a enviar astronautas a la Luna 45 años después.
El objetivo de regresar a la Luna supone un giro en la política espacial estadounidense(…).
Esta decisión de Trump, una vez más, es reprobada internacionalmente y goza de una baja popularidad en Estados Unidos (Diario Público)’.
Detrás de esta nueva ‘ocurrencia’ del Presidente Trump están inmensas cantidades de dinero que se invertirán en hacer posible este ambicioso proyecto.
¡Sí en lugar de llegar a la Luna llegásemos a los que sufren las consecuencias de catástrofes naturales o provocadas!
Las urgentes necesidades en materia de salud, nutrición, justicia, educación de la mayor parte de las personas se postergarán una vez más.
Quedarán supeditadas al brillo de un gobierno y de quienes, en su propio país o fuera de él, no alcanzan a ver las consecuencias de no mirar alrededor y hacia delante.
Y de no aprender las lecciones del pasado.
Si Estados Unidos conociera mejor las Naciones Unidas, que están en la misma isla de Manhattan, y lideraran el establecimiento de este marco ético-jurídico que con tanto apremio necesita hoy la humanidad, integrando en el Sistema de las Naciones Unidas el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, la Organización Mundial del Comercio…
En caso que decidieran adherirse sin más demora al Tribunal Penal Internacional:
Y de esta forma, se dieran cuenta de inmediato que la justicia a escala mundial requiere una particularísima atención.
Pero si decidieran continuar en la UNESCO…
La mayoría de los habitantes de la Tierra aguardan aún que desde el barrio de la abundancia de la aldea global se de la ansiada orden de ‘Misión, la Tierra’.
Pero, desgraciadamente, una vez más, no será así.
Como ciudadano del mundo conozco los desafíos mucho más perentorios para las condiciones de vida de la especie humana que quedarán desatendidos.
He tenido ocasión de conocer de cerca muchos de los rincones del planeta y admirar la grandeza creadora que anida en la infinita diversidad de sus habitantes, y he procurado contribuir a aliviar la situación en que viven (y mueren) tantos habitantes de la Tierra, que esperaban todavía que los pueblos más prósperos volvieran, por fin, los ojos hacia ellos.
Estamos ante gravísimas amenazas a la habitabilidad de la Tierra y son precisas acciones decididas con firmeza y a tiempo.
Mirar en estos momentos tan sombríos hacia la Luna puede situar a Estados Unidos, indebidamente, muy lejos del corazón de la mayoría de los ciudadanos del mundo. Que no se aleje más. Para ello bastaría con que se tuviera la visión y el coraje de proclamar:
‘¡Misión: la Tierra!’. •
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FEDERICO MAYOR ZARAGOZA, presidente de la Fundación Cultura de Paz, exdirector general de la UNESCO.
El ideario de la izquierda no encaja en la Europa de la austeridad, destaca ‘El País’ en primera página (6 de julio de 2014).
La austeridad dictada por la Sra. Merkel y los Merk-ados, que han tenido la desfachatez de nombrar sin urnas a los gobiernos de Grecia -cuna de la democracia- e Italia, no ha afectado a los más acaudalados.
El número de millonarios en Europa y en España no ha cesado de aumentar desde que empezó la crisis.
‘Sanidad mermada’, decía un editorial del mismo periódico el 5 de julio.
Y educación mermada.
Y salarios mermados.
Especialmente relevante en este contexto es el artículo de Francisco G. Basterra titulado ‘Desbarajuste’ publicado también el 5 de julio.
He aquí algunos de los párrafos:
‘Vivimos un desbarajuste internacional, en el sentido de confusión y desorden, desde Europa hasta Asia, pasando por el gran Oriente Próximo’.
Crece la sensación de que hemos perdido el control de la historia y que, en palabras del analista Ian Bremmer, ‘asistimos a la destrucción creativa del viejo orden geopolítico.
Pekín responde con la afirmación de su hegemonía en el teatro de Asia-Pacífico y aviva los nacionalismos regionales, despierta el militarismo japonés y hace dudar a los aliados de Washington de sus compromiso defensivo ante el gigante chino’.
Es necesario, no cabe duda, un gran liderazgo para refundar a las Naciones Unidas y para que Europa constituya rápidamente una unión política y económica para encauzar a la monetaria, y ponga los ‘merk-ados’ y a la ‘Merkel’ en su sitio.
Un mundo que cumpla eficazmente con el compromiso supremo de cada generación: pensar en las siguientes.
Que pueda atender las grandes prioridades: alimentación, agua, salud, medio ambiente, educación y paz.
Para ello, es necesaria la transición de una economía de especulación, deslocalización productiva y guerra a una economía basada en el conocimiento, de desarrollo global sostenible y humano.
Queda claro que no serán las pautas mercantiles las que puedan orientar estos cambios radicales, sino los principios democráticos que establece tan lúcidamente el preámbulo de la Constitución de la UNESCO.
Está claro que no serán los grupos plutocráticos del G6, G7, G8 o G20, sino un multilateralismo que ha de actuar rápidamente para reorientar adecuadamente las tendencias presentes.
Hoy ya no tenemos disculpa.
Todos podemos, cada día en mayor medida, expresarnos.
Son precisos grandes clamores para que sea el poder ciudadano y no el ‘gran dominio’ militar, financiero, energético y mediático el que lleve en sus manos las riendas del destino común.
Hay que poner los puntos sobre las íes. Hay que remediar rápidamente el actual desbarajuste. El por-venir está por-hacer, sí. Pero, ¿quién si no todos? •
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FEDERICO MAYOR ZARAGOZA, presidente de la Fundación Cultura de Paz, exdirector general de la UNESCO.