LA GALAXIA QUE ALBERGA A LA ESTRELLA EÄRENDEL ha sido magnificada y distorsionada por lentes gravitacionales. NASA, ESA, B. Welch (JHU), D. Coe (STScI), A. Pagan (STScI) – B. Welch et al./Nature
LA ESTRELLA MÁS LEJANA: EÄRENDEL
Bautizada así por un poema de Tolkien, existió cuando el universo era joven, pero desapareció tras una gran explosión. Sin embargo, su luz ha viajado 12.900 millones de años hasta ser detectada ahora en la Tierra. El descubrimiento supera el anterior récord de distancia que tenía Ícaro, otra estrella observada también por el Hubble pero a 9.000 millones de años luz.
La estrella ya no existe, explotó hace millones de años, pero su luz fue tan potente que aún es visible y la ha detectado el telescopio espacial Hubble. Brillaba cuando el universo era joven, tan solo mil millones de años tras el ‘big bang’ (que ocurrió hace 13.800 millones de años).
El descubrimiento de Eärendel supera por mucho el hallazgo de la estrella más lejana observada hasta la fecha: Ícaro, detectada en 2018 por el telescopio espacial Hubble a 9.000 millones de años luz. También se abre una ventana a conocer cómo fueron los primeros tiempos del universo y el origen de las primeras formaciones estelares.
‘Su hallazgo supone un gran salto atrás en el tiempo si se compara con el anterior récord de Ícaro; permite remontarse mucho más atrás en el origen del universo’, destaca José María Diego, investigador del Instituto de Física de Cantabria (IFCA, CSIC-UC), ‘de hecho, Eärendel es la estrella más lejana que conocemos, aunque ya no exista. Explotó hace tiempo pero aún vemos la luz que nos llega de ella. La hemos podido detectar gracias a que está magnificada por un cúmulo de galaxias; si no, sería imposible’.
La estrella recibe su nombre del poema ‘El viaje de Eärendel’, la estrella vespertina, escrito en 1914 por John Ronald Reuel Tolkien, autor de ‘El señor de los anillos’, que se inspiró en la mitología anglosajona. El equipo estima que Eärendel tendría, al menos, 50 veces la masa del Sol, y que sería mucho más brillante que este, rivalizando así con las estrellas más masivas conocidas.
Dado que los datos apuntan a que el brillo de la estrella seguirá durante años, el siguiente paso sería estudiarla con el telescopio espacial James Webb. Los astrónomos esperan que en 2022 Eärendel pueda verse cada vez más ampliada con este observatorio, lanzado a finales de 2021 y liderado por las agencias espaciales estadounidense, europea y canadiense (NASA/ESA/CSA).