‘El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha anunciado que volverá a enviar astronautas a la Luna 45 años después.
El objetivo de regresar a la Luna supone un giro en la política espacial estadounidense(…).
Esta decisión de Trump, una vez más, es reprobada internacionalmente y goza de una baja popularidad en Estados Unidos (Diario Público)’.
Detrás de esta nueva ‘ocurrencia’ del Presidente Trump están inmensas cantidades de dinero que se invertirán en hacer posible este ambicioso proyecto.
¡Sí en lugar de llegar a la Luna llegásemos a los que sufren las consecuencias de catástrofes naturales o provocadas!
Las urgentes necesidades en materia de salud, nutrición, justicia, educación de la mayor parte de las personas se postergarán una vez más.
Quedarán supeditadas al brillo de un gobierno y de quienes, en su propio país o fuera de él, no alcanzan a ver las consecuencias de no mirar alrededor y hacia delante.
Y de no aprender las lecciones del pasado.
Si Estados Unidos conociera mejor las Naciones Unidas, que están en la misma isla de Manhattan, y lideraran el establecimiento de este marco ético-jurídico que con tanto apremio necesita hoy la humanidad, integrando en el Sistema de las Naciones Unidas el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, la Organización Mundial del Comercio…
En caso que decidieran adherirse sin más demora al Tribunal Penal Internacional:
Y de esta forma, se dieran cuenta de inmediato que la justicia a escala mundial requiere una particularísima atención.
Pero si decidieran continuar en la UNESCO…
La mayoría de los habitantes de la Tierra aguardan aún que desde el barrio de la abundancia de la aldea global se de la ansiada orden de ‘Misión, la Tierra’.
Pero, desgraciadamente, una vez más, no será así.
Como ciudadano del mundo conozco los desafíos mucho más perentorios para las condiciones de vida de la especie humana que quedarán desatendidos.
He tenido ocasión de conocer de cerca muchos de los rincones del planeta y admirar la grandeza creadora que anida en la infinita diversidad de sus habitantes, y he procurado contribuir a aliviar la situación en que viven (y mueren) tantos habitantes de la Tierra, que esperaban todavía que los pueblos más prósperos volvieran, por fin, los ojos hacia ellos.
Estamos ante gravísimas amenazas a la habitabilidad de la Tierra y son precisas acciones decididas con firmeza y a tiempo.
Mirar en estos momentos tan sombríos hacia la Luna puede situar a Estados Unidos, indebidamente, muy lejos del corazón de la mayoría de los ciudadanos del mundo. Que no se aleje más. Para ello bastaría con que se tuviera la visión y el coraje de proclamar:
‘¡Misión: la Tierra!’. •
_________________
FEDERICO MAYOR ZARAGOZA, presidente de la Fundación Cultura de Paz, exdirector general de la UNESCO.
Los grandes poderes actuales siguen pensando que la fuerza militar es la única expresión y referencia de ‘seguridad’.
Gravísimo error, costosísimo error que se ocupa exclusivamente de los aspectos bélicos y deja totalmente desasistidos otros múltiples aspectos de la seguridad ‘humana’ que es, en cualquier caso, lo que realmente interesa.
Observamos los arsenales colmados de cohetes, bombas, submarinos, aviones y barcos de guerra.
Y volvemos la vista hacia los miles de seres humanos que mueren de hambre cada día o hacia los que viven en condiciones de extrema pobreza sin acceso a los servicios de salud adecuados y contemplamos consternados el deterioro progresivo de las condiciones de habitabilidad de la Tierra, conscientes de que debemos actuar sin dilación porque se está llegando a puntos de no retorno en cuestiones esenciales del legado intergeneracional.
Cuando nos apercibimos de la dramática diferencia entre los medios dedicados a potencia-les enfrentamientos y los disponibles para hacer frente a recurrentes catástrofes naturales (incendios, inundaciones, terremotos, tsunamis,…) constatamos, con espanto, que el concepto de ‘seguridad’ que siguen promoviendo los grandes productores de armamento es no sólo anacrónico sino altamente perjudicial para la humanidad en su conjunto y se precisa, sin demora, la adopción de un nuevo concepto de ‘seguridad’, bajo la vigilancia atenta e implicación directa de las Naciones Unidas.
¿Quién se acuerda de Haití? ¿Y de Ecuador?
Cuando admiramos la heroica actuación de unos expertos bomberos y unos cuantos helicópteros y avioncitos en La Palma recordamos la ‘plenitud’ del F-16 y F-18, de los misiles y escudos antimisiles, de los portaaviones y las naves espaciales.
Cuando seguimos las acciones admirables que llevan a cabo tanta gente y voluntarios para rescatar a algunas personas todavía vivas después de un terrible seísmo, sentimos el deber ineludible de alzar la voz y proclamar, como ciudadanos del mundo, que no seguiremos tolerando los inmensos daños, con frecuencia mortales, que sufren por tan-tas otras modalidades de ‘inseguridad’ quienes -una gran mayoría- no se hallan protegidos por los efectivos militares.
La seguridad alimentaria, acceso a agua potable, servicios de salud, rápida, coordinada y eficaz acción frente a las situaciones de emergencia. Es esta y no otra la seguridad que ‘nosotros, los pueblos…’ anhelamos y merecemos. •
_________________
FEDERICO MAYOR ZARAGOZA, presidente de la Fundación Cultura de Paz, exdirector general de la UNESCO.
Matteo tenía 18 años recién cumplidos. Era el verano de 1985, y con sus compañeros del bachillerato estaba celebrando haber terminado el Liceo Scientifico.
Entre chanclas, mochilas Invicta, hormonas y maletas Samsonite, escuchaban en el radiocasete del coche “When Doves Cry” de Prince & The Revolution, de ruta hacia un merecido verano de descanso y diversión digno de la novela “Call Me By Your Name”; de André Aciman.
He llamado varias veces la atención sobre el reiterado incumplimiento de los principios tan lúcidamente expuestos en la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea (2000).
Desprovista de liderazgo, la Unión Europea no sólo es incapaz de adoptar las medidas apropiadas en tiempo oportuno sino que, además, consiente la aparición inquietante de brotes de xenofobia y discriminación clasista.
Con gran forcejeo y aspavientos, la Europa monetaria –tan generosa con instituciones financieras a la deriva- ha prometido abonar en tres años una cantidad que sonroja e indigna.
Cuando se compara con los fondos destinados a pagar la ‘deuda’, con la evasión fiscal, con lo aportado a un sólo banco en España.
Con las inversiones en armas y gastos militares (3.000 millones de dólares al día), con las multimillonarias fortunas de algunos magnates ‘cuya mano se cierra opaca’, en versos de José Ángel Valente.
Digamos las cosas claras.
Digamos cuál es la situación de los paraísos fiscales, cuál es la realidad para poder transformarla.
¿Quién invadió Irak basado en la mentira?
Miles y miles de muertos y mutilados, miles de desplazados que han ido germinando en algunos casos –menos de los que sería de esperar- animadversión y hasta odio.
¿Quiénes han resuelto sin orden ni concierto los resultados de la ‘primavera árabe’?
La Unión Europea debe de ser una unión política, social y económica y es solamente una unión monetaria.
¿Quiénes y por qué deciden reducir, hasta anular prácticamente, la ayuda al desarrollo con el fin de prevenir los flujos migratorios forzados por el hambre y la pobreza extrema?.
Los ciudadanos europeos han sido espectadores impasibles de tanta incompetencia.
Pero estoy seguro de que ahora
‘Nosotros, los pueblos’
no podremos seguir mirando a los ojos a estos niños tristes, angustiados y perplejos que suscitan emociones y despiertan consciencias.
En poco tiempo, se alzará un gran clamor popular para que se produzca un cambio radical en las conductas de la Unión Europea.
Problemas globales requieren instituciones globales.
Situaciones sin precedentes –como ha dicho Amin Maalouf- requieren soluciones sin precedentes.
2016 se ha declarado año internacional del ‘desarme para el desarrollo.
Con lo que se gasta en muy pocos días en armas y gastos militares podrían resolverse muchos problemas que hoy acucian al mundo entero sin que se afectara la seguridad a escala internacional.
Sería posible la transición de una economía de especulación.
Deslocalización productiva y guerra a una economía de desarrollo sostenible y humano a escala planetaria, basada en el conocimiento.
Una transición desde una cultura de imposición, dominio y violencia a una cultura de encuentro, conciliación, alianza y paz.
Tengamos en cuenta, no me canso de reiterarlo, que actualmente pueden alcanzarse puntos de no retorno y que, por tanto, es apremiante actuar resueltamente.
De tal modo que sean los derechos humanos y los principios éticos y democráticos los que guíen la acción en estos momentos, que son, a la vez, de profunda consternación y de esperanza.
Y es que, por primera vez en la historia, en estos albores de siglo y de milenio no sólo se podrá oír progresivamente la voz de todos los seres humanos sino que deberá escucharse. •
_________________
FEDERICO MAYOR ZARAGOZA, presidente de la Fundación Cultura de Paz, exdirector general de la UNESCO.
Las Azores han sido reconocidas como uno de los destinos más sostenibles del mundo.
Las islas han adoptado políticas estrictas para preservar sus recursos naturales y proteger su biodiversidad.
En la inmensidad azul del Atlántico, la madre naturaleza creó una tierra repleta de belleza natural que espera a que la exploren.
Por ARANTZA DE CASTRO
Situadas en medio del Atlántico, las islas Azores se han convertido en un destino turístico único gracias a sus impresionantes paisajes naturales y su biodiversidad.
Este archipiélago portugués está compuesto por nueve islas de origen volcánico.
Y es que el origen de esta tierra se encuentra grabado en los 1766 volcanes que existen en este archipiélago, nueve de los cuales todavía se encuentran en activo.
Las islas Azores son un destino turístico impresionante, con una naturaleza virgen y una amplia variedad de actividades para disfrutar.
La combinación perfecta de la cultura portuguesa, los paisajes impresionantes y la belleza natural hacen de este archipiélago un lugar único en el mundo.
El destino turístico ideal para los amantes de la naturaleza y los deportes al aire libre.
Debido a su gran biodiversidad y al valor de sus recursos naturales, las autoridades locales han implementado políticas estrictas para preservar el medio ambiente y garantizar la sostenibilidad a largo plazo.
Por ello, han establecido una red de áreas protegidas para conservar su rica biodiversidad.
La región cuenta con 19 áreas protegidas, que incluyen parques naturales, reservas marinas y zonas de conservación.
Estas áreas ofrecen a los turistas la oportunidad de experimentar de cerca la naturaleza intacta y ayudar a financiar los esfuerzos de conservación.
Una de las medidas más importantes implementadas es la Reserva Natural Marina de las islas Azores, que abarca una superficie de más de 12000 kilómetros cuadrados.
Esta reserva fue creada en 2013 y tiene como objetivo proteger los ecosistemas marinos y costeros y los recursos pesqueros.
‘Mis padres son causantes de mi plenitud vital ¿por qué entonces no soy capaz de decirles que les quiero a pesar de sentirlo?’
DAVID PINO GOZALO elsaltodiario.com
Leía hace unos días en Instagram un post de una influencer despidiéndose de su padre fallecido, escribiéndole las cosas que no había podido decirle en vida.
Me impactó la posibilidad de verme teniendo que recurrir a una solución tan manida y, obviamente, tardía, para desahogar ese torrente de sentimientos hacia las personas tan importantes en nuestras vidas que a los hombres de mi edad tanto nos suele costar mostrar.
No recuerdo la última vez que les dije a mis padres que los quería. Dicho así suena realmente duro, y no es precisamente porque no sienta ese amor hacia mis padres, que lo siento y mucho.
Ni de que no se transmita sin necesidad de verbalizarlo.
Es algo derivado de la masculinidad que nos ha tocado vivir, en la que las estas demostraciones de afecto entre personas adultas mas allá de la pareja son, cuanto menos, incómodas.
Ni siquiera me imagino preguntándoles a mis amigos si ellos dicen que les quieren a sus padres.
O incluso diciéndoselo a ellos más allá de un estado cómico-etílico post adolescente.
Es como un gran elefante en la habitación que todo el mundo prefiere ignorar en pos del status quo
al que nos hemos habituado.
No negamos los sentimientos, simplemente los damos por sentados y pasamos a otra cosa. Es nuestro ‘no se habla de Bruno’ particular.
A mí me cuesta imaginarme una vida sin mis padres.
El tiempo pasa para todos, está claro, pero a mis cuarenta y cuatro años, totalmente independiente y con mi propia familia formada, el hogar familiar me sigue evocando una grata sensación de seguridad.
De que pase lo que pase siempre me quedaran ellos. Una vuelta a la juventud que huía de las responsabilidades adultas amparándose en ese colchón llamado familia que estaba para amortiguar cualquier posible patinazo. Con esa edad es algo que das por hecho.
Sin embargo, con el tiempo conoces la realidad de otras personas, y es cuando realmente te das cuenta de la suerte que has tenido con esa familia imperfectamente perfecta.
Y de empatizar con aquellas personas que no han tenido la misma suerte. He sido un privilegiado y
lo sé.
Y quizás ahora me baste y me sobre para lidiar con mis errores adultos, pero aún me resulta reconfortante regocijarme en la idea de que están.
Y no es algo a lo que quiera renunciar de ninguna manera. Ojalá yo consiga que mis hijos tengan esa misma sensación, porque entonces sé que lo habré hecho bien.
Deconstruirse también es reconocerse en esto. Quizás por eso no quiero esperar a que no estén para volcar esto en un post de la red social que esté de moda en ese momento.
Quiero que tengan la posibilidad de leerlo y de saber que han sido y siguen siendo unos grandes padres, que supieron transmitir los suficientes valores a sus hijos como para que ahora yo rompa ese extraño tabú social con estas líneas.
Espero estar a la altura criando a vuestros nietos.
Desde luego he aprendido de mis errores y me aseguro de decirles que les quiero todos los días.
Os quiero. •
Ninguna mala noticia ni ningún mal talante pudieron con los parisienses.
• ROXANE CRAMER. PARÍS
Desde la ciudad de la luz, aunque llueva, todo se ve con una relativa claridad.
En la Nuit Blanche (noche blanca) –invento parisiense, por cierto- se vieron familias enteras, grupos de amigos y mucho turista que se unió a esta celebración cultural, inundándola este año con mucha algarabía y buen humor.
Que ya tiene su mérito porque con la que está cayendo en Europa, y como no, en el resto de un mundo globalizado en el que se acaba contagiando todo por simpatía, bueno, todo, todo, no…
Eso ya les habría gustado a unos cuantos millones de personas (van a más) que viven y han vivido siempre bajo el umbral de la pobreza, y que en una de las pocas épocas de bonanza – parecía que se iba a regar el mundo con dinero-, nadie ha compartido con ellos su riqueza.
Vamos, que no solo no se han hecho ricos sino que, gracias a ese excelente momento económico que vivimos durante aquellos inolvidable años y a esa globalización tan manoseada y democrática, ahora son incluso hasta más pobres, si eso es posible.
Pero volvamos a la noche blanca y a París, donde ninguna mala noticia ni ningún mal talante pudieron con esa riada parisiense que se desplazaba por la ciudad bajo el paraguas de la ilusión y la cultura, y se perdía en el horizonte como diciendo: aquí estamos, no van a poder con nosotros.
Para una alemana emigrada a Francia esa visión me transportó al pasado y trajo a la memoria una historia que solía contarme mi abuela cuando yo era todavía una niña y le preguntaba por su infancia:
‘Con 11 años pasé de vivir muy bien, de estudiar en los mejores colegios a ser encerrada en un gueto.
Perdí a mis padres y a dos hermanos.
Me lo quitaron todo, menos la dignidad.
Sustituyeron lo que era rutinario en mi vida (que me dieran cariño, comer un plato de comida caliente, bañarme, leer o jugar) por todo tipo de penurias y atrocidades.
Para que esto no vuelva a pasar debes contárselo a tus hijos -me insistía-, y no debes dejar que las historias que te he contado caigan en el olvido’.
Mi abuela, como habréis podido imaginar, era judía y París le dio la oportunidad de volver a ser persona.
Nació en Bedzin, una pequeña ciudad al sur de Polonia que fue invadida por los nazis en 1939.
Toda su familia, incluida ella, fueron deportados al campo de exterminio de Auschwitz.
De eso hace ahora 73 años.
Edna, que era así como se llamaba, se sobrepuso a todo tipo de barbaridades y superó las muertes de sus padres y hermanos en la cámara de gas gracias a que parecía que todos los implicados en la Segunda Guerra Mundial (en ella murieron casi 70 millones de personas) habían aprendido la lección y dado con la fórmula con la que cicatrizar uno de los más vergonzosos episodios de la historia de la humanidad.
Es así como nació una Europa unida, pacífica y próspera por la que lucharon Adenauer, Gasperi, Churchill, Schuman o Spinelli.
Ahora, 50 peldaños más abajo tenemos a Merkel empeñada en olvidar un pasado que no da votos y pensando solo en ganar las elecciones (aunque falte un año).
La estabilidad europea (503.492.041 millones de habitantes) no entra, de momento, en sus planes.
Prefiere demonizar a los países del sur por gastadores (de productos alemanes), por poco ahorradores, por diferentes, empujándolos desde la austeridad a la necesidad que acabará por destruir sus democracias y las nuestras, porque no hay que olvidar que el hambre acabará por comerse la estabilidad social europea.
Y vuelta a empezar.
Pero como decía mi abuela:
‘Siempre habrá un paraguas francés donde resguardarnos cuando llueva’.
Las comunidades científica, académica, artística, intelectual, en suma, no pueden permanecer impasibles ante la gravedad del momento a escala mundial, regional y nacional.
Hace años, la empresa Exxon Mobile reaccionó frente al anuncio de la Academia de Ciencias de los Estados Unidos de que no sólo las emisiones de anhídrido carbónico eran excesivas sino que su recaptura disminuía progresivamente por el deterioro del
fito plancton oceánico, creando una fundación que, con pseudocientíficos a sueldo, proclamaba lo contrario, como convenía a sus formidables beneficios. Al final, al cabo de varios años, se descubrió la mentira y fue publicada con toda extensión en la revista Newsweek (‘The Truth of Denial’).
No pasó nada.
Ahora que ya podemos expresarnos libremente, y alzar la voz y el grito, ante la acción consciente de una gran empresa alemana, la Volkswagen, que contamina en lugar de procurar reducir los efectos de la combustión, poniendo un ‘software’ trucado en los motores de los automóviles que produce… silencio.
Y la UE, en lugar de castigar como se merece esta vileza, ‘cierra filas’ en Alemania sin que se alce la voz indignada de los ciudadanos europeos.
Ante los horrendos desmanes del llamado ‘estado islámico’ y la descoordinada acción frente al fanatismo extremo, debido a la ausencia de un multilateralismo democrático y eficaz, que el neoliberalismo sustituyó por grupos plutocráticos (G7, G8, G20) totalmente ineficientes… silencio.
Ante el horrendo sufrimiento de los emigrantes y refugiados: silencio. Ante las políticas neoliberales que incrementan las brechas sociales: silencio.
Ante la subordinación de la justicia social a los mercados: silencio.
‘No debemos mantenernos ajenos a los grandes problemas de nuestro tiempo’, decía el pasado día 30 de septiembre la Decana de la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Madrid, profesora Yolanda Valdeolivas.
‘La universidad debe reflejar fielmente a la sociedad.
No debemos conformarnos en esperar acontecimientos, porque forma parte esencial de nuestra responsabilidad inspirarlos, originarlos o evitarlos.
El proceder universitario debe ser libre, crítico y creativo’.
Sí: no podemos seguir callados.
Ni un día más sometidos a los mercaderes, ni un día más aceptando la gobernanza de grupos plutocráticos, ni un día más indiferentes ante el genocidio cotidiano de miles de personas, la mayoría de ellas niños y niñas, al tiempo que se invierten más de 3000 millones de dólares en armas y gastos militares.
Los seres humanos ya pueden expresarse libremente, ya saben lo que sucede, ya la mujer, piedra angular de la nueva era que se avecina, ocupa un papel importante, no mimético, en la toma de decisiones.
Pero los clamores populares requieren catalizadores, promotores, que encaucen, promuevan y den seguimiento a la voz de la gente.
Entonces habrá ‘democracia auténtica’, entonces habrá una clara distinción entre lo urgente, lo importante y lo secundario.
El tiempo de la sumisión y de la indiferencia ha terminado.
Delito de silencio.
_________________
FEDERICO MAYOR ZARAGOZA, presidente de la Fundación Cultura de Paz, exdirector general de la UNESCO.
El ideario de la izquierda no encaja en la Europa de la austeridad, destaca ‘El País’ en primera página (6 de julio de 2014).
La austeridad dictada por la Sra. Merkel y los Merk-ados, que han tenido la desfachatez de nombrar sin urnas a los gobiernos de Grecia -cuna de la democracia- e Italia, no ha afectado a los más acaudalados.
El número de millonarios en Europa y en España no ha cesado de aumentar desde que empezó la crisis.
‘Sanidad mermada’, decía un editorial del mismo periódico el 5 de julio.
Y educación mermada.
Y salarios mermados.
Especialmente relevante en este contexto es el artículo de Francisco G. Basterra titulado ‘Desbarajuste’ publicado también el 5 de julio.
He aquí algunos de los párrafos:
‘Vivimos un desbarajuste internacional, en el sentido de confusión y desorden, desde Europa hasta Asia, pasando por el gran Oriente Próximo’.
Crece la sensación de que hemos perdido el control de la historia y que, en palabras del analista Ian Bremmer, ‘asistimos a la destrucción creativa del viejo orden geopolítico.
Pekín responde con la afirmación de su hegemonía en el teatro de Asia-Pacífico y aviva los nacionalismos regionales, despierta el militarismo japonés y hace dudar a los aliados de Washington de sus compromiso defensivo ante el gigante chino’.
Es necesario, no cabe duda, un gran liderazgo para refundar a las Naciones Unidas y para que Europa constituya rápidamente una unión política y económica para encauzar a la monetaria, y ponga los ‘merk-ados’ y a la ‘Merkel’ en su sitio.
Un mundo que cumpla eficazmente con el compromiso supremo de cada generación: pensar en las siguientes.
Que pueda atender las grandes prioridades: alimentación, agua, salud, medio ambiente, educación y paz.
Para ello, es necesaria la transición de una economía de especulación, deslocalización productiva y guerra a una economía basada en el conocimiento, de desarrollo global sostenible y humano.
Queda claro que no serán las pautas mercantiles las que puedan orientar estos cambios radicales, sino los principios democráticos que establece tan lúcidamente el preámbulo de la Constitución de la UNESCO.
Está claro que no serán los grupos plutocráticos del G6, G7, G8 o G20, sino un multilateralismo que ha de actuar rápidamente para reorientar adecuadamente las tendencias presentes.
Hoy ya no tenemos disculpa.
Todos podemos, cada día en mayor medida, expresarnos.
Son precisos grandes clamores para que sea el poder ciudadano y no el ‘gran dominio’ militar, financiero, energético y mediático el que lleve en sus manos las riendas del destino común.
Hay que poner los puntos sobre las íes. Hay que remediar rápidamente el actual desbarajuste. El por-venir está por-hacer, sí. Pero, ¿quién si no todos? •
_________________
FEDERICO MAYOR ZARAGOZA, presidente de la Fundación Cultura de Paz, exdirector general de la UNESCO.
Ljubljana es una ciudad con alma verde. Gracias a su excepcional conciencia ambiental, ha logrado preservar su carácter verde hasta el día de hoy.
Ostenta con orgullo el título de Capital Verde Europea 2016 y una gran cantidad de premios internacionales que la han convertido en todo un ejemplo para otras ciudades de Europa.
Por ARANTZA DE CASTRO
Fotografía VISITLJUBLJANA.COM
El proyecto ha permitido que la caza furtiva se reduzca a cotas muy bajas.
Existen más de cien formas de visitar Eslovenia de forma sostenible.
Su capital, Ljubljana, fue nombrada la Capital Verde Europea en 2016 por la Comisión Europea, en reconocimiento a sus esfuerzos en la promoción de la sostenibilidad y la protección del medio ambiente.
Las mejoras en la calidad del aire, la gestión de sus residuos, los objetivos de uso de energía renovable y la mejora de sus espacios verdes fueron algunas de las razones de este título.
Hay más.
Ljubljana puede presumir de ser la única ciudad del mundo en estar por octava vez en el ‘Top 100 Destination Sustainability Stories’, un ‘ranking’ que destaca los destinos más sostenibles del mundo basados en historias exitosas de desarrollo turístico responsable.
Y no solo eso: ha recibido la etiqueta Eslovenia Green Destination Gold, la categoría más alta de certificación para un destino verde en el país.
DESTINO VERDE
En Ljubljana Tourism desarrollan regularmente recorridos turísticos experienciales innovadores y tecnológicamente avanzados de la ciudad, que destacan elementos sostenibles del estilo de vida, como conocer el patrimonio cultural local.
Se utilizan para guiar a los visitantes fuera del centro de la ciudad y mostrarles los lugares de más difícil acceso.
Con 293 000 habitantes, es una de las capitales europeas más pequeñas.
Sin embargo, sus posibilidades son infinitas.
El centro de Ljubljana ha estado libre de tráfico desde 2008, pero la ciudad ofrece una forma muy especial para recorrer sus calles: el tren eléctrico urbano.
Bautizado como Urban, este medio de transporte sostenible ofrece una ruta turística circular que conecta las principales atracciones de la ciudad.
Desde el ayuntamiento hasta el Castillo de Ljubljana, el terraplén de Špica con el punto de partida del Jardín Botánico, el terraplén de Trnovski Pristan, la Casa Plečnik en Krakovo , la muralla romana, el Teatro de verano Križanke, la calle Slovenska cesta, la plaza Kongresni, el Parlamento y la calle Prešernova.
Los pasajeros pueden bajarse en la Ópera para visitar el Museo de Arte Moderno y la Galería Nacional o dar un paseo por la carretera Cankarjeva.
¿Qué tal un paseo en bicicleta?
Ljubljana es una ciudad amigable con este medio de transporte y ocupa el puesto decimocuarto en el Índice Copenhagenize 2019 de las ciudades más amigables con las bicis del mundo.
Ljubljana es una ciudad segura y limpia, una ciudad para inspirar con su actitud sostenible.
El centro de la ciudad, que está cerrado al tráfico, es un vínculo con el pintoresco casco antiguo, que parece una acogedora sala de estar que se extiende a lo largo de las orillas del río Ljubljanica.
Hay pocas ciudades en el mundo que son tan fáciles de explorar a pie o en bicicleta, ciudades donde puedes caminar por el bosque o escalar una colina en el centro de la ciudad, donde puedes navegar en kayak por el centro de la ciudad y probar comida de temporada y local a cada paso.
Para las administraciones públicas, no hay mejores embajadores de una ciudad que los locales, por ello, buscan una convivencia satisfactoria y armoniosa entre locales y visitantes’.
DEL CAMPO LOCAL A LA MESA LOCAL
La gastronomía en Ljubljana se caracteriza por una gran diversidad, con platos que van desde los clásicos tradicionales eslovenos e internacionales hasta las especialidades de las cocinas más exóticas.
Los menús a menudo se basan en ingredientes de temporada provenientes de granjas cercanas.
La gama de platos preparados en Ljubljana siempre ha sido amplia y variada.
Eslovenia y Ljubljana se encuentran en la encrucijada de diferentes culturas culinarias, razón por la cual la cocina eslovena refleja influencias de las cocinas mediterránea, alpina y panonia, así como del arte culinario de los Balcanes y otras partes del mundo, que son de una fecha más reciente.
A través del proyecto ‘Green Supply Chains’, cuya esencia es que el viaje desde el productor hasta la mesa debe ser lo más corto posible, Ljubljana Tourism fomenta el uso de alimentos producidos localmente en hoteles y restaurantes según el principio ‘del campo local, a la mesa local, al huésped’.
_______________________________________
TAMBIÉN TE GUSTARÁ LEER
Isla Mauricio. Tierra de sonrisas
___________________________________________________________________________
Este plan, creado en 2015, tenía como objetivo conectar el interior verde de la ciudad, en el que más de 800 granjas abastecen a la capital con sus productos, con los proveedores de
turismo en la ciudad misma.
El proyecto es altamente sostenible: acorta las cadenas de suministro y, por lo tanto, reduce la huella de carbono y el uso de fertilizantes y otros productos químicos.
Al mismo tiempo, el proyecto ha estado impulsando la economía local al mismo tiempo que crea conciencia de que el desarrollo urbano y turístico sostenible es siempre el resultado de una cooperación cuidadosamente planificada y bien pensada entre diferentes socios y partes interesadas.
Ljubljana Tourism fomenta el uso de alimentos producidos localmente en hoteles y restaurantes.
También relacionado con la gastronomía y el comercio local crearon la iniciativa ‘Desayuno al estilo Ljubljana’.
Se ofrece en varios hoteles y restaurantes de la ciudad, y que consiste en alimentos que provienen de cadenas de suministro ecológicas de acuerdo con el principio anteriormente nombrado:
‘Del campo local, a la mesa local, al huésped’.
La gama de diferentes alimentos que pueden componer un desayuno al estilo de Ljubljana es amplia y variada. Los platos pueden ser contemporáneos o tradicionales, mejorados creativamente o simplemente como los hacían nuestras abuelas.
Los alimentos producidos localmente también tienen mayor valor biológico y nutricional porque se encuentran en su punto óptimo de maduración.
Esto significa que la comida que se ofrece en la capital de Eslovenia gana en calidad e identidad distintiva. •