Revolucionario tardío, autor de varios libros de consejos valiosísimos, es todo un referente educativo en Francia.
Apuesta desde hace años por cambiar un sistema obsoleto y recomienda erradicar los mensajes negativos a los niños, porque ‘al aprendizaje se llega por placer y no con sufrimiento.’
Por Marieta Frías Fotografía Delphine Duboys.
‘Nuestros sistemas escolares son una aberracion. Yo voto por que los niños no vayan al colegio’.
Este es el postulado de Alain Sotto, psicopedagogo y neuropedagogo francés especializado en ayudar a los ‘malos estudiantes’. Que por cierto, no existen. Según Sotto ‘no hay malos alumnos, lo que hay es un sistema educativo obsoleto’.
Para llegar a estas conclusiones Alain, conocido productor de televisión en los años 70, ha recorrido un largo camino de la mano de su esposa, la pedagoga Varinia Oberto.
‘Cuando conocí a Varinia tomamos la decisión más importante de nuestra vida: irnos a vivir al campo para tener un hijo, educarle, dedicarle atención, tiempo.
Todo lo que en una ciudad resulta tan complicado’.
En 2018, Jelani Memory, fundador de A kids Company, escribió un libro para sus seis hijos titulado ‘Un libro para niños sobre el racismo’.
En ese momento tenía cinco hijos: cuatro blancos y uno negro, con un nuevo bebé negro en camino.
Al crecer como un niño negro en la ciudad más blanca de Estados Unidos, le pareció importante que sus hijos no solo supieran y entendieran qué es el racismo, sino que también pudieran hablar de ello abiertamente. Así comienza esta historia.
Por ARANTZA DE CASTRO Fotografía A KIDS COMPANY ABOUT

JELANI, fundador de A Kids Company.
Él dice que solo hizo lo que haría cualquier padre: escribir un libro.
No para que pudieran iniciar una conversación sobre el racismo, sino para que siempre supieran que era un tema abierto que podían tratar con su padre negro.
‘Estoy agradecido de que mis hijos, especialmente mis hijos blancos, se sientan cómodos preguntando: ¿Es esto racista?’, explica en una carta abierta el fundador de A Kids Company About.
Tres años después de que escribiera ese libro y de construir una empresa en torno a la idea de que los niños están listos para hablar sobre las cosas importantes de la vida, Memory ha creado toda una plataforma con la que se pueden formar mágicas conversaciones.
Su compañía ha publicado más de 70 libros que van desde temas como Divorcio, Optimismo, Votación, Cáncer, Vergüenza, Racismo, Gratitud, Empatía y Ser no binario.
Gracias a ello han conseguido iniciar conversaciones importantes en hogares, escuelas, aulas, fortalezas hechas con almohadas, casas de abuelos y consultorios de terapeutas de todo el mundo.
Tal ha sido su crecimiento que ya no son solo una empresa de ‘libros’ para niños, sino una empresa de ‘medios’ para niños. Ahora cuentan historias a través de palabras, vídeos, audio y otros formatos para niños de todas las edades.
RED DE PÓDCAST
El audio para niños tiene mucho camino por recorrer aún para ponerse al día, comparado con la oferta existente para adultos en la actualidad.
_____________________________________________________________________________
TAMBIÉN TE GUSTARÁ LEER
ALAIN SOTTO: Los malos alumnos no existen
___________________________________________________________________________
Sus programas cuentan con anfitriones diversos y temas importantes como la justicia climática, o cómo investigar hechos en ‘¿Es eso cierto?’, y el activismo en ‘The Activators!!’, que, por cierto, es presentado por un niño de ocho años.

Los niños están listos
UNA ‘APP’ DE APRENDIZAJE EMPODERADOR
Los niños necesitan entretenimiento, distracción y fantasía.
Pero también necesitan verse reflejados en las historias con las que interactúan y, lo que es más importante, necesitan ver sus experiencias.
Los niños necesitan un espacio donde aprendan a comprender y superar lo que enfrentan en el día a día.
Están aquí para contar historias que empoderen a los niños, de ahí su eslogan: ‘Hecho para empoderar’.
El empoderamiento no se trata solo de matar dragones.
También puede tratarse de aprender a amarte a ti mismo, o amar a alguien que no se ve, suena, piensa o actúa como tú.
De superar un trauma, comprender qué es el trauma, incluso de encontrar tu pasión.
Puede tratarse, simplemente, de pasar el día. Los niños merecen algo mejor. Y podemos hacerlo mejor. •
Hace diez años tuvo un sueño: crear una academia con la que impartir educación gratuita en cualquier parte del mundo, lo ha conseguido.
Atrás quedaron todos aquellos que hace una década pensaron que esta era la idea de un loco sin futuro.
Hoy más de 100 millones de usuarios registrados se benefician de aquel sueño optimista y comprometido de un joven que quiso soñar un mundo nuevo y lo logró.
Por JULIA HIGUERAS
Una noche usted tuvo un sueño: crear una institución global para el nuevo siglo que nos ayudara a reflexionar el sistema académico desde abajo. ¿Cree que ha conseguido ese sueño con la Academia?
La respuesta no es sencilla, es sí y también no.
Por un lado, pienso que estamos en el camino, aunque estamos muy al principio y nos queda mucho recorrido por hacer.
Sin embargo, también es verdad que la Academia ha alcanzado un nivel que incluso hace diez años imaginar que esto sería así habría sido delirante para mí.
Estoy seguro de que muchos pensaron que era una idea sin futuro que entraba en la categoría de ciencia ficción.
Usted crea la Academia con la intención de proporcionar una educación mundial gratuita…
Sí, esa es la idea: una educación mundial gratuita para todos en cualquier parte del mundo.
Recuerdo que solía soñar con que algún día esta Academia podría llegar a diez o 50 millones de personas, y hoy, solo diez años después, la Academia tiene 100 millones de usuarios registrados, y cada mes se registran millones de nuevos estudiantes.
Con la crisis de la COVID se ha incrementado mucho el número de usuarios y hemos conseguido que cientos de voluntarios y donantes nos ayuden a cubrir, no solo el temario de matemáticas, sino también inglés y artes lingüísticas, ciencias o humanidades.
En ese aspecto, creo que hemos progresado mucho, pero la razón por la que aún no estoy del todo satisfecho es que soy consciente de que nos queda mucho camino por recorrer.
Aunque hay muchos estudiantes que usan la Academia, hay muchos otros que podrían beneficiarse de ella y que necesitan ese acceso.
Creo que aún tenemos mucho trabajo por hacer, pero tengo fe en que estamos en el camino de convertirnos en una institución para que las generaciones del futuro, si tienen acceso a la Academia, puedan alcanzar su máximo potencial.