Durante los años en que estudiaba arquitectura, vivía en Milán y cada fin de semana, especialmente en los primeros años, regresaba a Brescia, mi ciudad natal, para estar con mis padres y salir con mis amigos.
Solía volver en coche, a primeras horas de la tarde, justo después de salir del gimnasio, para evitar las típicas colas de los viajeros habituales y poder disfrutar aún de parte de la tarde, dando una vuelta por el centro antes de la sagrada primera pizza del fin de semana.
El viaje de Milán a Brescia, de casa a casa, duraba aproximadamente una hora y media, si todo transcurría según lo previsto.
En aquella época, como no se utilizaban navegadores, casi sin darme cuenta, siempre solía elegir el mismo camino.
Viviendo en el centro de la ciudad y teniendo que volver al centro de otra, más de la mitad del recorrido lo hacía por calles urbanas, llenas de tiendas, motos, semáforos y transeúntes.
Las primeras semanas, toda mi atención se centraba en la carretera y en todo lo que ocurría a mi alrededor.
No quería perderme ni dejar de observar nada de lo que sucedía en el trayecto.
Pasados unos meses, mi único objetivo acabó siendo llegar a destino y, la mayoría de las veces, todavía recuerdo la sensación de llegar sin tener recuerdo alguno de haber conducido, ni de haber pasado por ninguna calle ni autopista.
Durante el viaje, mi atención estaba tan atraída y entretenida planificando mi fin de semana, que el presente de las dos horas en coche se desdibujaba completamente.
La simulación de un futuro disfrute deseado sustituía una realidad que, a priori, no me parecía lo suficientemente valiosa e interesante.
_____________________________________________________________________________
TAMBIÉN TE GUSTARÁ LEER
SELF CONTROL
___________________________________________________________________________
Este fenómeno es conocido como “pilotaje automático”. En términos psicológicos, se relaciona con el concepto de “atención automática”.
Sucede básicamente cuando una persona normaliza tanto una actividad conocida que su cerebro puede funcionar en un modo que disminuye su atención consciente.
Toda moneda tiene dos caras, y esta capacidad que tenemos de automatizar los procesos mientras nos entretenemos en otras labores mentales conlleva el gran peligro de borrar todo el devenir y ser conscientes solo de sus extremos.
Cuando hablamos de volvernos más conscientes en Sustainable Thinking, nos referimos precisamente a la capacidad de saber cómo abstraernos y simular futuros deseados, pero también a la importancia de dejar de identificarnos con nuestras abstracciones para recordar que podemos experimentar la vida solo en el instante presente.
Como nos recordaba Claudio Baglioni, el famoso cantautor italiano, con el título de su canción “La vita è adesso”, la vida es ahora. Metafóricamente hablando, la vida es todo lo que sucede desde que entramos en el coche hasta que salimos de él. Si no queremos darnos cuenta de esto, cuando hayamos llegado a destino y sea probablemente demasiado tarde, pienso que sería mejor, de vez en cuando, dejar de conducir obsesionados por llegar, mirar bien a nuestro alrededor, poner el intermitente, aparcar y darnos cuenta de que la vida no se deja esperar porque es lo que está sucediendo, independientemente de nuestras expectativas.
_________________________________________________________________________________________