Esta es una conversación que bordea yacimientos y esculturas, que pisa piedras, pero abre camino.
Un camino amigo que es mucho más que el punto de meta.
Un camino donde la felicidad sale a tu encuentro y te trae la certeza de que no estás perdido.
Por JULIA HIGUERAS Fotografía LUIS MALIBRÁN

JUAN LUIS ARSUAGA Y ALBERTO BAÑUELOS durante su charla en la casa del escultor burgalés.
Alberto Bañuelos, primer escultor europeo en exhibir su obra en el Museo Antropológico de México y al paleoantropólogo y director científico del Museo de la Evolución Humana de Burgos y codirector de Atapuerca, Juan Luis Arsuaga, les unen las piedras, el amor por la naturaleza y el desarrollo creativo.
Para ambos, la creación es un proceso tormentoso que a la vista de los demás debe parecer sencillo, que se hace sin esfuerzo.
El arte es esa capacidad para arrancar lo bello sin sudar la camiseta.
Porque el arte no se suda, al arte se la suda prácticamente todo.
Esta es la conversación entre dos amigos que aman las alturas y verlos en acción traen esta frase de Eduardo Galeano a mi cabeza ‘La utopía está en el horizonte, me acerco dos pasos, ella se aleja dos pasos.
Camino diez pasos y el horizonte se aleja más allá.
Por mucho que camine, nunca la alcan-zaré. Entonces, ¿para qué sirve la utopía?
Para eso: sirve para caminar’.
Esta es la conversación de dos amigos que, unidos por las piedras, quieren construir una utopía.