La música constituye un elemento esencial en cualquier tipo de cultura, ya sea en forma de sonido, ruido o teniendo en cuenta su ausencia: el silencio. Y, ¿en qué contribuye a la realidad de una sociedad? No hay sociedad sin música ni música sin sociedad.
Puede ser reconocida como un instrumento de conocimiento del mundo que nos rodea. Y no solo eso, favorece el desarrollo personal en todas sus vertientes: cognitiva, motora, emocional, social y espiritual.
Por ÁNGELA ALMARAZ RIESCO
La música forma parte de nuestro día a día, pero desde mucho antes de que nosotros seamos conscientes.
En la gestación, el feto percibe absolutamente todo lo que hay en el exterior, vibraciones, el corazón de su madre, sonidos base que van a estar muy presentes en la vida adulta.
Todos esos sonidos se interiorizan en nuestro cerebro y desencadenan emociones que pueden ser compartidas.
Pero todo esto depende tanto de la cultura en la que te encuentres como en la herencia genética que te sustenta.
No existen escritos de como evolucionó el ruido a la ordenación de sonidos para crear melodías, ritmos y formar una armonía hasta llegar a la formación de canciones pero si se conoce la progresión de los ritmos de pueblos primitivos a la música urbana como crítica del desarrollo de una sociedad.
Partiendo de que la música tiene un código en forma de mensaje, producido por un intérprete y escuchado por un receptor o público, es la mera expresión y percepción de sentimientos con miles de variantes.
Por ello, podemos conocer como es una sociedad dependiendo de su música, tanto tradicional como actual.
‘La música es el arte más directo con el que se puede conocer a una sociedad en todo su conjunto’
La música constituye un hecho social innegable creando nuevas relaciones entre las personas.
Tanto es así, que todas esas canciones que llevamos a cuestas implican determinados significados como ideas o valores formando una experiencia colectiva.
A veces esto se olvida, ya que estamos acostumbrados a percibirla continuamente, quedando desprovista de interacción social al ser escuchada en solitario.
Hasta hace poco, este contacto con la música se producía en el directo exclusivamente, generándose un acontecimiento social.
La música como actividad simbólica ha de ser vivida y experimentada en sociedad para que se pueda verificar su realidad, su eficacia y su poder comunicativo.
El sonido no solo tiene valor social, ya que se ha experimentado desde hace relativamente poco con la rama de la psicología, con valor terapéutico.
A esta disciplina se le denomina musicoterapia.
La música es valiosa colectivamente, pero proporciona innumerables ventajas al ser humano, si es utilizada con responsabilidad y conocimientos.
MUSICOLOGÍA
En la época que vivimos, con un estado psicológico variable provocado por hechos que escapan a nuestro control.
La música puede ser un recurso que proporcione serenidad emocional e incluso pueda paliar enfermedades de toda índole.
El mayor problema de la sociedad en la que vivimos es que no han sabido mostrarnos como dominar nuestras emociones, no para ser reprimidas, sino para ser conscientes de ellas y saber manejarlas.
Libros como ‘La teoría de las emociones de V.’ son dignos de ser leídos varias veces en diferentes etapas del proceso evolutivo personal.
Pero, ¿qué papel juega aquí la música? Es bien sabido que la expresión emocional es costosa en algunos momentos y unos piensan más con la cabeza que con el corazón o viceversa.
_____________________________________________________________________________
TAMBIÉN TE GUSTARÁ LEER
LA ORQUESTA ILUSTRADA: La Orchestra of the Age of Enlightenment
___________________________________________________________________________
La música une límbicamente ambas formas de expresar lo racional y lo sentimental.
De ahí la necesidad de una terapia musical que utiliza experiencias musicales para favorecer el bienestar de las personas a través de un cambio.
Para referirnos a la musicoterapia lo debemos hacer desde una perspectiva interdisciplinar debido a su carácter multiacción que desarrolla habilidades a nivel cognitivo como la atención y la memoria.
Es decir, busca descubrir potenciales o restituir funciones del individuo para que alcance una mejor organización intra o/y interpersonal, y consecuentemente busca la restitución y el descubrimiento de diferentes funciones de la persona, para que así logre una mejora en su calidad de vida, entendida esta última como la situación individual con respecto a los mínimos establecidos en la sociedad del bienestar.
Pero al hablar de musicoterapia es indispensable diferenciar:
Por un lado, al paciente el cual necesita atención, y por otro, un musicoterapeuta capacitado profesionalmente para llevar a cabo la intervención.
La musicoterapia puede ser abordada desde diferentes paradigmas psicológicos, en los que cuentan el psicoanálisis, las teorías cognitivo conductuales, las humanistas y gestálticas.
Todas estas formas de intervención tendrán metodologías de desarrollo diferentes, aunque con todas ellas se pretende llegar a un mismo fin que es el bienestar de la persona.
La música afecta más a nuestro organismo de lo que suponemos, ya que es el arte más directo con el que se puede conocer una sociedad en todo su conjunto y personalmente puede favorecer diversas áreas del desarrollo persona, como la perceptivocognitiva, psicomotriz o socio emocional entre otras.
Numerosos estudios neurológicos están aportando nuevos datos a cerca del poder de la música en personas con diversas patologías.
Quizás podríamos ahondar más sobre su magnitud en colectivos diferentes con carencias particularmente características.