Humanitaria nació de un sueño despierto de su creador, Juan Sanz, diseñador industrial desde hace más de veinte años.
Y de algo tan desolador como lo fue la pandemia, que trajo consigo dolor, sufrimiento y mucha incertidumbre a los hogares del mundo entero, la casa de este ingeniero se iluminó con la luz.
Una idea que le impulsó a redirigir su atención hacia el sector humanitario, muy necesitado de nuevas y buenas soluciones.
Y con esa bombilla iluminando su cabeza, cofundaría en 2021 la startup Humanitaria.
Por ALEJANDRA RAL
Fotografía HUMANITARIA
Impulsada por el programa de aceleración UNICEF Lab y con el firme apoyo de Creu Roja de Catalunya, el sueño nace y se hace convierte en un centro de creación, desarrollo y comercialización de una nueva generación de equipamiento humanitario que va a reducir los costes y a multiplicar las capacidades de las ONGs, empoderándolas para los desafíos sociales que amenazan con venir.
A Juan Sanz le gusta definir a Humanitaria ‘como el IKEA de la ayuda humanitaria’, y su primera aportación a este nuevo equipamiento humanitario ya ha visto la luz:
La cama humanitaria más básica y económica del mundo que está hecha en cartón 100 por cien sostenible y biodegradable.
Permite, a un 90% menos del coste habitual de una cama, que monte un hospital de campaña de 1000 camas en 20 minutos y desplace por primera vez cientos de unidades en avión y que está siendo probada por Creu Roja con éxito.
Esta cama de cartón se monta en cinco segundos y cuesta una décima parte que las que utilizan normalmente la ONG -que son camas de camping, pensadas para ser utilizadas durante un fin de semana, y de las que se pueden fabricar 1000 unidades de una vez ofrece la misma comodidad y cumplen con su función a la perfección.
Nadie se quedaría sin una cama en una grave crisis humanitaria, sanitaria o natural, porque la capacidad de producción es enorme y la facilidad de montaje también, y además son muy baratas de producir.
‘No es ni más ni menos cómoda que una cama de camping o como las que utiliza cualquier ONG, y se complementa igual que ésta: con mantas, colchonetas, etcétera.”
La gran ventaja es que está optimizada para que todas esas ventajas productivas de rapidez de montaje faciliten la vida a las organizaciones’.
UNA BUENA ELECCIÓN PARA LOS CAMPOS DE REFUGIADOS
Además de ser camas más baratas de producir -una reducción enorme de costes respecto a las que utilizan las ONG, ya que cuesta dieciséis euros la unidad-, son más rápidas.
Pueden producirse hasta 24000 unidades diarias, mientras que las de camping no llegan a 10000 unidades, pero mensuales.
No sólo eso: paletizadas por cientos y con un peso ligero, las camas pueden viajar perfectamente en envíos humanitarios urgentes por avión y tardan cinco segundos en montarse.
Es por ello que son una buena elección para los campos de refugiados.
Si tenemos en cuenta que 1.000 camas tienen un precio que oscila entre los 100.000 y los 200.000 € y que se tarda hasta dos semanas en producirlas y otras tantas semanas en ser enviadas -por tierra o por mar- y otras más de 24 horas en instalarlas y habilitarlas, la opción que ofrece Humanitaria reduce increíblemente los precios:
1000 camas costarían alrededor de 16000 euros, se enviarían plegadas en avión y se instalarían en unos veinte minutos.
El ahorro económico es indudable y la disminución del daño al planeta, también lo es.
Las camas de Humanitaria están hechas de material sostenible y, aunque que lo fuera no tuvo un peso determinante en la realización del proyecto y sí los costes baratos del cartón y la rapidez del montaje de este material, al final ha significado un plus, porque las camas son biodegradables.
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PUEDE SOPORTAR HASTA 350 KILOGRAMOS DE PESO
Aunque son de cartón, las camas de Humanitaria son soportan hasta 350 kilogramos de peso. Muy por encima de los 150 kilogramos que sustentan los modelos habituales que se emplean habitualmente por las ONG.
Las ONG obtienen recursos financieros de dos fuentes clave: donaciones de fondos públicos y contribuciones del sector privado, ya sea de individuos, empresas o asociaciones.
‘Lo que necesitan las ONG es más dinero, porque no llegan a subir ni el 50 por ciento de sus necesidades de ayuda. Esta situación se puede ver en la televisión y va a ir a peor. El dinero les llega, pero menos que la cantidad de problemas a los que tiene que hacer frente. Ante esta situación solo queda el plan B, ahorrar. Lo hacen como todos nosotros, gastando menos en la lista de la compra’
Y así lo quiere transmitir a los contribuyentes y a los colaboradores de ONG, Juan Sanz.
En la actualidad, acaban de hacerles dos encargos para solucionar dos necesidades concretas: calentar la comida en grandes comedores sociales, y abastecer de lavabos y aseos portátiles de
forma masiva.
Están en ello y seguro que lo logran.