DRA. CAROLINA GODAYOL DISARIO
Fundadora y CEO de Sylema, Content &M Media
Los ejecutivos y analistas norteamericanos son, seguramente, los profesionales más proclives a inventar acrónimos para definir procesos y situaciones. Hace poco se empezó a generalizar el término ‘VUCA’ para definir el estado en el que se encuentra nuestro entorno corporativo, político y social. Reduce así a una palabra bien sonante, características como la volatilidad, la incertidumbre, la complejidad y la ambigüedad.
Como profesionales, no podemos encontrarnos ante un entorno más complejo. La volatilidad impide la proyección a medio o largo plazo de decisiones empresariales de impacto. La incertidumbre limita la investigación y dar inicio a proyectos innovadores, la complejidad debería ser parte de nuestra vida, porque desde el principios del siglo XIX ya no hemos tenido un momento sin complejidad. La incorporación del término “ambigüedad” es especialmente alarmante porque significa que ya no hay certeza de nada y como sociedad es especialmente preocupante vivir en un entorno en el que prevalece lo ambiguo, donde no existe la clara definición entre el bien y el mal, donde la perversión puede aparecer disfrazada de bondad, y donde el bien puede ser acusado, perseguido y repudiado.
El entorno geopolítico no puede ser más complejo, ambiguo, incierto y volátil, encontrándonos por primera vez con el planeta gobernado mayoritariamente por políticos indignos de su posición, mire donde se mire.
Este es, ciertamente un entorno ‘VUCA’ en su máxima expresión. La política autocrática rusa, con inmenso y sorprendente apoyo interno, que inició su expansión en Crimea, luego anexionándose territorio georgiano y desde febrero de 2022 en un ataque sin cuartel por invadir Ucrania. Los terroristas de Hammas, entrando sorpresivamente en suelo israelí el siete de octubre de 2023, asesinando a unas 1.400 personas y secuestrando a 200 de las cuales, a día de hoy, 140 siguen retenidas y desaparecidas, con la consiguiente y terrible respuesta Israelí que, a pesar de la falta de certeza en los datos, se estima en varios miles los civiles que pueden haber fallecido en Gaza.
Miles de cristianos están siendo asesinados en una persecución religiosa en el Sahel y oriente medio si que se hable mucho de ello. Y mientras esto ocurre, las vías de comercio marítimo están cada vez más amenazadas, con ataques sin precedentes de los ‘Houthi’ en el Mar Rojo, afectando seriamente el transporte a través del Canal de Suez y ocasionando así un impacto gravísimo en la economía egipcia, además de retrasar y encarecer el comercio internacional a una economía de hace dos siglos.
La cadena de suministros de productos está en un serio riesgo y el impacto macroeconómico no tiene precedentes. Por su parte, China, despacio pero sin pausa, sigue extendiendo su dominio y su control económico hacia toda África e Iberoamérica, cuyos problemas internos no han hecho sino crecer, a pesar de pequeñas luces de paz y calma que desaparecen tan rápido como frágilmente aparecieron. Cuál será el papel de India, es la gran pregunta a la que debemos estar atentos.
Este año 2024 más de la mitad de la población mundial está convocada a votar en más de 50 países donde se celebrarán elecciones nacionales, por lo que se definirá una nueva forma política mundial que impactará a los próximos años y seguramente a un par de décadas.
¿Qué podemos hacer ante esta situación? ¿Cómo podemos procurar una calma individual y familiar, cuando la estabilidad de nuestro mundo está seriamente amenazada? Actuar responsablemente y ejercer nuestros derechos con coherencia es la respuesta más básica. Mantener el optimismo comprometido es una salida clara para denunciar claramente las injusticias, levantar nuestras voces, vencer el miedo y el silencio para conseguir afianzar nuestra certeza en que un mundo mejor es posible, dando la bienvenida al pensamiento crítico, a la sostenibilidad, fomentando este movimiento de reconocimiento y celebración de aquellas personas e instituciones que están haciendo mucho por mejorar el mundo. La única certeza que tenemos, en este momento, es que vivimos en un entorno ‘VUCA’.
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