He llamado varias veces la atención sobre el reiterado incumplimiento de los principios tan lúcidamente expuestos en la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea (2000).
Desprovista de liderazgo, la Unión Europea no sólo es incapaz de adoptar las medidas apropiadas en tiempo oportuno sino que, además, consiente la aparición inquietante de brotes de xenofobia y discriminación clasista.
Con gran forcejeo y aspavientos, la Europa monetaria –tan generosa con instituciones financieras a la deriva- ha prometido abonar en tres años una cantidad que sonroja e indigna.
Cuando se compara con los fondos destinados a pagar la ‘deuda’, con la evasión fiscal, con lo aportado a un sólo banco en España.
Con las inversiones en armas y gastos militares (3.000 millones de dólares al día), con las multimillonarias fortunas de algunos magnates ‘cuya mano se cierra opaca’, en versos de José Ángel Valente.
Digamos las cosas claras.
Digamos cuál es la situación de los paraísos fiscales, cuál es la realidad para poder transformarla.
¿Quién invadió Irak basado en la mentira?
Miles y miles de muertos y mutilados, miles de desplazados que han ido germinando en algunos casos –menos de los que sería de esperar- animadversión y hasta odio.
¿Quiénes han resuelto sin orden ni concierto los resultados de la ‘primavera árabe’?
La Unión Europea debe de ser una unión política, social y económica y es solamente una unión monetaria.
¿Quiénes y por qué deciden reducir, hasta anular prácticamente, la ayuda al desarrollo con el fin de prevenir los flujos migratorios forzados por el hambre y la pobreza extrema?.
Los ciudadanos europeos han sido espectadores impasibles de tanta incompetencia.
Pero estoy seguro de que ahora
‘Nosotros, los pueblos’
no podremos seguir mirando a los ojos a estos niños tristes, angustiados y perplejos que suscitan emociones y despiertan consciencias.
En poco tiempo, se alzará un gran clamor popular para que se produzca un cambio radical en las conductas de la Unión Europea.
Problemas globales requieren instituciones globales.
Situaciones sin precedentes –como ha dicho Amin Maalouf- requieren soluciones sin precedentes.
2016 se ha declarado año internacional del ‘desarme para el desarrollo.
Con lo que se gasta en muy pocos días en armas y gastos militares podrían resolverse muchos problemas que hoy acucian al mundo entero sin que se afectara la seguridad a escala internacional.
Sería posible la transición de una economía de especulación.
Deslocalización productiva y guerra a una economía de desarrollo sostenible y humano a escala planetaria, basada en el conocimiento.
Una transición desde una cultura de imposición, dominio y violencia a una cultura de encuentro, conciliación, alianza y paz.
Tengamos en cuenta, no me canso de reiterarlo, que actualmente pueden alcanzarse puntos de no retorno y que, por tanto, es apremiante actuar resueltamente.
De tal modo que sean los derechos humanos y los principios éticos y democráticos los que guíen la acción en estos momentos, que son, a la vez, de profunda consternación y de esperanza.
Y es que, por primera vez en la historia, en estos albores de siglo y de milenio no sólo se podrá oír progresivamente la voz de todos los seres humanos sino que deberá escucharse. •
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FEDERICO MAYOR ZARAGOZA, presidente de la Fundación Cultura de Paz, exdirector general de la UNESCO.