A pie de calle nos cuenta lo que pasa en nuestro día a día.
Artículos de personas que están en nuestro entorno, cosas de las que a veces no somos conscientes pero que están pasando.
Una visión más optimista de nuestro alrededor.
Da la impresión de que en los informativos predominan los asesinos, dementes, desvergonzados, haraganes, corruptos… cuando, por fortuna, predominan los seres humanos solidarios, generosos, que se desviven por atender a los demás.
FEDERICO MAYOR ZARAGOZA
Presidente de la Fundación Cultura de Paz
Exdirector general de la UNESCO
Múltiples malos ejemplos que se divulgan a los cuatro vientos cuando los más numerosos buenos ejemplos permanecen en los grandes ámbitos
de lo silenciado.
Cuando se comunica lo extraordinario, lo insólito, lo que no tiene lugar habitualmente -que por esto es ‘noticia’- se debería acto seguido indicar cuál es la incidencia, qué grado de alarma
social conllevan, qué atención ciudadana merecen.
Cuando, por ejemplo, leo o veo sucesos escolares muy poco edificantes, pienso que hay más de ochocientos mil docentes en España y unos diez millones de alumnos en los distintos grados,
la mayoría de los cuales observan una conducta apropiada y, con frecuencia, excelente.
En consecuencia, debe destacarse la excepcionalidad de los acontecimientos que se cuentan o su trascendencia porque, de otro modo, progresivamente sólo interesa y preocupa el estado del músculo abductor que permitirá o no que tal futbolista pueda intervenir en la próxima contienda.
En resumen: además de las ‘noticias’ sobre desastres, asesinatos, catástrofes…
comuniquen, por favor, informaciones sobre hechos que pongan de manifiesto la inmensa bondad que anida, por fortuna, en tantas personas… y aquellos que resultan en beneficio de toda la humanidad.
Hace tan sólo unos días expusimos, con gran alegría, la prevención -que siempre es la mayor victoria- de enfermedades metabólicas en el neonato gracias a la ‘prueba del
talón’.
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Estas alteraciones moleculares, si no se detectan y tratan a tiempo, originan un gravísimo deterioro neuronal irreversible.
En las últimas cinco décadas se han evitado estas discapacidades en más de cinco mil personas, que viven con total normalidad.
Que los medios de comunicación ponderen el valor de la prevención, que insistan en la importancia de invertir en salud y bienestar, en un nuevo concepto de seguridad que permita evitar o aminorar el efecto de las catástrofes naturales o provocadas, que exalte las actividades de tantos voluntarios que mitigan sufrimientos ajenos.
Sí, por favor: ¡dennos también buenas noticias! •
La Orchestra of the Age of Enlightenment es una de las orquestas más celebradas del mundo.
Pretende, con música y comportamientos responsables, ilustrar el siglo XXI.
Eso sí, dejando las reglas en la puerta del teatro. Es innovadora y singular, porque todas las orquestas no tienen por qué ser iguales.
Por FERNANDO LÓPEZ DEL PRADO
Fotografía joe plommer y eric richmond
Venciendo todo pudor he de reconocer que fue amor a primera vista, magia al primer roce.
Escalofríos al primer compás.
Un aroma musical tan intenso que aún reconozco en mi piel.
Desde hace unos meses, mantengo una maravillosa relación artística con una orquesta de cuyos virtuosos instrumentos han salido las vitaminas musicales que han conseguido que mi alma no se pusiera mala ni una sola vez durante todo el invierno.
Invierno que ha resultado ser uno de los más fríos y largos de los últimos años en el Reino Unido e Irlanda del Norte. Esta generosa amante toma el certero nombre de Orquesta de la Edad de la Ilustración.
La Orchestra of the Age of Enlightenment, como se la conoce por estos lares británicos, es mucho más que un grupo de personas que tocan instrumentos antiguos.
Son, por méritos propios, una de las orquestas de época más celebradas del mundo y un conjunto maravilloso de artistas comprometidos con la universalidad de la música y con sus efectos positivos en el ser humano, con la constante búsqueda de la excelencia y con la valentía de desafiar, con mucho respeto, la concepción clásica de lo que entendemos por orquesta.
Su hábitat desaparece mientras las compañías madereras siguen talando árboles, diferentes industrias entran en su territorio y las poblaciones locales utilizan los bosques para crear espacios agrícolas. Hay más de los que se creía pero, aun así, los gorilas son una especie amenazada. Por ARANTZA DE CASTRO
Más de 360 000 gorilas habitan los bosques del África Ecuatorial Occidental, aproximadamente un tercio más de lo que se pensaba hasta ahora.
Son datos de un estudio de WCS (Wildlife Conservation Society) en el que colabora WWF junto a otras 52 instituciones que, hasta el momento, cifraban la especie en 200 000 ejemplares.
No todo son buenas noticias para los gorilas.
Aproximadamente el 80% habita fuera de áreas protegidas debido a la demanda de materia prima que se extrae de su hogar: los bosques.
Y es que no es fácil para ellos sobrevivir: su descenso se posiciona en el 2,7%, año tras año.
Frenar la caza furtiva, la tala ilegal y la destrucción de los bosques es esencial para salvarlos.
Esto es así porque son principalmente herbívoros, y dedican casi la mitad de su día a alimentarse de tallos, brotes de bambú y una gran variedad de frutas, dieta que complementan con invertebrados y cortezas de árboles.
Existen dos especies de gorilas:
Gorila oriental: gorila de montaña y gorila de Grauer
Gorila occidental: gorila de tierras bajas y gorila del río Cross que viven en bosques tropicales y subtropicales de África central, separados por unos 900 km pertenecientes al bosque del Congo.
La cuenca del Congo es hogar del segundo bosque tropical más grande del mundo, es el corazón verde de África.
Se estima que tan solo un 2,8% vive en zonas protegidas. Sin embargo, habita en grandes zonas boscosas muy cercanas a estos parques nacionales y a las reservas, alejadas de los centros de actividad humana.
Por lo tanto, la conservación de las áreas forestales vírgenes es imprescindible para la protección de esta especie y de sus ‘hermanos’, los chimpancés.
CAZA Y COMERCIO, UN PROBLEMA AL ALZA
La caza y el comercio se han convertido en un problema al alza debido a que son asesina- dos para el comercio ilegal de su carne.
Tanto la caza de gorilas como el comercio de sus productos son actividades ilegales, pero los furtivos, los comerciantes y los consumidores son rara vez castigados, dada la débil legislación actual.
Por otro lado, se encuentra el ébola, una enfermedad infecciosa severa que ha devastado muchas poblaciones de grandes simios en África.
Además, los gorilas que tienen contacto frecuente con las personas son susceptibles a contraer otras enfermedades humanas, como infecciones respiratorias que han provocado el 20% de las muertes súbitas en estos mamíferos.
Además, a las enfermedades hay que añadir un factor: la baja tasa de natalidad.
Como los humanos, los gorilas se reproducen muy despacio. Dan a luz a una cría cada vez y cuidan de ella durante varios años antes de dar a luz de nuevo.
EL TURISMO COMO AMENAZA
La situación de los gorilas de montaña es crítica.
Solo viven en África Oriental y más del 40% de los 1 059 individuos que quedan en el mundo se encuentran en el Parque Nacional de la Selva Impenetrable de Bwindi, al suroeste de Uganda. Su conservación ha incentivado la visita frecuente de turistas.
Tal y como recoge la publicación científica SINC, debido a su susceptibilidad a las enfermedades infecciosas, las autoridades ugandesas han limitado el acceso de las personas para proteger la salud de los gorilas.
No más de ocho turistas pueden visitar a los grupos de primates acostumbrados a la presencia humana durante una hora al día.
Las normas son estrictas al respecto: las personas deben mantener una distancia de siete metros (o más) de los gorilas en todo momento.
En ausencia de viento es la distancia mínima segura para evitar cualquier riesgo de transmisión.
Sin embargo, a lo largo de los años, varios estudios han documentado que no todos los grupos de turistas respetan la regla de los siete metros.
En un nuevo trabajo, publicado en la revista ‘Frontiers in Public Health’,
un equipo de la Universidad de Ohio en EE. UU demuestra que el 98% de los turistas incumple la norma de mantenerse a siete metros de los gorilas,
según las 53 excursiones realizadas en temporada alta en el parque africano.
La idea era encontrar soluciones a esta problemática que permitan mejorar el cumplimiento de las reglas del parque.
El 73% de los excursionistas encuestados estaría dispuesto a utilizar medidas de precaución para proteger la salud del gorila como, por ejemplo, usar máscaras durante los encuentros.
Esta práctica, que ya existe en la República Democrática del Congo, se considera la mejor opción, según los científicos que trabajan en la conservación de primates.
‘Se necesita acción para limitar los riesgos de enfermedades causados por los turistas que van a ver gorilas de montaña’,
recalca Gladys Kalema- Zikusoka, gerente de Conservation Through Public Health, señala el medio. •
En 2018, Jelani Memory, fundador de A kids Company, escribió un libro para sus seis hijos titulado ‘Un libro para niños sobre el racismo’.
En ese momento tenía cinco hijos: cuatro blancos y uno negro, con un nuevo bebé negro en camino.
Al crecer como un niño negro en la ciudad más blanca de Estados Unidos, le pareció importante que sus hijos no solo supieran y entendieran qué es el racismo, sino que también pudieran hablar de ello abiertamente. Así comienza esta historia.
Por ARANTZA DE CASTRO Fotografía A KIDS COMPANY ABOUT
Él dice que solo hizo lo que haría cualquier padre: escribir un libro.
No para que pudieran iniciar una conversación sobre el racismo, sino para que siempre supieran que era un tema abierto que podían tratar con su padre negro.
‘Estoy agradecido de que mis hijos, especialmente mis hijos blancos, se sientan cómodos preguntando: ¿Es esto racista?’, explica en una carta abierta el fundador de A Kids Company About.
Tres años después de que escribiera ese libro y de construir una empresa en torno a la idea de que los niños están listos para hablar sobre las cosas importantes de la vida, Memory ha creado toda una plataforma con la que se pueden formar mágicas conversaciones.
Su compañía ha publicado más de 70 libros que van desde temas como Divorcio, Optimismo, Votación, Cáncer, Vergüenza, Racismo, Gratitud, Empatía y Ser no binario.
Gracias a ello han conseguido iniciar conversaciones importantes en hogares, escuelas, aulas, fortalezas hechas con almohadas, casas de abuelos y consultorios de terapeutas de todo el mundo.
Tal ha sido su crecimiento que ya no son solo una empresa de ‘libros’ para niños, sino una empresa de ‘medios’ para niños. Ahora cuentan historias a través de palabras, vídeos, audio y otros formatos para niños de todas las edades.
RED DE PÓDCAST
El audio para niños tiene mucho camino por recorrer aún para ponerse al día, comparado con la oferta existente para adultos en la actualidad.
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Sus programas cuentan con anfitriones diversos y temas importantes como la justicia climática, o cómo investigar hechos en ‘¿Es eso cierto?’, y el activismo en ‘The Activators!!’, que, por cierto, es presentado por un niño de ocho años.
UNA ‘APP’ DE APRENDIZAJE EMPODERADOR
Los niños necesitan entretenimiento, distracción y fantasía.
Pero también necesitan verse reflejados en las historias con las que interactúan y, lo que es más importante, necesitan ver sus experiencias.
Los niños necesitan un espacio donde aprendan a comprender y superar lo que enfrentan en el día a día.
Están aquí para contar historias que empoderen a los niños, de ahí su eslogan: ‘Hecho para empoderar’.
El empoderamiento no se trata solo de matar dragones.
También puede tratarse de aprender a amarte a ti mismo, o amar a alguien que no se ve, suena, piensa o actúa como tú.
De superar un trauma, comprender qué es el trauma, incluso de encontrar tu pasión.
Puede tratarse, simplemente, de pasar el día. Los niños merecen algo mejor. Y podemos hacerlo mejor. •
Son las caras de la guerra.
Más de diez millones de personas han huido de sus hogares en Ucrania en los últimos dos meses.
Hay más de cinco millones de refugiados en otros países, lo que la convierte en la crisis de refugiados de más rápido crecimiento desde la Segunda Guerra Mundial, y 6,5 millones de personas permanecen desplazadas dentro del país.
Detrás de cada cifra hay una historia de desarraigo.
Anoche tuve un Sueño ha viajado hasta Medyka (frontera de Polonia con Ucrania) y Cracovia para contar de primera
mano la situación de los refugiados ucranianos y lo ha hecho acompañada por el socio director del despacho de abogados Ius Aequitas Trial Lawyers, Eliseo M. Martínez, en su firme compromiso por ofrecer asistencia legal a todos aquellos que han tenido que dejar atrás su país, sus trabajos, sus estudios, en definitiva, sus vidas, por la invasión rusa de Ucrania.
Las visitas a los campos de refugiados son obligadas y toda ayuda es poca en esta situación de emergencia humanitaria.
Por JULIA HIGUERAS
Fotografía ALFONSO OHNUR
La música constituye un elemento esencial en cualquier tipo de cultura, ya sea en forma de sonido, ruido o teniendo en cuenta su ausencia: el silencio. Y, ¿en qué contribuye a la realidad de una sociedad? No hay sociedad sin música ni música sin sociedad.
Puede ser reconocida como un instrumento de conocimiento del mundo que nos rodea. Y no solo eso, favorece el desarrollo personal en todas sus vertientes: cognitiva, motora, emocional, social y espiritual.
Por ÁNGELA ALMARAZ RIESCO
La música forma parte de nuestro día a día, pero desde mucho antes de que nosotros seamos conscientes.
En la gestación, el feto percibe absolutamente todo lo que hay en el exterior, vibraciones, el corazón de su madre, sonidos base que van a estar muy presentes en la vida adulta.
Todos esos sonidos se interiorizan en nuestro cerebro y desencadenan emociones que pueden ser compartidas.
Pero todo esto depende tanto de la cultura en la que te encuentres como en la herencia genética que te sustenta.
No existen escritos de como evolucionó el ruido a la ordenación de sonidos para crear melodías, ritmos y formar una armonía hasta llegar a la formación de canciones pero si se conoce la progresión de los ritmos de pueblos primitivos a la música urbana como crítica del desarrollo de una sociedad.
FEDERICO MAYOR ZARAGOZA, Presidente de la Fundación Cultura de Paz Exdirector general de la UNESCO
Sin disminuir ni un ápice la responsabilidad de Putin, debemos reflexionar con apremio y firmeza sobre las causas de esta guerra. Debemos preguntarnos por qué Europa, que debía tener un papel cualitativo muy relevante a escala mundial, no ha figurado como interlocutor, absorbida por la OTAN, que se extiende hacia el este y habla en nombre de la ciudadanía europea. Deber de memoria.
Acabamos de comprobar la irrelevancia de las Naciones Unidas, porque 196 países están a merced de la voluntad de cinco. Y también la irrelevancia de la Unión Europea, que debe adoptar decisiones por unanimidad, lo que se traduce en 27 vetos, porque la unanimidad es la antítesis de la democracia. Y por ello resulta que no es Europa sino la OTAN la que se expresa en su lugar.
Todas las crisis pueden convertirse en oportunidades de cambio. La crisis actual, originada por la razón de la fuerza, puede convertirse en impulso de un gran movimiento mundial en favor de la fuerza de la razón, de la mediación, de la palabra, de un multilateralismo democrático a escala mundial, que permita, cuando ya se apuran las posibilidades de acción ante amenazas globales irreversibles, la puesta en marcha efectiva de la Agenda 2030 y de los Acuerdos sobre Cambio Climático.
No podemos seguir abducidos por el inmenso poder mediático ‘arma de distracción masiva’, según acertada definición y advertencia de Soledad Gallego. Nunca más espectadores, sino actores para la gran transición desde una cultura de imposición, dominio, violencia y guerra a una cultura de encuentro, diálogo, conciliación, alianza y paz. Deber de memoria para la acción resuelta. Delito de silencio. Ha llegado el momento de una gran coalición global, liderada por las mujeres y la juventud, en favor de la paz y la no violencia, de la resolución de los conflictos en el contexto de un multilateralismo democrático que desplace la gobernanza de los G6, G7, G8 y G20.
Coalición mundial para la gran transformación de la fuerza a la palabra, reformando a las Naciones Unidas mediante una nueva composición de la Asamblea General, que incluiría de verdad a ‘los pueblos’ con un 50 % de representantes de la sociedad civil, que se añadirían a los representantes (el otro 50 %) de los Estados, y donde el veto sería sustituido por porcentajes bien ponderados y equilibrados.
‘Nosotros, los pueblos’ para, ahora sí, poder mirar a los ojos de nuestros descendientes y decirles que no les dejaremos un planeta con la habitabilidad deteriorada; que las ojivas nucleares serán inmediatamente eliminadas; que los paraísos fiscales desaparecerán y los ingentes medios dedicados hoy a la defensa territorial también tendrán en cuenta la seguridad humana -alimentación, agua, salud, educación, cuidado del medio ambiente- de quienes habitan estos territorios tan bien protegidos.•
Entramos en Chillida Leku: Cerrado al público, abierto a la continuidad:
Para nuestro pasmo – la noche anterior jarreaba en San Sebastián-, ha amanecido con un sol radiante, como hecho a propósito, y las doce hectáreas de este viejo caserío del siglo XVI, rehabilitado, cuyas laderas están adornadas con cedros, castaños, robles y algunos manzanos, nos acompañan en la explosión de vida que esta mañana nos regala Chillida Leku. Decía Eduardo Chillida que ‘la poesía es necesaria para todas las artes, para cualquier cosa que se haga; si no hay poesía y construcción, no hay nada válido’. Y esta mezcla de naturaleza y construcción que es este museo, la Casa del Padre, la gran obra de este escultor que quiso realizar en su tierra, es el resultado de esa poesía de la que habla y que pudo exteriorizar sin límite aquí, en Zabalaga, y que para él fue la conjunción perfecta del espíritu de su arte.
‘¿Qué es el tiempo? ¿Cómo es posible que nuestra vida, formada por sucesivos presentes que no tienen dimensión, pueda durar 20, 40 u 80 años? ¿Qué clase de tiempo conduce a esa duración?’. Con estas preguntas, difíciles de contestar, comenzaba Eduardo Chillida su discurso como miembro de la Real Academia de las Bellas Artes. Curiosamente, Chillida Leku vive hoy una vida formada por sucesivos presentes. Cerrado al público y abierto a la continuidad. Detrás de las puertas y de la nota de papel donde se explica con claridad el cierre del mu- seo, hay vida, humana y de la otra. Varios estudiosos de la obra revisan concienzudamente la biblioteca intentando capturar la esencia del escultor. En una mesa Ignacio, uno de los ocho hijos de Chillida y director del área de obra del artista, está cerrando los últimos flecos de una exposición que llevará algunas de las esculturas de su padre fuera de España. Y tras esta actividad frenética sobrevuela la duda de otro de los presentes de Chillida Leku: el del acuerdo con las instituciones. Un presente que puede caer en el olvido.
Sin embargo, la posibilidad de que ese presente se ahogue con la espera, es mínima, porque mínimo es el tiempo que le quedan a las instituciones para decidirse.
‘¡Qué te voy a decir!- me dice Ignacio-. Voluntad hay por parte de ellos y por la nuestra también, pero no vale solo con la vo- luntad. Para nosotros es fundamental llegar a un acuerdo que se traduce en el respeto a tres conceptos: el primero de ellos es que sea un museo monográfico, (dentro de lo que es el actual museo y su distribución, siendo posible ampliar el espacio para realizar otras exposiciones, con el nivel requerido); el segundo es que la obra permanezca siempre en este sitio (lógicamente, viajando a otros lugares pero volviendo a su lugar de origen) y el tercero, el voto de calidad (en todo lo que afecte a Chillida y a su obra), que es un derecho no solo moral sino legítimo y también nuestra obligación para evitar posibles desviaciones. Si no conseguimos el respeto de estos tres conceptos, nunca llegaremos a discutir de dinero, no nos interesa.
¿Por qué?
Porque para nosotros, económicamente, este es un negocio horrible, la mayor tontería que podría hacer una empresa. Para vender obra no necesitamos a nadie, simplemente, acudir al mercado. Tenemos en la mano hacer lo que queramos porque este museo es nuestro. Nosotros estamos dispuestos a sacrificar muchísimas cosas porque el museo siga aquí, en Hernani, en el País Vasco, porque así lo quería nuestro padre y estamos luchando por ese deseo, para que se cumpla. Y habría que hacerlo ya, inmedia- tamente, de otro modo, puede que esta unidad nuestra, esta cabezonería por mantener aquí el museo, en algún momento, se pierda. Si lo pensáramos fríamente, nos tendríamos que haber ido hace mucho tiempo.
Si ese acuerdo llega, esta casa dejará de ser vuestra, las escul- turas, el museo… La Casa del Padre pasará a ser la Casa del padre, pero de todos.
Gure aitaren etxea (la casa de nuestro padre en euskera). Hemos vivido y apoyado este museo desde el comienzo y lo apoyamos más que nadie en el mundo porque era el deseo de nuestro padre. Pero cada día, cuando paseo por estas maravillosas campas y veo las esculturas y este caserío en donde está nuestro padre, él, el hombre, la persona, el artista, pienso que si este acuerdo se cierra, esto dejará de ser nuestro, dejará de ser nuestra casa para ser la casa de todos. ¿Dónde va a quedar la esencia de Chillida? ¿La idea de pertenencia que tenía mi padre a este lugar, a este país? ¿Cómo se va a garantizar el acceso a su obra a todo el mundo, tal y como él deseaba? Pues mejor aquí que en ningún otro lugar. Pero aunque te dieran todo el dinero del mundo, dejarlo marchar… Es muy duro decir: ahora nosotros nos vamos. ¿Quién nos va a garantizar el buen uso de todo lo que aquí queda? Algo que va mucho más allá de un parque de esculturas.
¿ACASO UNA UTOPÍA?
El compromiso con esa idea del artista es lo que les ha conducido hasta aquí a pesar de las dificultades. Una labor que comenzó cuando los padres compraron el caserío y el primer pedazo de tierra – hace más de 27 años- y pasó a ser la culminación de su trabajo, el de ellos y el de su familia. ‘Ha sido una idea en la que todos hemos puesto nuestras ilusiones, nuestro trabajo, tiempo y dinero. Por la que nos hemos sacrificado mucho y por la que estamos dispuestos a seguir haciéndolo, pero solo si nos sentimos cómodos y protegidos y eso solo se conseguirá si se cumplen las tres condiciones que hemos comentado antes’.
Pero nadie os obliga a ello
No, ni siquiera nuestra madre, que hace cinco años nos liberó de cualquier compromiso a través de una carta en la que manifestaba su voluntad: ‘Por todo ello, si ninguna de las negociaciones actuales llegan a buen término, quiero liberar a mis hijos del compromiso moral de mantener Chillida Leku. Quiero que puedan hacer con el lugar y con las obras allí depositadas lo que consideren conveniente, y que tenemos peticiones de distintos museos del mundo, exposiciones, que contribuirían igual o mejor que Chillida Leku a su difusión como artista vasco y ciudadano del mundo’.
Aún después de leer esta carta, en cierto modo liberadora, han continuado otros cinco años más, antes de cerrar el museo, arriesgando su propio dinero, utilizando la imaginación para que el proyecto de su padre siguiera adelante…
Hemos luchado mucho. Tener un núcleo tan importante puede parecer contraproducente pero, a la larga y pensando con perspectiva, creemos que será muy positivo. Y con esta idea de aguantar, de seguir adelante, fuimos buscando otras alternativas de negocio para poder subsistir sin la ayuda de nadie. Hemos puesto en marcha actividades culturales, veranos musicales, conciertos, programas de danza, poesía, concursos de pintura, Hemos realizado 23 exposiciones temporales y otras muchas fuera del museo, tanto nacionales como internacionales. Todo cuanto se ha recibido por exposiciones, eventos, derechos, etc., todo, incluso nuestras aportaciones personales, han ido a parar al museo. Hemos buscado el equilibrio entre los contenidos que se ofrecen y lo que cuestan, pero en un museo de este nivel es prácticamente imposible: cuanto más contenido, más gastos y así tiene que ser.
Pero el dinero ha entrado, principalmente, por las entradas, a pesar de que no han cubierto, ni de lejos, el presupuesto anual necesario para el mantenimiento y funcionamiento del museo. En estos diez años, 820.746 personas han visitado Chillida Leku. Aproximadamente, un 69% lo han hecho desde todas las partes de España, un 21% eran extranjeros y el resto de visitantes pro- cedían del País Vasco. En 2010 se ha visto incrementado signi- ficativamente el número de visitantes: ‘Casi un 10% – me apunta Ignacio-, una cifra nada despreciable si tenemos en cuenta la situación actual en que se encuentra el mundo y en un museo como éste alejado y monográfico. Algo que para algunos supone un problema y que, justamente, es ese uno de sus grandes valores y encantos porque Chillida es mucho Chillida’.
Esta afluencia de público que se ha desplazado hasta San Sebastián desde distintos puntos de la península y del mundo para disfrutar del museo, ha tenido una gran repercusión económica en la zona. Los sectores hoteleros y gastronómicos han sido los más beneficiados. Curiosamente, mientras una entrada a Chillida Leku costaba 8,5 , el precio medio de la estancia en un hotel (Maria Cristina, Londres o Monte Igueldo) o la degustación en uno de los magníficos restaurantes de Guipúzcoa (Aquelarre, Arzak, Araeta o Belaustegui), por poner algunos ejemplos, supera los 200. Sólo hay que echar cuentas.
El museo lleva cerrado desde el 1 de enero de este año, pero aquí dentro no se ha dejado de trabajar. Siguen viniendo estudiosos del escultor a devorar la biblioteca, a hacer trabajos sobre la obra del artista y que se publicarán en las mejores revistas de arte del mundo. Hay exposiciones cerradas para los próximos años. ‘Aquí, en Chillida Leku, seguimos trabajando en la difusión de la obra de Chillida como artista vasco y del mundo’ – explica Ignacio-.
Reunir y mantener la obra para el museo no ha sido tarea fácil. ¿Cuánta obra de Chillida hay repartida por el mundo y cuánta en el museo?
Muchas de las, aproximadamente, 1500 esculturas que hizo, unas 1407 están en diferentes museos o en colecciones privadas repartidas por el mundo, incluidas las que son de la familia y de donde se han seleccionado las 93 esculturas que conforman ‘La colección’, así como una gran y completa colección de obra en papel que la acompaña.
¿Y cómo se seleccionaron estas piezas?, ¿y por qué eligieron éstas y no otras?
Mucha gente pensará que cuando hicimos la selección de las obras para el museo íbamos a escoger esculturas menores. Sin embargo, eso no ha sido así. Aquí están las más representativas y las que mejor muestran su evolución dentro, lógicamente, de las que disponemos. Por eso las escogimos y es lo que quisimos. Algunas están aquí, como el ‘Arco de la libertad’, que fue un encargo de la ciudad de París y que, finalmente, se quedó por ciertos problemas con los cambios urbanísticos que se realizaron y que nuestro padre no consideró aceptables. No es la única en la que ocurrió algo parecido. Concretamente, una de las más grandes y pesadas que hizo, que se llama ‘Lotura’, aquí se quedó igualmente. Era un proyecto muy importante para Inglaterra, pero al final se quedó en el museo y estamos encantados.
Tu padre solo aceptaba las obras que le encargaban si le gustaba el lugar donde iban a ir colocadas sus esculturas
Mi padre jamás admitía un encargo pagado previamente. Nunca. Si le pedían una escultura para tal o cual ciudad, él se desplazaba hasta allí, y si le gustaba, aceptaba el encargo. Le preguntaba a mi madre si había dinero para hacerla, ella hacía las cuentas y si se podía, la hacía tranquilamente. A su manera, sin presiones y cuando la había terminado, la enseñaba. Si no gustaba, ningún problema, se quedaba con ella. Tuvo la gran suerte de poder hacer esto, de actuar con absoluta libertad. Era un hombre afortunado y lo sabía.
Recuerdo alguna anécdota de esta manera de trabajar de mi padre. Una vez le pidieron que hiciera una escultura para una ciudad en Corea. Como era habitual, dijo que tenía que ir a ver la ubicación y para allá se fue. Cuando llegó y le llevaron al sitio donde se suponía que iba a ir su escultura, dijo que no, que lo sentía mucho, pero que allí no podía hacer nada. Y se fue como había ido. También le pasó con el Guggenheim de Bilbao. Gehry le pidió que hiciera una escultura alrededor del edificio y estuvo dando varias vueltas con él hasta que le dijo: ‘ Lo que podía haber hecho yo, ya lo has hecho tú con tu edificio. No voy a aportar nada’. Mi padre era así y cuando decía: ‘Este lugar me interesa’, por lo que fuera, se ponía a trabajar en la obra con su dinero porque no quería ninguna interferencia en su trabajo.
Se que habéis tenido muchas ofertas para hacer el museo en otro sitio…
No te haces ni idea de la cantidad de gente que ha venido a vernos. Desde particulares a empresas y ofertas para llevarse la obra a otros museos fuera de España.
¿Y por qué no lo habéis hecho?
Es una opción de las muchas que tenemos, pero hasta que no demos por terminada la negociación con las instituciones, ya sea para un lado o para otro, sólo las estamos contemplando. Pero es evidente que esta vez, si no se llega a un acuerdo, procederemos de una manera bien distinta a como lo hemos venido haciendo hasta ahora. Bastantes oportunidades hemos perdido ya por te- ner aquí el museo. Hemos metido todos los huevos en la misma cesta siendo conscientes de que siguiendo otros caminos que son igualmente válidos, podríamos haber conseguido los objetivos que consideramos más importantes como son el dar a conocer al ma- yor número de personas la obra y pensamiento de Chillida. Esto se hubiera conseguido con seguridad si hubiéramos apostado por distribuir gran parte de la obra que aquí se encuentra en muchos de los grandes museos del mundo que así nos lo han solicitado. Pero el escultor estaba unido a la luz oscura del Cantábrico. Esa era su luz y la de su obra. Qué le empujaba a trabajar ‘para entender lo que no se entiende y conocer lo que no se conoce’. Una obra misteriosa de lenguaje cifrado, llena de pliegues y que solo concebía en su Chillida Leku.
¿Qué importancia e influencia ha tenido el País Vasco en la obra de Eduardo Chillida y en el planteamiento y en el concepto de Chillida Leku? ¿Cómo se integran el uno en el otro..? Este país influyó mucho en la obra de mi padre, porque quería a este país y porque para él, todos los hombres de cualquier color, de cualquier lugar, eran hermanos. Él se sentía como un árbol fuertemente enraizado en su tierra y con sus brazos abiertos al mundo. Mi padre vivió años fuera del país vasco y regresó a su tierra porque se dio cuenta de que se pertenecían, que se eran necesarios. Aquí encontró esa energía, esa luz, ese paisaje con el que disfrutaba, la tierra con la que quería trabajar y podía hacer su obra en ella. Mi padre siempre decía: ‘Todos queremos mucho a nuestra tierra, pero esto no puede impedir que te sientas parte del universo’.
Chillida representaba todo lo bueno que puede dar un país: la generosidad, la honradez, la paz, la libertad. Y todos estos valores los ha expresado en sus esculturas urbanas diseminadas por todo el mundo. Pero también le han atacado mucho por ser un hombre libre.
Mi padre era un hombre de pocas palabras. Su trabajo era lo que le importaba y hacía lo que quería con su vida. Siempre con la más absoluta libertad. ¿Por qué? Porque se la ganó. Nunca vivió de nadie ni nunca le dio nadie nada. Mi padre regresó a este país siendo ya conocido fuera de España y aquí apenas sabían quién era. Recuerdo que contaba de los primeros años en París, cuan- do empezó, que vivía en una zona pobre al norte de la ciudad y que a su estudio lo llamaban ‘Pompeya’, porque todo eran ruinas. Al tercer año la cosa cambió. Había trabajado tanto que ya nadie dudaba del artista que era. Nunca acudió a las instituciones a pedir una subvención ni para proponer proyectos. Todo ello le vino naturalmente y es bien cierto que se le ofrecieron cosas realmen- te muy importantes para hacer en este país. Importantes para él pero no menos importantes para su país, y hay que decir que regaló prácticamente todo cuanto aquí hizo, pues fue un hombre de una gran generosidad. Estaba muy interesado en hacer obra pública. Empezó a hacerla a finales de los 70 y principios de los 80. Él siempre decía que lo que es de uno es casi de nadie y prefería multiplicar el número de poseedores de la obra para que no fuera de uno solo, y con ese mismo concepto creó Chillida Leku, para que todo el mundo pudiera disfrutar de su obra.
Euskadi cuenta con un centenar de museos a los que, en 2011, el Gobierno vasco destinará cerca de 10 millones de euros: el museo Olentzero (el equivalente al Papá Nöel vasco), el museo de la Boina o el de la Sokatir (un deporte rural vasco), y el último en beneficiarse de una substanciosa subvención será el museo del Txakolí (el conocido vino blanco de la zona), que se construirá en Bakio y al que se destinarán 2,6 millones de euros.
‘Los ataques a la familia y su gestión por una parte de la prensa –prosigue Ignacio- han sido alentados por algunos políticos que se querían allanar el camino para, en su momento, proclamarse los salvadores de Chillida Leku. Pero la realidad es otra bien distinta. Es esta familia la que ha luchado durante 27 años, con sus medios, para hacerlo y mantenerlo hasta el momento y esto es lo que ha salvado al museo, puesto que por criterios mercantilistas queda claro que esto era una utopía’. ‘A mi edad, la vida ya es un recuerdo’, dijo Eduardo Chillida a escasos días de la inauguración de su museo, ‘y he hecho esto en beneficio de todos los hombres del mundo’.
¿Se convertirá esta situación también en un recuerdo o será una anécdota más en la vida de Chillida Leku? ¿Permitirán que La Casa del padre sea de una vez por todas y tal como quería el artista, la casa de todos los que aman la obra de Eduardo Chillida, o las instituciones darán el último empujón para que su obra abandone definitivamente su tierra?
Cuando cae la noche en el Amazonas, la oscuridad se cierne sobre sus habitantes. Las lámparas de queroseno son el único halo de luz que les permite ver cuando desparece el sol. Sin embargo, su utilización es altamente tóxica y crea graves enfermedades, incluso la muerte. Esa es la razón de la existencia de ‘Light Humanity’, mejorar la vida, dar seguridad y frenar la mortalidad de las familias ribereñas a través de la energía solar. Por ARANTZA DE CASTRO
Más de 7.000 km nos separan de uno de los lugares más silenciados del mundo. Cuando cae la noche, el Amazonas se cierne en la oscuridad sin acceso a una energía segura que les permita ver tras el atardecer. Para poder seguir viviendo una vida con cierta normalidad, los habitantes hacen uso de lámparas de queroseno. De hecho, el 90% de las familias ribereñas dependen de estas tóxicas lámparas para iluminarse.
Esto quiere decir que millones de personas viven sin acceso a la electricidad en las zonas rurales del Amazonas y, al hacer uso de este tipo de iluminación, las familias inhalan gases tóxicos de la combustión del queroseno, causando graves enfermedades respiratorias, incluso la muerte. Este es el motivo por el que nació Light Humanity.
Fue en 2018 cuando, en un viaje a esta zona del Amazonas, Eugenio García-Calderón pudo recorrer diferentes lugares donde, a través de la familia de Amiraldo conoció realmente a qué se exponían estas familias cada vez que caía la noche. Para ponernos en anteceden-tes, Eugenio es ingeniero de formación, aun-que de personalidad se define como ‘curioso, aventurero y con ganas de dejar una huella positiva en el mundo’ en el que vive. Antes de ‘Light Humanity’ dio la vuelta a España subido a una bicicleta solar con el objetivo de generar conciencia sobre el acceso universal a una energía limpia y económica. El proyecto se llamó ‘Pedaleo Solar’. Tras él llegó esta iniciativa con una misión clara: hacer accesible la generación de energía solar a todos aquellos que la necesiten.
Millones de personas viven sin acceso a la electricidad en las zonas rurales del Amazonas
La energía del Sol es abundante y tiene la capacidad de cambiar la vida de las personas y proteger el medio ambiente. A través de la distribución de sistemas solares domiciliarios, el equipo de ‘Light Humanity’ es capaz de garantizar el acceso a la energía solar de forma permanente. Mejorando así la salud respiratoria y el acceso a la educación en zonas rurales. ‘Siempre que encontramos familias que dependen del uso del queroseno se nos encoge el corazón. Sobre todo, cuando son familias que tienen menores en casa y que algunos han desarrollado ya enfermedades respiratorias debido a esta situación’, nos cuenta Eugenio.
El proyecto nació en 2018 con el objetivo de combatir el cambio climático y reducir las desigualdades utilizando la energía como palanca de transformación. Tras un viaje de exploración a la zona, llegaron a la conclusión de que tenían que cambiar la manera en la que las personas que habitaban el lugar se iluminaban tras caer la noche. En ese viaje validaron si su solución solar era válida en las familias que dependían del queroseno. Ese no fue su único objetivo.
‘Nuestra misión es que cada vez más personas tengan la capacidad de generar su propia energía solar, tanto en España como en lugares sin electricidad como el Amazonas’, nos explica Eugenio. De hecho, trabajan también en zonas como la Cañada Real, en España, que sufren cortes de luz. Y zonas rurales muy empobrecidas como Madagascar.
‘Light Humanity’ es un proyecto 100% social cuya misión es facilitar el acceso universal a la energía solar. Lo hacen a través de una Red de Multiplicadoras de Luz que garantizan el acceso a esa energía tan necesaria para vivir con seguridad. Y es que, el equipo ha podido comprobar en primera persona que las condiciones de vida en el Amazonas no son fáciles al experimentar en primera persona cómo es vivir en la completa oscuridad.
Además, dan financiación a las familias para que puedan pagar mes a mes el coste de la energía solar para que dejen de utilizar el queroseno. Esto es posible gracias a la participación de ciudadanos y empresas en el programa ‘Compensa tu Huella’ y en la ‘Tienda Solar y Solidaria’. Al comprar uno de los productos Light Humanity, el consumidor financiará la fabricación y envío de una lámpara solar a una familia sin acceso a la electricidad en Madagascar o en el Ama-zonas.
Gracias a estas compras solidarias por parte de viajeros y personas concienciadas con el medio ambiente en España, consiguen financiar la fabricación y envío de esos mismos productos en las comunidades sin energía de África, Asia y Latinoamérica. Así mismo, forman a los emprendedores locales en zonas sin energía para que gestionen los puntos de venta de los productos solares. Esto les permite romper la barrera del ac-ceso a la energía solar mediante un modelo sostenible a largo plazo, impulsado desde la economía local.
Esto, en palabras de García-Calderón, ‘da la oportunidad a las personas de ser pro-ductores de energía, no solo consumidores, y genera una soberanía energética nunca antes vista. La parte fundamental de nuestra propuesta de valor, es que personas y empresas participen en las compras con impacto en nuestra tienda solar y también que midan y compensen su huella de carbono a través de nuestro programa ‘Neutralist’. De esta forma obtenemos la financiación para seguir desarrollando productos solares, distribuirlos en zonas sin electricidad y dar acceso a micro-créditos a las familias que más lo necesitan’.
Y es que, aunque el sol brilla para todas las personas, no todas pueden permitirse un fácil acceso a la energía que genera. Por eso, el sueño de Eugenio es claro: ‘Una energía en manos de los ciudadanos, que además sea sostenible y accesible’. Y está trabajando duramente para conseguirlo.
HIKI nació de las conversaciones sinceras sobre los cuerpos, el sudor y la vida cotidiana. Una línea de productos veganos y libres de crueldad animal que reflejan las necesidades diarias de los cuerpos reales en movimiento, no solo sus axilas. Por ARANTZA DE CASTRO Fotografía HIKI.
Como marca dedicada al cuidado personal, HIKI entiende lo común que es enfrentar sen-timientos de baja autoestima, vergüenza o estrés sobre el cuerpo. Tienen en la mente, desde su nacimiento, la necesidad de expe-riencias compartidas, ayudando mutuamente a combatir el estigma en torno a estos senti-mientos que sufre gran parte de la población mundial.
Nacieron bajo el paraguas de Arfa Collective, un grupo de personas de todos los ámbitos de la vida que trabajan con ellos para crear los productos de cuidado personal que realmen-te quieren. ‘Porque cuando las personas son vistas, escuchadas e invitadas al proceso, los resultados son mucho mejores de lo normal’, explican.
Esta marca fue construida por y para todo tipo de personas, porque querían hacer productos que funcionen bien para cualquier cuerpo. Pero no se trata solo de si un producto es efi-caz, sino también de si se siente bien. ¿Se ve bien? ¿Es seguro para mi cuerpo? ¿Es seguro para el planeta? Entonces, adelante.
‘Cuando nos propusimos crear HIKI, nuestro objetivo era hacer que nuestros envases fue-ran lo más sostenibles posible. Estamos orgu-llosos de parte de nuestro éxito en este obje-tivo y sabemos que también tenemos espacio para mejorar. Seguimos trabajando duro para que las futuras producciones de la marca sean cada vez más sostenibles’, aseguran.
Si bien muchos de sus productos son recicla-bles actualmente, algunos lo son menos. Sin embargo, están en el proceso de prueba de una opción de packaging alternativa para su desodorante natural de tamaño de viaje. Con él, los clientes pueden elegir una alternativa 100 % reciclable hecha de materiales reci-clables postconsumo (PCR), en lugar de su diseño tradicional.
‘Las conversaciones que tienen las personas sobre sus cuerpos, sus vidas, sus sentimien-tos y su sudor son el ingrediente secreto de cada producto’, afirman. Y es que HIKI fue creada con personas reales que se involu-craron en el desarrollo de los productos, con-virtiéndolos en la base y embajadores de la marca, una comunidad a la que han llamado El Colectivo.
HIKI es copiloto por gente de diversa, en todos los países, provengan de donde pro-vengan y sean como sean. Creen que si vas a poner algo en tu cuerpo todos los días, me-reces tener voz y voto sobre cómo se elabora y qué ingredientes contiene. Todo: desde su nombre hasta los productos que fabrican, los meses de prueba y mejora de fórmulas, ha sido copilotado por personas que realmente las usan.
‘Sin nuestro Colectivo, no habría HIKI. Por su invaluable apertura y apoyo, Arfa, la empresa matriz de HIKI, se ha comprometido a devol-ver el 5% de sus ganancias a estas personas que hacen posibles nuestras marcas’, señalan.
Es por eso que se han asociado con ‘Sad Girls Club’ y ‘Sad Boys Club’, organizaciones que se fundaron para fomentar una comunidad en el mundo alrededor de la salud mental entre los millennials y la Generación Z. Su objetivo es crear conciencia a una edad temprana y dis-minuir el estigma negativo en torno a la salud mental a través de eventos, asesoramiento en línea y creación de planes de estudios.
Durante estos tiempos de incertidumbre, se dieron cuenta de lo importante que es la salud mental. Con ese espíritu, Arfa ha hecho una donación a ambas organizaciones, para ayudar en su compromiso continuo de crear espacios seguros donde todas las personas puedan sen-tirse apoyadas y escuchadas. •
‘Las conversaciones que tenemos con las personas sobre sus cuerpos, sus vidas, sus sentimientos y su sudor son el ingrediente secreto de cada producto’.