A pie de calle nos cuenta lo que pasa en nuestro día a día.
Artículos de personas que están en nuestro entorno, cosas de las que a veces no somos conscientes pero que están pasando.
Una visión más optimista de nuestro alrededor.
‘Mis padres son causantes de mi plenitud vital ¿por qué entonces no soy capaz de decirles que les quiero a pesar de sentirlo?’
DAVID PINO GOZALO elsaltodiario.com
Leía hace unos días en Instagram un post de una influencer despidiéndose de su padre fallecido, escribiéndole las cosas que no había podido decirle en vida.
Me impactó la posibilidad de verme teniendo que recurrir a una solución tan manida y, obviamente, tardía, para desahogar ese torrente de sentimientos hacia las personas tan importantes en nuestras vidas que a los hombres de mi edad tanto nos suele costar mostrar.
No recuerdo la última vez que les dije a mis padres que los quería. Dicho así suena realmente duro, y no es precisamente porque no sienta ese amor hacia mis padres, que lo siento y mucho.
Ni de que no se transmita sin necesidad de verbalizarlo.
Es algo derivado de la masculinidad que nos ha tocado vivir, en la que las estas demostraciones de afecto entre personas adultas mas allá de la pareja son, cuanto menos, incómodas.
Ni siquiera me imagino preguntándoles a mis amigos si ellos dicen que les quieren a sus padres.
O incluso diciéndoselo a ellos más allá de un estado cómico-etílico post adolescente.
Es como un gran elefante en la habitación que todo el mundo prefiere ignorar en pos del status quo
al que nos hemos habituado.
No negamos los sentimientos, simplemente los damos por sentados y pasamos a otra cosa. Es nuestro ‘no se habla de Bruno’ particular.
A mí me cuesta imaginarme una vida sin mis padres.
El tiempo pasa para todos, está claro, pero a mis cuarenta y cuatro años, totalmente independiente y con mi propia familia formada, el hogar familiar me sigue evocando una grata sensación de seguridad.
De que pase lo que pase siempre me quedaran ellos. Una vuelta a la juventud que huía de las responsabilidades adultas amparándose en ese colchón llamado familia que estaba para amortiguar cualquier posible patinazo. Con esa edad es algo que das por hecho.
Sin embargo, con el tiempo conoces la realidad de otras personas, y es cuando realmente te das cuenta de la suerte que has tenido con esa familia imperfectamente perfecta.
Y de empatizar con aquellas personas que no han tenido la misma suerte. He sido un privilegiado y
lo sé.
Y quizás ahora me baste y me sobre para lidiar con mis errores adultos, pero aún me resulta reconfortante regocijarme en la idea de que están.
Y no es algo a lo que quiera renunciar de ninguna manera. Ojalá yo consiga que mis hijos tengan esa misma sensación, porque entonces sé que lo habré hecho bien.
Deconstruirse también es reconocerse en esto. Quizás por eso no quiero esperar a que no estén para volcar esto en un post de la red social que esté de moda en ese momento.
Quiero que tengan la posibilidad de leerlo y de saber que han sido y siguen siendo unos grandes padres, que supieron transmitir los suficientes valores a sus hijos como para que ahora yo rompa ese extraño tabú social con estas líneas.
Espero estar a la altura criando a vuestros nietos.
Desde luego he aprendido de mis errores y me aseguro de decirles que les quiero todos los días.
Os quiero. •
Ninguna mala noticia ni ningún mal talante pudieron con los parisienses.
• ROXANE CRAMER. PARÍS
Desde la ciudad de la luz, aunque llueva, todo se ve con una relativa claridad.
En la Nuit Blanche (noche blanca) –invento parisiense, por cierto- se vieron familias enteras, grupos de amigos y mucho turista que se unió a esta celebración cultural, inundándola este año con mucha algarabía y buen humor.
Que ya tiene su mérito porque con la que está cayendo en Europa, y como no, en el resto de un mundo globalizado en el que se acaba contagiando todo por simpatía, bueno, todo, todo, no…
Eso ya les habría gustado a unos cuantos millones de personas (van a más) que viven y han vivido siempre bajo el umbral de la pobreza, y que en una de las pocas épocas de bonanza – parecía que se iba a regar el mundo con dinero-, nadie ha compartido con ellos su riqueza.
Vamos, que no solo no se han hecho ricos sino que, gracias a ese excelente momento económico que vivimos durante aquellos inolvidable años y a esa globalización tan manoseada y democrática, ahora son incluso hasta más pobres, si eso es posible.
Pero volvamos a la noche blanca y a París, donde ninguna mala noticia ni ningún mal talante pudieron con esa riada parisiense que se desplazaba por la ciudad bajo el paraguas de la ilusión y la cultura, y se perdía en el horizonte como diciendo: aquí estamos, no van a poder con nosotros.
Para una alemana emigrada a Francia esa visión me transportó al pasado y trajo a la memoria una historia que solía contarme mi abuela cuando yo era todavía una niña y le preguntaba por su infancia:
‘Con 11 años pasé de vivir muy bien, de estudiar en los mejores colegios a ser encerrada en un gueto.
Perdí a mis padres y a dos hermanos.
Me lo quitaron todo, menos la dignidad.
Sustituyeron lo que era rutinario en mi vida (que me dieran cariño, comer un plato de comida caliente, bañarme, leer o jugar) por todo tipo de penurias y atrocidades.
Para que esto no vuelva a pasar debes contárselo a tus hijos -me insistía-, y no debes dejar que las historias que te he contado caigan en el olvido’.
Mi abuela, como habréis podido imaginar, era judía y París le dio la oportunidad de volver a ser persona.
Nació en Bedzin, una pequeña ciudad al sur de Polonia que fue invadida por los nazis en 1939.
Toda su familia, incluida ella, fueron deportados al campo de exterminio de Auschwitz.
De eso hace ahora 73 años.
Edna, que era así como se llamaba, se sobrepuso a todo tipo de barbaridades y superó las muertes de sus padres y hermanos en la cámara de gas gracias a que parecía que todos los implicados en la Segunda Guerra Mundial (en ella murieron casi 70 millones de personas) habían aprendido la lección y dado con la fórmula con la que cicatrizar uno de los más vergonzosos episodios de la historia de la humanidad.
Es así como nació una Europa unida, pacífica y próspera por la que lucharon Adenauer, Gasperi, Churchill, Schuman o Spinelli.
Ahora, 50 peldaños más abajo tenemos a Merkel empeñada en olvidar un pasado que no da votos y pensando solo en ganar las elecciones (aunque falte un año).
La estabilidad europea (503.492.041 millones de habitantes) no entra, de momento, en sus planes.
Prefiere demonizar a los países del sur por gastadores (de productos alemanes), por poco ahorradores, por diferentes, empujándolos desde la austeridad a la necesidad que acabará por destruir sus democracias y las nuestras, porque no hay que olvidar que el hambre acabará por comerse la estabilidad social europea.
Y vuelta a empezar.
Pero como decía mi abuela:
‘Siempre habrá un paraguas francés donde resguardarnos cuando llueva’.
El éxito de unos pocos y el fracaso de muchos solo puede conducirnos a la destrucción de nuestra especie’
FRANCISCO JAVIER LÓPEZ MARTÍ elsaltodiario.com
Hace 50 años el mundo cambiaba a un ritmo acorde con la especie humana, mientras que ahora un adolescente puede considerar viejo a un joven de 20 años que ha perdido el tren de la última red social, o que no sabe utilizar la última terminología de moda.
Hay quienes se dedican a predecir los empleos que tendremos dentro de unos años, o unas décadas, pero lo cierto, aunque no queramos verlo, es que basta permanecer atentos a los movimientos del planeta para darnos cuenta de que nadie sabe de verdad hacia dónde se encamina nuestro destino.
Tan pronto alguien nos miente que las máquinas lo harán todo y nosotros no tendremos otra cosa que hacer que esperar a que alguna de ellas atienda nuestros más increíbles deseos, o nos reclame para ser reparada, como otro nos profetiza un futuro como especie en el planeta Marte, eso sí, terraformado.
Nadie repara en que eso significa aceptar la autodestrucción, la muerte de la Tierra, para que unos pocos puedan escapar en cohetes hacia un dudoso futuro, en otro planeta.
Un planeta marciano que, por más que lo intentemos, nunca podremos convertir en una Tierra
medianamente aceptable.
Si hoy tuviera que dirigirme a algunos jóvenes para responder a su inquietud sobre los empleos futuros que les esperan y la formación necesaria para ellos, no tendría más remedio que aconsejarles que, hoy como ayer, se preparen para aprender durante toda la vida y que se conviertan en flexibles para afrontar los cambios acelerados que se producen y se seguirán produciendo, sin que nadie sepa
muy bien hacia dónde.
Y tendría que decirles también que no piensen qué profesión les puede ofrecer más dinero y más poder, sino qué cosas les gustaría hacer en el futuro, porque les apetece hacerlas ya.
Nadie será medianamente feliz haciendo cosas que no le gustan. Porque además, si en algo coinciden los expertos, los profetas y los tertulianos, es en que el mundo al que vamos es difícilmente predecible y nada previsible.
Y, por último, podría intentar compartir con ellas, con ellos, que no hay más remedio que cambiar la lógica de la competencia salvaje que nos han hecho aceptar, para aprender a cooperar, trabajar en equipo, porque el éxito de unos pocos y el fracaso de muchos solo puede conducirnos a la destrucción de nuestra especie.
No la destrucción del mundo, cuidado, que el mundo seguirá aquí cuando nosotros ya hayamos desaparecido. •
Los grandes cambios no requieren de toda la humanidad.
Basta con que haya una parte que tenga la convicción testaruda’
MARÍA GONZÁLEZ REYES elsaltodiario.com
Escuché la anécdota en el marco de una investigación sobre cómo nos percibimos los humanos en relación a la naturaleza.
‘Píntate’, le habían dicho a una niña de cinco años que vive en una ciudad, de piel clara, con habitación propia.
Y se dibujó en el centro de la hoja. Dos ojos, boca, cuerpo que sale del cuello hacia abajo. Dos brazos,
dos piernas.
Se le olvidó la nariz.
‘Píntate’, le dijeron a otra niña de cinco años.
Indígena, en contacto permanente con el entorno natural en el que vive, que sabe sembrar y recolectar.
Y dibujó varias caras distribuidas por el papel.
Caras rodeadas de árboles verdes. Una lombriz. Un pájaro. Un río.
La niña de ciudad dijo: yo soy esta.
La niña indígena dijo: yo estoy ahí dibujada entre todo lo demás.
La anécdota vale para ilustrar que una parte de nuestra especie se concibe como un ser individual, desconectado del resto de seres vivos, colocado en el centro de la hoja.
Situado, en realidad, en el centro de todo.
Y que otra parte se percibe como una pieza de algo que no termina ni empieza en su cuerpo.
Se dibuja desde el somos, junto a otros humanos y a otras especies formando parte de una trama.
Como si la vida solo se pudiese explicar entendiendo las interrelaciones.
Quizás por eso no es extraño que unas personas sufran con el árbol talado, con la especie extinguida, con la tierra revuelta para sacar lo que tiene debajo y, otras, talen, exterminen especies y rompan las entrañas del planeta sin sentir nada.
‘A mí me calma pensar que la vida va a continuar’, dijo una alumna de secundaria en un taller en el que participábamos ambas, ‘a pesar de la destrucción que estamos generando parte de nuestra especie, quizás sin nosotras, seguro que con muchas especies menos, pero va a seguir existiendo vida’.
A mí también me produce calma saber que la vida sigue a pesar del capitalismo.
Lo que no quita que piense que tenemos que asumir nuestra responsabilidad como parte de una especie que está poniendo a muchas otras a caminar por el filo del abismo.
Me calma pensar que la vida siempre puede más y que no podremos arrasarlo todo.
Me calma, también, saber que los grandes cambios no requieren de toda la humanidad.
Que basta con que haya una parte que tenga la convicción testaruda de que podemos construir otra normalidad.
Cuando acabamos el taller, el formador (de manera arriesgada para estar dirigiéndose a alumnado de secundaria) lanzó un reto:
‘Os invito a que en los próximos días, cada vez que tengáis contacto con el agua para beber, para ducharos o para lo que sea, penséis si tenéis alguna conexión sagrada con ese agua’.
Hubo un silencio.
Nadie le pidió aclaraciones sobre qué significaba ‘conexión sagrada’.
Varias de las personas asumimos el reto.
En la siguiente sesión comentamos lo que nos había pasado. ‘Fui más consciente de su sabor’.
‘Me pareció que tenía el poder de limpiarme por dentro’.
‘Me di cuenta de lo valiosa que es y recogí las gotas que se me quedaron en el brazo’.
‘Me di cuenta como nunca antes de que sin agua no podría estar viva’. ‘Percibí su contacto con mi piel de una forma distinta’.
Quizás pensar en esa conexión sea una manera de que se nos ocurra dibujarnos
junto a algo más. •
Maua significa flores en suahili.
Representan vida, alegría y una oportunidad para quienes las producen: mujeres valientes que han sufrido alguna de las prácticas más radicales de violencia de género.
Por CLARA FUERTES Fotografía MÓNICA BATÁN ZAMORA
Esta historia nace del corazón de Mónica Batán Zamora, economista, con quince años de experiencia en el sector financiero.

FLORES ÚNICAS, valiosas y diversas, como las mujeres y las niñas a las que representan.
Trabajaba en Kenia en un proyecto para hacer frente a la mutilación genital femenina entre la tribu masai, práctica que se le impone a siete de cada diez mujeres.
‘El corte demuestra que están preparadas para casarse, y sin él, ningún hombre accedería’, explica.
Mónica compartía mucho tiempo con mujeres que han sido cortadas, madres que han ejercido la práctica a sus hijas, e incluso con aquellas que tienen el oficio de mutiladoras y cobran por practicar este servicio.
Mujeres que son maestras artesanas en crear complementos para su día a día, joyas únicas y bellísimas.
Mujeres que en gratitud por su amistad, le regalaban a Mónica, algunas de estas piezas. En España, cuando las lucía, llamaban la atención.
Un día, Mónica estaba al volante de su coche.
Se miró al espejo retrovisor, en su cuello pendía un collar con una flor, había sido creado por estas mujeres.
Esa flor la llevó a pensar en la cara de la mujer que la había hecho.
‘Cada flor es única, especial, como cada mujer’, pensó.
Y así surgió Maua que significa flores en su lengua.
Un proyecto que nace desde el agradecimiento a las mujeres, y potencia su anhelo de ser generadoras de un futuro mejor, protagonistas de su propio cambio.
‘Es el trabajo de mujeres que quieren cambiar su destino, de mujeres implicadas con la igualdad de género y la erradicación de la violencia que se ejerce sobre ellas por el mero hecho de ser mujeres’. Expresa Mónica. (más…)
Inspiración para poetas y artistas. Soberanos del lenguaje onírico y mágico.
Los unicornios son, más allá de modas perecederas, el símbolo por excelencia de la pureza, la esencia, la honestidad y el amor.
Por MARTA ARTEAGA Fotografía © ISABEL MUÑOZ
La física cuántica sostiene que el observador modifica a lo observado, y hay quien podría decir que solo son caballos.
Sin rendirse a la evidencia de la belleza y de la existencia de la imaginación, conviviendo desde otro plano de conciencia en esta realidad.
Los unicornios son los guardianes del templo de nuestra imaginación.
Desde el imaginario del hombre y el centauro, a las cuevas de Altamira.
La relación del ser humano y el caballo, en perfecta armonía, ha estado presente desde los orígenes.
Ese es el misterio que revelan las fotografías de Isabel Muñoz, cuya obra danza la relación del ser humano en comunión con la naturaleza.
Investigando el cuerpo y el movimiento, como herramientas para comprender el origen de nuestro propio linaje.
‘Me encanta descubrir a los unicornios en esas playas hechas con tonos grises, en las que la marea se retrae y el suelo es como un espejo y, de pronto, vuelves a los orígenes. pensar en las personas que amaron en esos espacios, que vivieron y lloraron en esos espacios.
Me encanta descubrir el caballo y su sensualidad; tiene algo en su piel que dan ganas de tocarlo; y el mar y el ser humano, y esa ambigüedad que hay entre sus cuerpos’.
Expresa en sus palabras vestidas de gozo.
Da la impresión de que en los informativos predominan los asesinos, dementes, desvergonzados, haraganes, corruptos… cuando, por fortuna, predominan los seres humanos solidarios, generosos, que se desviven por atender a los demás.
FEDERICO MAYOR ZARAGOZA
Presidente de la Fundación Cultura de Paz
Exdirector general de la UNESCO
Múltiples malos ejemplos que se divulgan a los cuatro vientos cuando los más numerosos buenos ejemplos permanecen en los grandes ámbitos
de lo silenciado.
Cuando se comunica lo extraordinario, lo insólito, lo que no tiene lugar habitualmente -que por esto es ‘noticia’- se debería acto seguido indicar cuál es la incidencia, qué grado de alarma
social conllevan, qué atención ciudadana merecen.
Cuando, por ejemplo, leo o veo sucesos escolares muy poco edificantes, pienso que hay más de ochocientos mil docentes en España y unos diez millones de alumnos en los distintos grados,
la mayoría de los cuales observan una conducta apropiada y, con frecuencia, excelente.
En consecuencia, debe destacarse la excepcionalidad de los acontecimientos que se cuentan o su trascendencia porque, de otro modo, progresivamente sólo interesa y preocupa el estado del músculo abductor que permitirá o no que tal futbolista pueda intervenir en la próxima contienda.
En resumen: además de las ‘noticias’ sobre desastres, asesinatos, catástrofes…
comuniquen, por favor, informaciones sobre hechos que pongan de manifiesto la inmensa bondad que anida, por fortuna, en tantas personas… y aquellos que resultan en beneficio de toda la humanidad.
Hace tan sólo unos días expusimos, con gran alegría, la prevención -que siempre es la mayor victoria- de enfermedades metabólicas en el neonato gracias a la ‘prueba del
talón’.
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Estas alteraciones moleculares, si no se detectan y tratan a tiempo, originan un gravísimo deterioro neuronal irreversible.
En las últimas cinco décadas se han evitado estas discapacidades en más de cinco mil personas, que viven con total normalidad.
Que los medios de comunicación ponderen el valor de la prevención, que insistan en la importancia de invertir en salud y bienestar, en un nuevo concepto de seguridad que permita evitar o aminorar el efecto de las catástrofes naturales o provocadas, que exalte las actividades de tantos voluntarios que mitigan sufrimientos ajenos.
Sí, por favor: ¡dennos también buenas noticias! •
La Orchestra of the Age of Enlightenment es una de las orquestas más celebradas del mundo.
Pretende, con música y comportamientos responsables, ilustrar el siglo XXI.
Eso sí, dejando las reglas en la puerta del teatro. Es innovadora y singular, porque todas las orquestas no tienen por qué ser iguales.
Por FERNANDO LÓPEZ DEL PRADO
Fotografía joe plommer y eric richmond
Venciendo todo pudor he de reconocer que fue amor a primera vista, magia al primer roce.
Escalofríos al primer compás.
Un aroma musical tan intenso que aún reconozco en mi piel.
Desde hace unos meses, mantengo una maravillosa relación artística con una orquesta de cuyos virtuosos instrumentos han salido las vitaminas musicales que han conseguido que mi alma no se pusiera mala ni una sola vez durante todo el invierno.
Invierno que ha resultado ser uno de los más fríos y largos de los últimos años en el Reino Unido e Irlanda del Norte. Esta generosa amante toma el certero nombre de Orquesta de la Edad de la Ilustración.
La Orchestra of the Age of Enlightenment, como se la conoce por estos lares británicos, es mucho más que un grupo de personas que tocan instrumentos antiguos.

Orchestra of the Age of Enlightenment
Son, por méritos propios, una de las orquestas de época más celebradas del mundo y un conjunto maravilloso de artistas comprometidos con la universalidad de la música y con sus efectos positivos en el ser humano, con la constante búsqueda de la excelencia y con la valentía de desafiar, con mucho respeto, la concepción clásica de lo que entendemos por orquesta.
Su hábitat desaparece mientras las compañías madereras siguen talando árboles, diferentes industrias entran en su territorio y las poblaciones locales utilizan los bosques para crear espacios agrícolas. Hay más de los que se creía pero, aun así, los gorilas son una especie amenazada. Por ARANTZA DE CASTRO
Más de 360 000 gorilas habitan los bosques del África Ecuatorial Occidental, aproximadamente un tercio más de lo que se pensaba hasta ahora.
Son datos de un estudio de WCS (Wildlife Conservation Society) en el que colabora WWF junto a otras 52 instituciones que, hasta el momento, cifraban la especie en 200 000 ejemplares.
No todo son buenas noticias para los gorilas.
Aproximadamente el 80% habita fuera de áreas protegidas debido a la demanda de materia prima que se extrae de su hogar: los bosques.
Y es que no es fácil para ellos sobrevivir: su descenso se posiciona en el 2,7%, año tras año.
Frenar la caza furtiva, la tala ilegal y la destrucción de los bosques es esencial para salvarlos.
Esto es así porque son principalmente herbívoros, y dedican casi la mitad de su día a alimentarse de tallos, brotes de bambú y una gran variedad de frutas, dieta que complementan con invertebrados y cortezas de árboles.
Existen dos especies de gorilas:
Gorila oriental: gorila de montaña y gorila de Grauer
Gorila occidental: gorila de tierras bajas y gorila del río Cross que viven en bosques tropicales y subtropicales de África central, separados por unos 900 km pertenecientes al bosque del Congo.
La cuenca del Congo es hogar del segundo bosque tropical más grande del mundo, es el corazón verde de África.
Se estima que tan solo un 2,8% vive en zonas protegidas. Sin embargo, habita en grandes zonas boscosas muy cercanas a estos parques nacionales y a las reservas, alejadas de los centros de actividad humana.
Por lo tanto, la conservación de las áreas forestales vírgenes es imprescindible para la protección de esta especie y de sus ‘hermanos’, los chimpancés.
CAZA Y COMERCIO, UN PROBLEMA AL ALZA
La caza y el comercio se han convertido en un problema al alza debido a que son asesina- dos para el comercio ilegal de su carne.
Tanto la caza de gorilas como el comercio de sus productos son actividades ilegales, pero los furtivos, los comerciantes y los consumidores son rara vez castigados, dada la débil legislación actual.
Por otro lado, se encuentra el ébola, una enfermedad infecciosa severa que ha devastado muchas poblaciones de grandes simios en África.
Además, los gorilas que tienen contacto frecuente con las personas son susceptibles a contraer otras enfermedades humanas, como infecciones respiratorias que han provocado el 20% de las muertes súbitas en estos mamíferos.
Además, a las enfermedades hay que añadir un factor: la baja tasa de natalidad.
Como los humanos, los gorilas se reproducen muy despacio. Dan a luz a una cría cada vez y cuidan de ella durante varios años antes de dar a luz de nuevo.
EL TURISMO COMO AMENAZA
La situación de los gorilas de montaña es crítica.
Solo viven en África Oriental y más del 40% de los 1 059 individuos que quedan en el mundo se encuentran en el Parque Nacional de la Selva Impenetrable de Bwindi, al suroeste de Uganda. Su conservación ha incentivado la visita frecuente de turistas.
Tal y como recoge la publicación científica SINC, debido a su susceptibilidad a las enfermedades infecciosas, las autoridades ugandesas han limitado el acceso de las personas para proteger la salud de los gorilas.
No más de ocho turistas pueden visitar a los grupos de primates acostumbrados a la presencia humana durante una hora al día.

LAS INFECCIONES provocan la muerte de un gran número de ellos. Es necesario que los turistas mantengan la distancia. Foto © Matthias Mugisha
Las normas son estrictas al respecto: las personas deben mantener una distancia de siete metros (o más) de los gorilas en todo momento.
En ausencia de viento es la distancia mínima segura para evitar cualquier riesgo de transmisión.
Sin embargo, a lo largo de los años, varios estudios han documentado que no todos los grupos de turistas respetan la regla de los siete metros.
En un nuevo trabajo, publicado en la revista ‘Frontiers in Public Health’,
un equipo de la Universidad de Ohio en EE. UU demuestra que el 98% de los turistas incumple la norma de mantenerse a siete metros de los gorilas,
según las 53 excursiones realizadas en temporada alta en el parque africano.
La idea era encontrar soluciones a esta problemática que permitan mejorar el cumplimiento de las reglas del parque.
El 73% de los excursionistas encuestados estaría dispuesto a utilizar medidas de precaución para proteger la salud del gorila como, por ejemplo, usar máscaras durante los encuentros.

EL 24 DE SEPTIEMBRE, el insituto
Jane Goodall celebra el Día Mundial
del Gorila. El empeño internacional para
garantizar la protección de la especie no
ha cesado debido a todas las amenazas
que sufren estos primates.
Esta práctica, que ya existe en la República Democrática del Congo, se considera la mejor opción, según los científicos que trabajan en la conservación de primates.
‘Se necesita acción para limitar los riesgos de enfermedades causados por los turistas que van a ver gorilas de montaña’,
recalca Gladys Kalema- Zikusoka, gerente de Conservation Through Public Health, señala el medio. •
En 2018, Jelani Memory, fundador de A kids Company, escribió un libro para sus seis hijos titulado ‘Un libro para niños sobre el racismo’.
En ese momento tenía cinco hijos: cuatro blancos y uno negro, con un nuevo bebé negro en camino.
Al crecer como un niño negro en la ciudad más blanca de Estados Unidos, le pareció importante que sus hijos no solo supieran y entendieran qué es el racismo, sino que también pudieran hablar de ello abiertamente. Así comienza esta historia.
Por ARANTZA DE CASTRO Fotografía A KIDS COMPANY ABOUT

JELANI, fundador de A Kids Company.
Él dice que solo hizo lo que haría cualquier padre: escribir un libro.
No para que pudieran iniciar una conversación sobre el racismo, sino para que siempre supieran que era un tema abierto que podían tratar con su padre negro.
‘Estoy agradecido de que mis hijos, especialmente mis hijos blancos, se sientan cómodos preguntando: ¿Es esto racista?’, explica en una carta abierta el fundador de A Kids Company About.
Tres años después de que escribiera ese libro y de construir una empresa en torno a la idea de que los niños están listos para hablar sobre las cosas importantes de la vida, Memory ha creado toda una plataforma con la que se pueden formar mágicas conversaciones.
Su compañía ha publicado más de 70 libros que van desde temas como Divorcio, Optimismo, Votación, Cáncer, Vergüenza, Racismo, Gratitud, Empatía y Ser no binario.
Gracias a ello han conseguido iniciar conversaciones importantes en hogares, escuelas, aulas, fortalezas hechas con almohadas, casas de abuelos y consultorios de terapeutas de todo el mundo.
Tal ha sido su crecimiento que ya no son solo una empresa de ‘libros’ para niños, sino una empresa de ‘medios’ para niños. Ahora cuentan historias a través de palabras, vídeos, audio y otros formatos para niños de todas las edades.
RED DE PÓDCAST
El audio para niños tiene mucho camino por recorrer aún para ponerse al día, comparado con la oferta existente para adultos en la actualidad.
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Sus programas cuentan con anfitriones diversos y temas importantes como la justicia climática, o cómo investigar hechos en ‘¿Es eso cierto?’, y el activismo en ‘The Activators!!’, que, por cierto, es presentado por un niño de ocho años.

Los niños están listos
UNA ‘APP’ DE APRENDIZAJE EMPODERADOR
Los niños necesitan entretenimiento, distracción y fantasía.
Pero también necesitan verse reflejados en las historias con las que interactúan y, lo que es más importante, necesitan ver sus experiencias.
Los niños necesitan un espacio donde aprendan a comprender y superar lo que enfrentan en el día a día.
Están aquí para contar historias que empoderen a los niños, de ahí su eslogan: ‘Hecho para empoderar’.
El empoderamiento no se trata solo de matar dragones.
También puede tratarse de aprender a amarte a ti mismo, o amar a alguien que no se ve, suena, piensa o actúa como tú.
De superar un trauma, comprender qué es el trauma, incluso de encontrar tu pasión.
Puede tratarse, simplemente, de pasar el día. Los niños merecen algo mejor. Y podemos hacerlo mejor. •