Afganistán ha sido durante mucho tiempo un país sumido en rivalidades tribales,
guerras coloniales y conflictos geopolíticos.
Los afganos siempre han llamado a sus montañas ‘la tierra de la rebelión’, una tierra que no ha sido ocupada con éxito desde los tiempos de Alejandro Magno.
Aunque los invasores fracasaran, un paseo por los bazares de Kabul da testimonio
de su legado.
Así lo inmortaliza Steve McCurry.
Por ARANTZA DE CASTRO
Las fisuras de la sociedad afgana son profundas: el cisma entre sunitas y chiítas, la violencia entre clanes y tribus y las luchas y rivalidades de sangre dentro de los diferentes linajes son algunas de ellas.
Sin embargo, en medio del caos y los conflictos arraigados nacen estas imágenes de una belleza sobrecogedora, la retrospectiva definitiva del trabajo de Steve McCurry, que presentan un pueblo herido y orgulloso.
‘SON GENTE ORGULLOSA, QUE MIRA DE FRENTE, TANTO DESDE EL DESDÉN COMO DESDE LA CURIOSIDAD’
Marcado por profundas divisiones tribales, étnicas y religiosas, Khurasan -como los afganos han llamado a su tierra durante los dos últimos milenios- solo ha tenido unas pocas horas de unidad política.
Sin embargo, en medio del caos y los conflictos arraigados, nacen estas instantáneas.
En concreto, 140 impactantes imágenes fruto de sus viajes a lo largo de casi 40 años en los que ha vivido expuesto a los peligros que son parte inevitable de la vida de aquellos fotógrafos que siempre están en movimiento y explorando el mundo.
En ellas presenta un país aparentemente asolado, pero a la vez hermoso y de una humanidad inusitada y cautivadora.
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Son gente orgullosa, que mira de frente, tanto desde el desdén como desde la curiosidad:
estos son los rostros desafiantes, de hombres y mujeres, de las magníficas fotografías de Steve’, explica William Dalrymple, escritor, historiador e historiador del arte responsable de los textos que acompañan a esta retrospectiva editada por Taschen.
Desde el desierto de Kandahar hasta las calles de Kabul y los remotos ríos de Nuristán, el objetivo del fotógrafo de Magnum ha documentado la vida de sus habitantes.
Su impactante retrato de 1984, ‘Niña afgana’, ha ocupado portadas de revistas de todo el mundo. Digna y elegante a partes iguales, su presencia sigue fascinando.
McCurry a menudo se ha aventurado en territorio hostil.
Por lo general, asumiendo un enorme riesgo.
En su primer viaje a Afganistán, en 1979, se vistió con ropas afganas para cruzar ilegalmente la frontera con Pakistán.
El fotógrafo haría muchas veces ese viaje a una tierra traicionera e impredecible con la presencia consecutiva o simultánea de muyahidines, rusos o talibanes.
Muchos otros han seguido sus pasos, pero ninguno ha vuelto con un trabajo tan impecable.
Y es que, al igual que sucede en gran parte del trabajo de McCurry, la imagen tiene una calidad intemporal y pictórica totalmente ajena al telón de fondo de la tormentosa región en la que fue tomada. •