HIKI nació de las conversaciones sinceras sobre los cuerpos, el sudor y la vida cotidiana. Una línea de productos veganos y libres de crueldad animal que reflejan las necesidades diarias de los cuerpos reales en movimiento, no solo sus axilas. Por ARANTZA DE CASTRO Fotografía HIKI.
Como marca dedicada al cuidado personal, HIKI entiende lo común que es enfrentar sen-timientos de baja autoestima, vergüenza o estrés sobre el cuerpo. Tienen en la mente, desde su nacimiento, la necesidad de expe-riencias compartidas, ayudando mutuamente a combatir el estigma en torno a estos senti-mientos que sufre gran parte de la población mundial.
Nacieron bajo el paraguas de Arfa Collective, un grupo de personas de todos los ámbitos de la vida que trabajan con ellos para crear los productos de cuidado personal que realmen-te quieren. ‘Porque cuando las personas son vistas, escuchadas e invitadas al proceso, los resultados son mucho mejores de lo normal’, explican.
Esta marca fue construida por y para todo tipo de personas, porque querían hacer productos que funcionen bien para cualquier cuerpo. Pero no se trata solo de si un producto es efi-caz, sino también de si se siente bien. ¿Se ve bien? ¿Es seguro para mi cuerpo? ¿Es seguro para el planeta? Entonces, adelante.
‘Cuando nos propusimos crear HIKI, nuestro objetivo era hacer que nuestros envases fue-ran lo más sostenibles posible. Estamos orgu-llosos de parte de nuestro éxito en este obje-tivo y sabemos que también tenemos espacio para mejorar. Seguimos trabajando duro para que las futuras producciones de la marca sean cada vez más sostenibles’, aseguran.
Si bien muchos de sus productos son recicla-bles actualmente, algunos lo son menos. Sin embargo, están en el proceso de prueba de una opción de packaging alternativa para su desodorante natural de tamaño de viaje. Con él, los clientes pueden elegir una alternativa 100 % reciclable hecha de materiales reci-clables postconsumo (PCR), en lugar de su diseño tradicional.
‘Las conversaciones que tienen las personas sobre sus cuerpos, sus vidas, sus sentimien-tos y su sudor son el ingrediente secreto de cada producto’, afirman. Y es que HIKI fue creada con personas reales que se involu-craron en el desarrollo de los productos, con-virtiéndolos en la base y embajadores de la marca, una comunidad a la que han llamado El Colectivo.
HIKI es copiloto por gente de diversa, en todos los países, provengan de donde pro-vengan y sean como sean. Creen que si vas a poner algo en tu cuerpo todos los días, me-reces tener voz y voto sobre cómo se elabora y qué ingredientes contiene. Todo: desde su nombre hasta los productos que fabrican, los meses de prueba y mejora de fórmulas, ha sido copilotado por personas que realmente las usan.
‘Sin nuestro Colectivo, no habría HIKI. Por su invaluable apertura y apoyo, Arfa, la empresa matriz de HIKI, se ha comprometido a devol-ver el 5% de sus ganancias a estas personas que hacen posibles nuestras marcas’, señalan.
Es por eso que se han asociado con ‘Sad Girls Club’ y ‘Sad Boys Club’, organizaciones que se fundaron para fomentar una comunidad en el mundo alrededor de la salud mental entre los millennials y la Generación Z. Su objetivo es crear conciencia a una edad temprana y dis-minuir el estigma negativo en torno a la salud mental a través de eventos, asesoramiento en línea y creación de planes de estudios.
Durante estos tiempos de incertidumbre, se dieron cuenta de lo importante que es la salud mental. Con ese espíritu, Arfa ha hecho una donación a ambas organizaciones, para ayudar en su compromiso continuo de crear espacios seguros donde todas las personas puedan sen-tirse apoyadas y escuchadas. •
‘Las conversaciones que tenemos con las personas sobre sus cuerpos, sus vidas, sus sentimientos y su sudor son el ingrediente secreto de cada producto’.