¿Qué sabe la neurociencia sobre la capacidad más humana? La facultad de comunicarnos mediante una lengua es única de los seres humanos, pero no solo de los ‘Homo sapiens’; seguramente también la tuvieron los neandertales. Desde hace medio siglo, la neurobiología trata de desentrañar cómo son las operaciones mentales que configuran el mosaico lingüístico. Por LAURA CHAPARRO / SINC.
Desde hace siglos, el lenguaje ha sido objeto de reflexión y estudio por parte de filósofos y escritores. Aristóteles en el siglo IV a. C. ya se refería al lenguaje en su tratado sobre la interpretación. En las últimas décadas y en paralelo al trabajo de los lingüistas y los paleoantropólogos, los neurocientíficos y biolingüistas se han unido al reto de desentrañar sus misterios.
Diferentes investigaciones han demostrado que las personas que no pudieron expresarse con ningún lenguaje cuando eran niños (como las personas sordas que no podían comunicarse con otros usando lenguas de signos) presentan patrones de conexiones neuronales muy diferentes de aquellos que sí tuvieron una exposición temprana al lenguaje. Además, los hablantes de diferentes idioma se desarrollan distintas habilidades cognitivas según la estructura y los patrones de sus lenguas, algo que también incluye a las lenguas de signos. Sus hablantes desarrollan diferentes habilidades de atención visoespacial comparados con quienes usan el lenguaje hablado.
En cuanto al lenguaje escrito, también reestructura el cerebro. “Incluso las propiedades aparentemente superficiales como la dirección de la escritura tienen profundas consecuencias sobre cómo las personas atienden, imaginan y organizan la información”, apunta el editorial.