Langer, que cuenta con más de 1400 patentes, 1500 artículos científicos y unos 220 premios, entre ellos el Charles Stark Draper –el ‘Nobel’ de los ingenieros–, ayudó a crear la biotecnológica Moderna, que ha desarrollado una vacuna de ARN con la que ya se han comenzado a inmunizar cientos de miles de personas en Occidente. Precisamente, la tecnología que usa Moderna y el suero de Pfizer/BioNTech se basa en las nanopartículas que desarrolló este científico hace 40 años. Por CRISTINA SÁENZ /SINC.
La biotec Moderna, que ha desarrollado una de las vacunas que actualmente se están utilizando para inmunizar contra la covid, salió de su laboratorio en el MIT.
Así es. La idea de esa vacuna de alguna forma también procede de mi laboratorio. Hace muchos años fuimos pioneros en el desarrollo de micro o nano partículas capaces de administrar cualquier fármaco o de llevar ácidos nucleicos, como el ADN y el ARN. Publicamos nuestro primer artículo científico en ‘Nature’ sobre ello en 1976. Moderna, pero también Pfizer y BioNTech, Curevac, Sanofi y Translate Bio están todas usando diferentes sistemas de administración de nanopartículas de ARN mensajero con la idea de que, al inyectarlo en el paciente, este generara anticuerpos que neutralizarán la proteína S del coronavirus y, por tanto, al SARS-CoV-2.
Esa tecnología abre la puerta a generar una nueva generación de vacunas, como por ejemplo para el cáncer.
Antes de la pandemia, Moderna tenía en marcha 14 ensayos clínicos muy prometedores relacionados con vacunas para cardiopatías y enfermedades raras. A partir de ahora, es de esperar que vayan llegando al mercado nuevos productos basados en esta tecnología. Y hay que pensarlo en clave de éxito, porque no hace tanto, de hecho, que las compañías trabajan con ARN mensajero.
Hablando de vacunas, su laboratorio colabora con la Fundación Bill y Melinda Gates para lograr una vacuna contra la polio de liberación controlada para países en vías de desarrollo.
Vinieron hace años a nuestro laboratorio con un montón de ideas y hemos colaborado con ellos desde entonces, tanto en la vacuna de la polio como de otras enfermedades y proyectos de nutrición. Hay unos 2000 millones de personas en el mundo que sufren desnutrición y estamos desarrollando nuevas formas para poderles dar hierro y vitamina A a través de la fortificación de alimentos. También hemos creado pastillas anticonceptivas que se toman una vez al mes, en lugar de diariamente, lo que facilita la adherencia al tratamiento y disminuye su coste. Y trabajamos en un tratamiento contra la malaria que permita tomar una pastilla cada 15 días. Todas estas ideas salen de mi laboratorio y ahora ya hay empresas que las están desarrollando. Pero usted me ha preguntado por las vacunas, ¿no es así?.
Así es.
Hemos desarrollado una nueva tecnología de impresión para crear vacunas que, digamos, se autoimpulsan. La idea es que le ponemos a la persona una dosis que está compuesta por micropartículas, cada una de las cuales estalla en un momento distinto. Es decir, que, en el momento de vacunar a la persona, esas micropartículas se quedan en la sangre, sin liberar su carga. Al mes, estallan algunas, a los tres meses más, otras cuantas a los seis y así, en función del tiempo que interese.
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En el caso de la vacuna para la covid, un tipo de inmunizable como el que propone podría ser muy útil…
Esa es la idea. La tecnología que hemos desarrollado se puede aplicar a muchas vacunas, lo único es que para cada una tenemos que formularla de forma un poco distinta por temas de inestabilidad. Pero sí, definitivamente, este tipo de vacunas podría ayudar a garantizar inmunidad durante un periodo más largo de tiempo.
¿Qué está haciendo desde su laboratorio para contribuir a resolver el tema de la desnutrición?
Junto a la Fundación Gates, hemos creado un ingrediente, tipo sal inteligente. Mientras está en una olla con agua hirviendo, por ejemplo para hacer una sopa, no pasa nada, pero cuando la persona ingiere el alimento, este ingrediente comienza a liberar nutrientes. De hecho, ya hemos desarrollado un material, aprobado por la FDA, que nos permite encapsular nutrientes. Hemos realizado pruebas poniendo dentro hasta 11 nutrientes, y luego lo hemos hervido en agua durante dos horas. Este ‘ingrediente’ no cambia de color, ni se pierde ni nada. Pero cuando lo pones en un ambiente de jugos gástricos, como los que hay en el estómago, libera los nutrientes.
NO DESARROLLEN NADA
POR DINERO, SINO POR
EL IMPACTO QUE TENDRÁ
EN LA SOCIEDAD’
¿Qué otros problemas querría resolver?
Las vacunas. Me gustaría poder desarrollar mejores formas de administrar material genético, ya sea ARN o ADN, o editar genes. Y después, hay varios problemas de ingeniería de tejidos en los que estamos trabajando. Por ejemplo, estamos ayudando a personas con parálisis, a personas sordas a oír de nuevo, a crear un páncreas artificial. Me gustaría dejar claro que si consigo llevar a cabo todos esos proyectos es gracias al equipo de personas fantástico que tengo en el laboratorio. Hacen un trabajo fabuloso. Para mí, lo más importante es tener un gran equipo como el que tengo, con estudiantes y postdocs brillantes. •
Puedes conocer más en:
www.elmundo.es/ciencia-y-salud/salud/2022/06/13/62a31e4afc6c83a82e8b45df.html