MÓNICA CHAO
Presidenta de WAS (Women Action Sustainability)
Un millón de especies animales y vegetales están hoy en peligro de extinción. La temperatura global de la superficie terrestre ha aumentado 1ºC en un siglo, lo que, entre otras consecuencias, ha generado ya la pérdida de más de 9,6 billones de toneladas de hielo y se pronostica la desaparición de entre el 70 al 90% de los arrecifes de coral en los próximos 20 años.
Las estimaciones del impacto económico del cambio climático hablan de una pérdida del PIB de un 7% al 10%. Algo que nos puede parecer insignificante hoy, ante la catastrófica situación económica en la que nos encontramos con reducciones del PIB de dos dígitos.
Pero ¿cuál es el valor económico real de esta crisis ambiental?
La naturaleza es esencial para la existencia humana, para nuestra para nuestra salud, para nuestra seguridad e incluso para nuestra supervivencia. Traed a la mente por un momento la imagen de los incendios devastadores en Australia y en California, las plagas de langostas en África, el derretimiento de Glaciares, o la desaparición del Mar de Aral. Personalmente, si vuelvo la mirada a la playa de los veranos de mi infancia en Portonovo y al río del pueblo de mis abuelos en Lugo, recuerdo pulpos y erizos entre las rocas que ya no se ven y unas flores malvas en forma de campanilla que ya no están.
Desde una perspectiva macroeconómica estamos hablando de una pérdida no cuantificable en el PIB incluso de un camino sin retorno, donde lo que se cuestiona es si los humanos podemos sobrevivir si seguimos esta senda.
Indudablemente, el coste económico de la inacción es mayor que el coste de la acción.
Pero permitidme que os diga. Para poder dar solución a estos enormes desafíos se requiere contar con los profesionales, con la formación, la experiencia, el criterio y el rigor necesarios.
Y este es el objetivo de WAS: Que la sostenibilidad esté presente en las mesas donde se toman las decisiones al más alto nivel y contando para ello con el talento femenino.
El proyecto de WAS venía fraguándose desde finales de 2018. Nos preocupaba que se hablara de sostenibilidad sin contenido o rigor o, simplemente, porque estaba de moda. Con un grupo de amigas y colegas, empezamos a organizar desayunos un viernes al mes, deba- tiendo sobre qué podíamos hacer para elevar el peso de la sostenibilidad en las tomas de decisiones. Poco a poco el proyecto comenzó a tomar forma y nos constituimos legalmente como asociación el 2 de marzo de 2020, con 23 socias fundadoras; como veis, justo en vísperas de que se decretase el estado de alarma.
Después del shock inicial que la pandemia nos produjo, las socias de WAS reflexionamos sobre nuestro rol en este momento. Entendimos que estábamos ante un enorme desafío y que nuestro rol es hoy más necesario que nunca.
Por eso, el confinamiento nos dio fuerza, trabajamos unidas y salimos a la luz el 5 de junio, Día Mundial Del Medio Ambiente, haciendo público el Manifiesto WASACTION con propuestas que ponemos al servicio de esta etapa y que hemos compartido con las principales empresas y organizaciones españolas, invitándolas a adherirse al mismo.
Formamos WAS mujeres con más de 15 años de experiencia en el ámbito de la sostenibilidad, procedentes de la empresa, la administración pública, la educación y el tercer sector.
Nosotras, en nuestras carreras profesionales, hemos contribuido a que estos enfoques dejen de ser minoritarios y tomen hoy la importancia que merecen.
Desde WAS queremos crear conversaciones expertas de Alto Nivel, trabajar en el Desarrollo Profesional y competencias profe- sionales para el acceso a la alta dirección y contribuir desde nues- tra experiencia y con rigor, a las Políticas públicas y estrategias empresariales.
Estamos trabajando en 3 Comisiones y 5 Grupos de Trabajo e invitamos a todos aquellos que quieran ser parte a visitar nuestra web y redes sociales o escribirnos en nuestros mails de contacto comunicacion@wasaction.com o asocaite@wasaction.com.
¿Cómo una adolescente sueca, con síndrome de Asperger ha sido capaz de poner en evidencia a políticos y dirigentes mundiales? Con océanos de esfuerzo y olas de encabritada voluntad. Greta es el coraje de la conciencia sostenible.
Por MARÍA GONZÁLEZ Fotografía LUIS MALIBRÁN
Conocí a Greta en Madrid en la COP25 cuando compartía sueños y un destino común con mis amigos y compañeros de la Comunidad B-Corp.

Greta es una adolescente introvertida que ha sabido romper con el estereotipo de líder charlatán
Fueron momentos inolvidables porque las mejores empresas para el mundo nos uníamos en un espacio inesperado (era Santiago de Chile y no Madrid, la ciudad donde se tenía que haber celebrado la COP25), que se convertiría en una oportunidad para unir deseos y realidades y avanzar hacia ese mundo imaginado por el que juntos estábamos luchando:
Un mundo más justo, igualitario, inclusivo, libre, solidario, empático y ecológico. (más…)
Como ya avanzamos en nuestra primera crónica, esta no es una crónica cualquiera, esta es una crónica que comienza con un sueño, el sueño de compartir conocimiento desde el pensamiento sostenible y que nació también en un enclave de ensueño donde la cultura se une con el compromiso y la celebración, como lo son El Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía y los premios Optimistas Comprometidos.
Allí se tocó, en el mes de mayo de 2021, la primera nota entre el equipo de H&M y Anoche Tuve Un Sueño con la firme voluntad de unir algunas voces sueltas y componer una pauta musical, un pentagrama de cinco líneas, cinco desafíos, cada vez mas cercanos a nuestro horizonte y fundamentales para entender la intervención humana en el débil futuro del planeta: La economía circular, el cambio climático, la cultura, la gastronomía y para cerrar el círculo de nuevo la moda sostenible. El primero de estos 5 sueños/encuentros, que ahora ya es música para nuestros oídos, fue sobre economía circular e innovación en moda y se hizo realidad el pasado mes de octubre de 2021 en el Showroom que H&M tiene en Madrid. El segundo de estos encuentros, que es del que vamos a hablar hoy aquí, se realizó el pasado mes de diciembre de 2021 en el showroom Darid, en la calle José Ortega y Gasset, 59 y trató sobre cambio climático. La convocatoria, como no podía ser de otra manera, fue a las 7 en punto de la tarde, nuestra hora fetiche, en la que comenzó un debate, esta vez no con un do sostenido como en el encuentro anterior, sino con un Allegro con Spirito.
Las protagonistas
Jerusalem Hernández socia de sostenibilidad y buen gobierno de KPMG, Mónica Chao, presidenta de la asociación sin ánimo de lucro WomenActionsustainability (WAS) y Ana Justel, investigadora matemática y doctora en Economía que, en 2019, recibió el I Premio Margarita Salas a la mejor trayectoria científica. Es también profesora de estadística de la UAM y responsable del proyecto M-AWS Estación meteorológica automáticas para la Antártida inexplorada.
Tres mujeres con capacidad para transformar sus palabras en los sonidos más vibrantes, tres mujeres con capacidad para transformar los instrumentos más tradicionales en melodías capaces de delatar, de revelar una amenaza global y hacerlo sin estridencias, sin desafinar, aprovechando su voz para hacer un llamamiento a la acción, a veces con un grito ahogado por la urgencia del momento y otras traspasando los epitelios de esta alma planetaria, que es nuestra casa, La Tierra, y de la que todos formamos parte…
Y en esa confianza de superar todas las barreras fuimos asistidos por la tempestad sonora de Bárbara Gómez, directora de relaciones institucionales de la revista y de Iratxe Fuente, del departamento de Comunicación de H&M, encargadas de hacer el acta de esta difícil partitura musical sobre el cambio climático. Como directoras de esta orquesta optimista y comprometida, batuta en mano, ya saben: Nuria Ramírez, directora de sostenibilidad de H&M y Julia Higueras, directora de la revista Anoche Tuve Un Sueño. Una tarde que fue inmortalizada, una vez más, por el ojo cadencioso y melódico del fotógrafo y videógrafo Luis Malibrán.
Preludio
Esta vez los oboes, timbales, violines y chelos que se abrazaron en un arpegio ascendente y descendente en nuestro primer encuentro sobre economía circular e innovación en moda, y que tocaron la música mas bella jamás oída sobre pensamiento sostenible, fueron sustituidos por flautas, trompetas y clarinetes, y aunque en este debate intentamos analizar los puntos fuertes y débiles de la COP26 (Conferencia de las Partes, la mas importante sobre cambio climático) que acababa de terminar en Glasgow (Reino Unido), la protagonista indiscutible de esa tarde fue, sin duda, la guitarra española.
El alma tirita, la guitarra llora, la esperanza late con fuerza dentro del corazón, se hace poderosa, la hija que no nace, pero la madre que no muere, que sigue con vida…
Es el mes de septiembre del año 1939, tan solo dos días después de que se iniciara la Segunda Guerra Mundial, un hombre ciego y su esposa cruzaban la frontera española hacia Francia. Eran el compositor Joaquín Rodrigo y la pianista turca Victoria Kamhi. Entre su frugal equipaje llevaban el manuscrito en “braille” de una partitura que se estrenaría un año después, en 1940, en el Palau de la Música de Barcelona: El concierto de Aranjuez.
Pues este concierto mundialmente famoso que nació, querido lector, en uno de los momentos mas difíciles para el compositor y también uno de los peores a los que se haya tenido que enfrentar el mundo moderno, son los que han inspirado esta crónica.
Quizás porque encuentro algunas similitudes entre este momento actual que estamos viviendo y que es de suma importancia para la supervivencia humana y no humana, como lo es el cambio climático, y el que se vivió el siglo pasado y que originó la II Guerra Mundial, una época aquella convulsa donde la esperanza se perdía en el horizonte, me tomo la libertad de hacer la siguiente reflexión: La guerra entre países, se puede parar, claro que sí: una acción humana frente a su reacción. Un problema humano enfrentado a una solución humana. Sin embargo, la guerra contra el planeta es una acción humana frente a una reacción sobrenatural difícilmente evaluable y que ni el ego humano ni nuestra limitada inteligencia podrá resolver si no actuamos ya, sin mas demora, porque esta guerra humana contra el planeta puede tener un desenlace imprevisible, puede ser una guerra perdida. Como perdida fue la lucha del compositor Joaquín Rodrigo para que su hija naciera con vida. Lo divino frente a lo humano. Una contienda insuperable.
Por eso quiero empezar esta crónica, al igual que lo hace esta obra musical, con la guitarra imitando los latidos de un corazón. En su voz original, estos latidos son los de la hija del compositor Joaquín Rodrigo que nunca nació y que en estas líneas quieren ser el corazón de un planeta, nuestro planeta herido, dolorido y maltratado que intenta hacerse oír a diario y el ruido humano silencia irremediablemente.
Pero como somos inexorablemente optimistas y esta es una crónica de esperanza, la guitarra alza su voz y lanza un discurso de dolor y sufrimiento, un discurso que empodera a los clarinetes, las trompetas y a la flauta, todos ellos alzando la esperanza en la dirección de un mundo mejor, mostrándonos el camino, señalándonos la necesidad de seguir en la lucha, susurrándonos que cada granito de arena cuenta y cuenta mucho, y que juntos, a través del lenguaje mas universal que existe, que es la música, elevamos el sueño humano hasta lo divino, y lo empoderamos. Juntos para escribir ese futuro que queremos, ese futuro que necesitamos y que todavía hoy nos es incierto.

La conversación
La sociedad civil es muy importante para consolidar el cambio global y comenzamos a tejer redes en este segundo encuentro para materializar el propósito y crear iniciativas concretas y acciones estratégicas.
La primera en intervenir es Jerusalém Hernández que se declara una apasionada del futuro y esto nos viene de perlas para poder darle forma, entre todas, a este futuro que queremos y que se nos escapa de las manos. Le sigue Mónica Chao que nos confiesa que, su preocupación por el planeta comenzó cuando ya, bien jovencita, se empezó a interesar por el valor económico de los bienes libres, porque la naturaleza, en aquel momento, no tenía precio y parecía ser percibida como algo que no pertenecía a nadie, que ni se agotaba ni costaba un euro. Y claro, “su valor inestimable es la base de todo, puesto que acoge y propicia la vida. Por eso, es de enorme importancia educar en el amor a la naturaleza, y aprender a conectar con ella cada día de nuestra vida”.
Mónica reflexiona en voz alta sobre la necesidad de “propiciar un cambio real, porque éste solo será posible si al frente se ponen personas con conocimientos y que sean ellas las que tomen las decisiones, los conocidos como makedecisors, porque de las buenas intenciones no se derivan los cambios”. Y añade: “Por eso, veo en estos encuentros que propician la reflexión, como el de hoy sobre pensamiento sostenible frente al cambio climático, como grandes ocasiones para que ese cambio se consolide, verdaderas oportunidades que no debemos desaprovechar y estoy enormemente ilusionada, por eso estoy aquí”.
Nuria Ramírez que, al igual que Mónica es economista, es otra apasionada de la sostenibilidad, nos cuenta que enlaza un ciclo vital nuevo cada 7 años -ahora afronta su tercer ciclo en H&M- y que lleva más de 10 años implementándolo de modo transversal. “No hay vuelta atrás para el pensamiento sostenible”. No, no la hay.
FOTO: Luis Malibrán
Ana Justel afirma con la cabeza. Ella pertenece a un sector diferente, al sector público, y como docente se mantiene muy cercana a la mente de sus alumnos que están en constante evolución. Ana es una soñadora que hace años soñó con la acústica submarina y acabó en una expedición en el Hesperia. Estos sucesos y causalidades que han ido recorriendo su vida la han empujado a pensar de una forma útil:
“En medio de los problemas materiales globales y locales, vamos a aplicar la estadística como solución”.
Ana relaciona problemas con soluciones desde un enfoque científico y nos recuerda que nuestro ecosistema es cada vez más frágil. “¿Qué consecuencias se derivarán de aquí? ¿Qué pasará si no intervenimos? ¿Cómo afecta el cambio climático a la Antártida? No tenemos tiempo que perder, porque el plazo se agota”. La científica considera que es importante enseñar a sus alumnos a cambiar el mundo y remarca la necesidad de pensar en grande, de promover el pensamiento crítico y la excelencia retórica basada en fundamentos y argumentos contrastables. Para Ana, su objetivo es “el avance del pensamiento en ese sentido, el pensamiento como motor del cambio real”. Entre sus alumnos hay ganas de empujar ese cambio, un cambio que solo necesita recursos y lugares de debate, aprendizaje y encuentro. Como éste.
Expectativas vs. Decepciones de la COP26. Glasgow 2021
¿Por qué cuesta tanto avanzar? ¿Alcanzar la neutralidad de carbono parece inviable sin reducir las emisiones contaminantes motor de las industrias? ¿Qué intereses políticos y empresariales hay detrás para que todo sea tan difícil? ¿Es el desarrollo sostenible un oxímoron? ¿Puede salvarnos la tecnología?
FOTO: Luis Malibrán
Todas estas son preguntas de difícil contestación si tenemos en cuenta que vivimos en un mundo donde ser valiente y ser impopular van cogidos de la mano. Nos enfrentamos a una encrucijada histórica, sí, lo sabemos, no paramos de recibir imputs en ese sentido y también sabemos que debemos dar un paso histórico para salvarla.
¿Cuál?: Pedir a nuestros políticos que tomen medidas impopulares, pero, ¿qué medidas impopulares propondríamos? Y aquí comienza el baile, el dolor del chelo y el solo de un clarinete que te rompe el alma. Habla Jerusalem, que ha asistido a la COP26 en Glasgow 21. Las expectativas que hay en estas cumbres son pobres, en ellas avanzar es complejísimo y mover un centímetro es ya motivo de celebración, un éxito. En esta ocasión, nos cuenta Jerusalem, “ha habido una gran parálisis y un solo acuerdo que, aunque se vende como grande es, en realidad, muy pequeño”. Se refiere al artículo 6: “El único artículo completo del Acuerdo de París que aun no se había reglamentado. ¿Por qué es tan importante para la acción ante el cambio climático? ¿Por qué hablamos del artículo 6 y no de otros artículos? Después del consenso conseguido en el acuerdo de París de 2015, empezó el trabajo para preparar el libro de reglas o rulebook. Esto es, desglosar cómo se iban a ir implementado todas esas bonitas palabras que estaban escritas en el documento. En la COP24 de Katowice, Polonia, se llegó a un consenso sobre este libro de reglas, a excepción de un artículo, ¿se imaginan cuál? Pues el artículo 6 que fue el único que quedó pendiente de reglamentación. Que, ¿en qué consiste el famoso artículo 6? Si tuviésemos que hacer un resumen, podríamos decir que busca regular los mecanismos de mercado y no mercado. Es decir, contempla la posibilidad de que los países que así lo deseen, participen de un mercado de transferencia internacional de reducción de emisiones para cumplir con el objetivo del acuerdo de limitar el calentamiento por debajo del 1,5ºC. O sea, que una de las opciones podría ser esta: reducir emisiones con equis acciones: te vendo esa reducción y tú la compensas y listo. Pues no. En esa opción quedan muchos cabos sueltos: Si no se reglamenta bien, se puede hacer trampa. Y para no caer en la trampa, valga la redundancia, debemos saber cómo funcionan los mercados de carbono que están operando hoy en día y que se pueden agrupar en varios tipos, dependiendo de su funcionamiento. En Europa el mercado asigna un presupuesto de carbono a cada empresa, es decir, pone un tope a la cantidad de emisiones que las empresas pueden emitir y se comercializan las emisiones que sobran. Si una empresa emite menos de lo que le correspondería, puede vender ese excedente, ese permiso extra, a otra empresa.
También están los mecanismos de compensación en los cuales no se pone un tope a las emisiones sino que se comercializan reducciones de emisiones. Es decir, hay proyectos en los que, por ejemplo, se plantan árboles y venden esa reducción de emisiones a otra entidad (una empresa o un país) para que compense sus emisiones.
Los mercados de carbono se pueden agrupar en dos tipos. Los oficiales, que son los mercados de carbono que se crean y regulan mediante planes obligatorios o tratados. Y los voluntarios, que son los mercados de compensación que funcionan por fuera de los mercados oficiales y les permiten a empresas o particulares comprar compensaciones o bonos de carbono emitidos por sistemas privados de certificación. Básicamente, es donde opera todo el sector privado. (Foto: Luis Malibrán)
- ¿Qué pretende definir o modificar ahora el artículo 6? Lo que establece o modifica el artículo 6 son las reglas para el nuevo mercado de carbono a nivel global, bajo el Acuerdo de París. En términos de mercado global de carbono oficial, antes teníamos lo que establecía el Protocolo de Kioto, principalmente el Mecanismo de Desarrollo Limpio, que es un mercado de carbono de compensación y que permitía que los países desarrollados compraran reducciones de emisiones producidas o generadas en los países en desarrollo. Pero el Protocolo de Kioto establecía compromisos vinculantes de reducción de emisiones, sólo para los países desarrollados. Ahora, bajo el Acuerdo de París, todos los países tienen compromisos de mitigación y, eventualmente, todos los países podrían participar del mercado comprando y vendiendo. Entonces, este nuevo contexto trae aparejadas ciertas complejidades, porque implicaría que los países que históricamente vendían reducciones, ahora tienen que evaluar cómo estas transferencias van a afectar a su capacidad de cumplir con sus compromisos climáticos. En síntesis, el artículo 6 establece las nuevas reglas de juego para los mercados globales a partir de 2021.
- ¿Por qué hay tantas dificultades, incluso trabas de algunos países, para llegar a un acuerdo sobre su reglamentación? Hay muchos desafíos desde el punto de vista técnico, pero también la forma en la que se formuló originalmente el texto del artículo 6 da lugar a muchas interpretaciones y ahí entra a jugar la parte política. Muchos de los puntos más contenciosos del artículo 6 tienen que ver con cuestiones de diferencias políticas. La dificultad para llegar a un consenso se basa en los riesgos que supondría llegar a un mal acuerdo, es decir, un acuerdo con reglas muy débiles para los mercados de carbono que dé lugar a lagunas o vacíos contables. Esto podría suponer que los mercados de carbono tengan un impacto nulo, muy reducido o incluso negativo en las reducciones de emisiones. Esto puede poner en juego la integridad ambiental y la ambición del Acuerdo de París.
- ¿Cuál sería la mejor reglamentación del artículo 6 en pos de una acción climática ambiciosa? No puede retrasar los esfuerzos necesarios para descarbonizar las economías y alcanzar el objetivo de mitigación del Acuerdo de París. No puede perjudicar a las comunidades locales ni vulnerar derechos humanos. Los mecanismos de flexibilidad del Protocolo de Kyoto ya demostraron ser contraproducentes, no sólo generaron un aumento de las emisiones globales debido a que los créditos eran de mala calidad y no iban más allá de la compensación, sino que también muchos proyectos perjudicaron fuertemente a comunidades locales y grupos indígenas. Estos errores no se pueden repetir de ninguna manera en el marco del Acuerdo de París. Las reglas tienen que ser claras, robustas, estrictas. Tiene que evitarse cualquier forma de doble contabilidad, tiene que asegurarse transparencia en las transferencias y no se puede trasladar ningún crédito de Kyoto al nuevo mecanismo de mercado”. Paramos. Un sorbo de agua. Es momento para el segundo movimiento que en este caso es, no el reflejo de la pena como en el concierto de Aranjuez, sino el reflejo de la extenuación después de este viaje por el artículo 6, tan cargado de reflexión, cálculo y voluntad. Se prohíbe la doble contabilidad por consenso. Después de seis años de intensas negociaciones, se ha logrado el compromiso histórico de la puesta en funcionamiento del artículo seis, el cual permitirá a las partes ampliar su cooperación, movilizar financiación adicional, la participación del sector privado y garantizar que las reglas sean las mismas para todos.
Allegro gentile
Prueba superada. Victoria pequeña.
Negociaciones que se sucedieron sin apenas avances y constatamos una vez mas que Naciones Unidas ni penaliza ni impone sanciones. No es un campo de juego donde la amenaza de una penalización integral ayude a la toma de decisiones.
Los mandatarios de China y Rusia miran para otro lado y no acudieron a la cita de Glasgow, sin embargo, sí había delegaciones de estos dos países para “poner el ancla” en temas donde no les interesaba el avance. Los clarinetes protestan, porque para algunos países su urgencia es sobrevivir en su región, para otros, monitorizar lo que esto supone para ellos, sin riesgo directo ni efectos reales cercanos.
Jerusalem sigue acercándonos la COP26 a este encuentro de debate. “Hay pocos recursos para la adaptación y esta conferencia es muy compleja por la dificultad que aporta el multilateralismo. El nivel de confianza en este encuentro pesaba mucho, pero este pequeño paso ha supuesto un avance. El rol de los gobiernos es mantener el estatus de las empresas y sectores productivos sin empeorar por ello el cambio climático”. Otro trago de agua y dejamos sonar ahora a las trompetas. La guitarra todavía calla, el desgarro de sus cuerdas se ahoga en la garganta de Jerusalem. Ella es positiva. “Ahora toca inventar las soluciones, aplicar la tecnología, invertir con eficiencia. Generar un ritmo constante de pasos firmes. Transición justa, justicia climática, diversidad y jóvenes concienciados conocedores de cómo hacerlo bien, porque el cambio de la economía lineal a la circular es vital”.
FOTO: Luis Malibrán
Ana se revuelve en su silla y habla de incorporar las externalidades en los costes y en el precio final que se repercute al cliente. Pero a su vez cuestiona la economía circular. Para ella el reto es equilibrar todo en nuestro sistema capitalista de bienestar físico aparente, pero que, claramente, es un sistema que devasta el clima y, en consecuencia, un futuro con calidad de vida incierta (calidad del aire, del agua, de los fenómenos meteorológicos…). Habla de la necesidad de un cambio de paradigma, de un punto de inflexión ante tanta normativa. Nadie traza un camino claro y la transición es necesaria.
¿Y cómo hacerla si China es actualmente la fábrica del mundo?
Mónica pide la palabra, cierra los ojos, medita su contestación y reflexiona, de modo global, sobre LA IMPORTANCIA DE LA EDUCACIÓN. Tenemos que reforzar el mensaje REAL, un mensaje que se está quedando vacío de tanto transmitirlo sin informar y profundizar. No es una moda o algo socialmente bien visto en la sociedad de bienestar…es NECESARIO que las nuevas generaciones y los profesionales que salen al mercado, sean conocedores a fondo y en detalle de qué es pensar sostenible, trabajar sostenible y cómo pueden hacer sus trabajos más sosteniblemente.
Sin acciones conscientes e individuales, hacer lo que se sabe y se siente que hay que hacer para salvar el clima, no hay opción a cambios reales.
Hablamos de la REVOLUCIÓN INDIVIDUAL, PEQUEÑOS CAMBIOS COMO GRAN CAMBIO.
La conclusión es unánime: EDUCANDO. Con información clara, sencilla, diseñada para el oyente y que aporte soluciones, pautas y concreciones a seguir por el individuo desde su infancia hasta su desarrollo y ejercicio profesional.
Entonces estalla la guitarra, la voz de la esperanza se hace notar: empecemos acercando posturas. Propongamos, empujemos entre todos el primer plan de formación, desde la educación infantil, en pensamiento sostenible. La flauta vibra mientras los clarinetes se aclaran la garganta. Pensar en sostenible les hace estremecerse. El grito del planeta entona su melodía de rabia, dolor e impotencia. La ira surge donde se impone la decepción y la decepción aumenta cuando las promesas no se cumplen. Pero el Allegro final nos invita a no resignarnos. Necesitamos esperanza frente a tantas promesas incumplidas, nos dicen las flautas en clara minoría feliz, escapemos del resquemor, no dejemos espacio para el resentimiento, porque ninguno de nosotros podemos salvar el planeta porque el planeta no necesita salvador. Es la civilización humana la que necesita nuevas políticas que hagan que la vida humana sea sostenible en este planeta. Y es la inspiración, esa fuerza irresistible y sobrenatural la que nos hace viajar hacia la reflexión, el cálculo y la determinación. La unión hace la fuerza, solo es una cuestión de voluntad. Alea jacta est. La suerte está echada.
Nos vemos pronto en clave de miscelánea operística: “Comer y amar, cantar y digerir; estos son los cuatro actos que dirigen esta ópera bufa que es la vida” dijo el compositor italiano, Antonio Rossini, y de él hemos elegido la música que nos va a acompañar en nuestro III Encuentro: Obertura de su ópera Guillermo Tell, porque no puede haber pensamiento sostenible si nuestra alimentación es insostenible.
TITULARES
Jerusalem Hernández:
“ Se han salvado los objetivos por los pelos y la confianza por los pelos”.
“ Resulta Vital la articulación y correcta implementación de límites entre Gobierno, Empresas y Sociedad”.
“ Soy Optimista por naturaleza, al menos ya no se cuestionan cuestiones básicas, Avanzar es lento pero lo importante es avanzar”.
Mónica Chao:
Mónica manifiesta un poco de desencanto. Quizás damos demasiadas vueltas a cuestiones importantes, pero no únicas. “¿Por qué todo gira alrededor del carbono? ¿Es ese el camino?
“ Es un problema complejo pero se crea demasiado ruido en torno a cuestiones políticas que no son el verdadero foco”.
“ Llegar por los pelos es apenas llegar, no se pueden matizar tanto los compromisos. No somos conscientes de la urgencia.Somos una especie más en un planeta. Nos jugamos supervivir y hacerlo con Calidad de Vida”.
“Hay que llegar al YO como Individuo, a la FAMILIA, a la COMUNIDAD , A la EMPRESA pero con más agilidad. No hay tiempo”.
Esto es educar y ha de cuajar.
Ana Justel:
“Se avecinan problemas graves que requerirán soluciones precisas. Migraciones, Hambrunas… Debemos anticiparnos y manejar la situación. Los problemas sociales se manifestarán de modo acusado e inminente”.
“Desconocemos las consecuencias del cambio climático. Los cambios repentinos ( retroceso de los glaciares…) nos pueden llevar a catástrofes inconmensurables”.
“Hay que cambiar el Status Quo. HAY QUE ASUMIR QUE CAMBIAR ES RENUNCIAR AL STATUS QUO ACTUAL: La cultura del SER y el POSEER por la de HACER y COMPARTIR RECURSOS y usarlos sin agotarlos”.
Julia Higueras
Hace tres años, la II Edición de los premios Optimistas Comprometidos, organizados por Anoche Tuve un Sueño, supuso un paso hacia delante para Marta, Indara y Celia, empresarias de El Sofá Amarillo -un estudio integral de organización de eventos y planes de boda-, que se sintieron totalmente inspiradas por todo lo que escucharon y aprendieron en la gala y que, al día siguiente, en el tren, volviendo a A Coruña, decidieron que una de las prioridades de su compañía en ese año sería desarrollar su propio proyecto de Responsabilidad Social.
‘Era algo que siempre habíamos querido hacer; nos faltaba ese pequeño empujón y la gala OC nos lo dio’. Apasionadas por su trabajo, y por hacer del día en que se unían las parejas en matrimonio el momento más especial de sus vidas, compartían el amor por las ideas imposibles, por pensar más allá del límite establecido y por no tenerle miedo a nada. Sentían que querían ir un paso más allá y poder equilibrar la frivolidad que en ocasiones se transmite
en el mundo de las bodas, con un proyecto totalmente altruista, en el que pudieran aportar su talento, su esfuerzo y su ayuda.
El segundo paso que dieron, fue buscar un proyecto con el que se sintieran identificadas, que les moviera el compromiso de hacer lo imposible y que tuviera que ver con niños, familias y mujeres. Les apetecía encontrar una
organización que actuara tanto a nivel local en España como en algún país en vías de desarrollo. Y aunque al inicio no aparecía ninguna causa que respondiera a sus anhelos, gracias a la doctora Lorena Bembibre, amiga de El Sofá, y voluntaria de Ecodesarrollo Gaia, tuvieron claro que sería con ellos con quienes iban a colaborar y a poder aportar algo verdaderamente significativo, a través de su compromiso. Se enamoraron de su labor, fue amor a primera vista.
Ecodesarrollo Gaia es una organización sin ánimo de lucro para el desarrollo sostenible, que desde hace 27 años, trabaja en el marco de los derechos humanos, la no violencia, la igualdad y la prevención de la violencia de género, la defensa del medio ambiente, la equidad norte-sur, la equidad intergeneracional, la inmigración, el codesarrollo y la cooperación internacional y la paz.
Concreta su labor en dos grandes áreas. En A Coruña desarrollan actividades de mediación sociocultural y laboral con inmigrantes, ayudándolos durante su proceso de integración en el nuevo entorno. Entre las que se incluyen la educación a sus familias y la alfabetización y atención integral a mujeres y a niños.
Y también llevan a cabo, en la localidad senegalesa de Yoff, importantes proyectos de desarrollo comunitario. Esta segunda área fue sin duda la parte del proyecto de Ecodesarrollo Gaia, que más les emocionó y con la que soñaron implicar, no solamente a los clientes de su empresa, sino a aquellas parejas que buscan un regalo solidario para el día de su boda.
El tercer paso fue canalizar esta ilusión a través de la iniciativa amarilla: ‘Un sofá en Senegal’, gracias a ella desarrollan distintos proyectos para que las parejas a las que ayudan y toda persona que quiera formar parte de la gran labor de la ONG en Yoff, pueda sumarse y colaborar. Los lápices solidarios de ‘El sofá amarillo’, son el primer proyecto que han puesto en marcha.
Estas mujeres optimistas y comprometidas, creen que la educación es la única manera de cambiar el
mundo. Educar en paz, igualdad de oportunidades, seguridad alimentaria o sostenibilidad ambiental, y consideran que es fundamental para garantizar el futuro de la sociedad y favorecer que, tanto los niños como sus madres, reciban una educación de calidad para poder ser independientes.
Querían crear un símbolo que representara la labor educativa de Ecodesarrollo Gaia en Yoff, para que las novias y novios amarillos, y todos aquellos que quisieran colaborar con la causa, pudieran participar llevándose además un bonito recuerdo.
‘Por eso apostamos por los lápices, con la idea de que quien lo reciba como regalo escriba con él el principio de una nueva historia’. La totalidad de los beneficios que obtienen a través de la venta de estos lápices, repercute directamente en la construcción y equipación de la biblioteca de la escuela Coruña, en el pueblo de Yoff, próximo a Dakar.
Así, y una vez consolidado el proyecto, en noviembre del pasado año, dieron otro paso más: participaron en Coruña Cura, una expedición sanitaria anual, en un viaje de cooperación integrado por quince profesionales sanitarios que, durante dos semanas, atendieron a más de 300 pacientes en Yoff salvando vidas, con medios limitados y pasión ilimitada.
Marta y Celia fueron acogidas en el grupo como personal de apoyo en tareas organizativas del hospital de campaña en la escuela Coruña. Durante doce días pudieron ver cómo cada céntimo, cada lápiz, cada esfuerzo, se ha traducido en mejorar un mundo en el que, con muy poco, todo es mucho mejor. Porque dice Mito Fernández-Obanza, Secretario de Ecodesarrollo Gaia y gran inspirador de esta realidad que han creado: ‘solamente nada es poco’.
Esta es la historia de este sofá acogedor, comprometido y amarillo, una empresa pequeña que priorizó
su deseo de ayudar. Y paso a paso, fueron sembrando este sueño, hasta hacerlo realidad. Sueño que
inició Indara y que continúan regando con su ilusión, optimismo, compromiso y amor Marta y Celia.
FABRIZIO PLESSI, pionero del video arte en Europa, con pabellón propio en la Bienal de Venecia (rehabilitado por La Maison francesa Louis Vuitton) y obra expuesta en más de 130 museos de todo el mundo dirige, fuertemente agarrado a su timón, el destino de La Luz del Llaüt -hasta hace unos días alojada en la Lonja de Palma de Mallorca y comisariada por Pilar Ribal- hacia la exótica Sanghái. Por JULIA HIGUERAS Fotografía ERIK VON FRANKENBERG
Después de un buen madrugón -el fotógrafo y esta periodista nos hemos levantado a las 4 de la mañana- llegamos a la ciudad mecida por las aguas, conocida por ser lugar de refugio de grandes escritores y también por sus gondoleros profesionales que hoy rivalizan con los modernos taxistas d’acqua que, al volante de sus rápidas lanchas, atraviesan las aguas de Venecia con la precisión de un escalpelo al precio de un billete de avión. En la entrada del hotel Hilton Molino Stuky, en Giudecca, nos espera el artista italiano .Su estudio regado por el Gran Canal, queda a solo una manzana de aquí.
Siempre has ido por delante de tu tiempo.
Hoy todo el mundo usa el vídeo, hace vídeo- instalaciones, lo que ves ahora como algo normal hace treinta o cuarenta años -cuando la televisión era en blanco y negro y uno no podía ni imaginar que se iba a convertir en lo que se ha convertido– no lo era. Entonces se pensaba en la pintura abstracta o figurativa, en el acting painting y en el realismo.
Pero tu personalidad de hombre curioso te llevaba a investigar nuevas técnicas, a abrir nuevos caminos…
Sí me gustaba y me sigue gustando dedicar tiempo a investigar aquello que no conozco. Pero me pasa con todo en la vida. Si visito una ciudad, me interesa de ella lo que desconozco, aquello que no está en las guías turísticas, los aspectos emocionales que puede mostrar una ciudad que me es totalmente desconocido. Después de 40 o 50 años de trabajo, he estudiado e investigado sobre muchos objetos, últimamente este objeto es la barca, pero siempre cambio… trabajo dos, tres, cuatro o cinco años con el mismo objeto -soy cíclico trabajando-, y empiezo de nuevo, inspirándome en nuevas emociones, manteniendo la conciencia histórica de mi lenguaje artístico. Un lenguaje que el espectador que lo escucha siente la emoción que yo intento provocar con mi trabajo. Y provocar una emoción es lo más difícil de conseguir pero es el reto continuo del artista.
LA LUZ DEL LLAÜT exposición diseñada para Louis Vuitton en la Lonja de Palma de Mallorca.
Transmitir emoción, otra obsesión tuya…
Sí, es una obsesión continua.
Soy un hombre obsesivo (me sonríe) -, necesito trabajar continuamente porque si no lo hago me siento mal conmigo mismo. Tengo esa disciplina, y además, mi trabajo me gusta muchísimo y soy feliz cuando lo hago… Aquí, solo, en este estudio – me señala todo el espacio- siempre me encontrarás con un lápiz en la mano. También cuando viajo -lo hago constantemente-, me siento en la butaca del avión y espero a que éste despegue. Entonces, saco la bandeja y me pongo a dibujar, a diseñar… al lado una copa de champán. Se ríe. En ese momento, soy la persona más feliz del mundo y te aseguro que cuando el avión despega y se eleva, con él lo hace también el pensamiento porque éste se siente más libre en las alturas… Sí, sí, no me mires con extrañeza, muchos de mis grandes proyectos los he diseñado a 10 mil metros de altitud, porque la cabeza, allá arriba, se siente más libre (mueve los brazos de arriba a abajo y vuelve a sonreír).
Le observo mientras sonríe. Es un hombre alegre, de fuerte carácter, con una gran dosis de personalidad bañada de empatía y un sentido común desafectado de soberbia al que no le doblegan ni los apegos ni los halagos y sí los afectos. Sé por su biografía que ya no cumple los setenta, por eso pienso que tiene la edad de sus emociones o la de su corazón y echo mano de una frase de Marcel Proust que dice que ‘nuestro corazón tiene la edad de las personas que uno ama’ y refuerzo de este modo mis impresiones – que luego él confirma- sobre este italiano universal.
‘Tengo la fortuna de haber encontrado una mujer fantástica, Carla, que me ha dado dos hijos, Rocco (estudia Diseño Tecnológico en Inglaterra) y Maríasole. Entre los dos hemos formado una familia sólida y esta tranquilidad con la que ella me arropa me ayuda a dedicarme de lleno a mis proyectos, a trabajar, a crear. Carla lo resuelve todo y me soporta –bromea-, y lo digo desde mi realidad humilde porque soportarme a mí es muchas veces una tarea imposible’.
Y volvemos a las alturas. Allá arriba, en el cielo, Plessi se libera de la presión de lo cotidiano y se siente como un pájaro. Todo lo que diseña entre las nubes, lo guarda abajo, una vez ya en la tierra, dentro de un cajón. ‘En este espacio – abre aleatoriamente uno de los muchos cajones de un gran mueble de madera que hay en el estudio y me enseña el interior repleto de proyectos- dejo que cada proyecto mío duerma su propio sueño. Pienso que mientras uno duerme, las ideas crecen y lo mismo le sucede a los proyectos que guardo en los cajones del estudio.
Cuando los recupero de su sueño están mucho más llenos de energía que cuando los metí ahí años atrás. Es una idea muy poética, puede ser incluso una metáfora, pero soy un hombre que vive a través de sus emociones, amo un tipo de arte que no pertenece a este tiempo, el arte que se hace ahora no lo comprendo , y aunque lo intento con ahínco, no poseo el código que necesito para poder descifrarlo, para empaparme de él. No quiero entrar en polémica con el arte actual, soy una persona respetuosa, pero lo que veo hoy en los museos, en un porcentaje muy elevado, ya lo he visto antes. Mi arte intenta representar un mundo mucho más grandioso, heroico, fuerte, a mí me gustan –por citar a alguien- Pina Bausch o Buisson, los dos son artistas de verdad.
‘HAY QUE ENSEÑAR A CREAR CON FELICIDAD, SIN SUFRIMIENTO. ESTA ES MI FILOSOFÍA DE CREACIÓN’
Puede, continúa, que sean cosas de un hombre de mi edad que está acostumbrado a otras conductas, a otros valores que no se corresponden con los que existen hoy. Es importante que lo diga porque yo sigo trabajando con una fuerza y un entusiasmo enormes. Dentro de mi cabeza soy un hombre de 40 años, máximo –añade riendo-. Todos sabemos que hay dos edades: la biológica y la mental a la que hay que añadirle una gran ventaja: ahora invierto 20 veces menos tiempo en hacer un gran proyecto que hace 30 años, y soy infinitamente más rápido que entonces’. El estudio de este artista, nacido en Reggio Emila y obsesionado, como no, desde niño con estudiar Bellas Artes en Venecia -ciudad en la que vive desde los 17 años- se asemeja a un laboratorio.
Los techos altos, las paredes y los muebles blancos, la librería hasta el techo cargada de libros que se mezclan con muchos de los más de 300 catálogos de sus exposiciones y que están editados de manera exquisita en diferentes tamaños y colores. Es Plessi, de pie y a mi lado, quien me explica de manera pausada, paciente, toda una vida, la suya, dedicada enteramente al trabajo. En las mesas, en medio de este gran espacio, reposan solo ‘los escogidos’ arropando este ambiente pulcro, escrupuloso, de orden milimétrico. ‘Son dos los momentos más bonitos de mi vida, el primero llega cuando suena el teléfono y al otro lado me proponen participar con una gran muestra de mi trabajo, el segundo al ver el espacio que va a cobijar mi obra. Una vez allí, me pregunto: A ver, Plessi, ¿Tú que quieres hacer aquí? Parto de cero, tengo que inventarme algo nuevo, un tema que alojar en ese espacio que siempre es fantástico.
Tener una visión del espacio no codificada abre la mente…
Es mi filosofía, vivo en una gran naturaleza. Cuando era profesor en la Universidad alemana le decía a mis alumnos que había que crear con felicidad, sin sufrimiento, porque el arte se acostumbra a vivir como un peso, como una fatiga, como si hubiera que sufrir para poder crear y yo no estaba de acuerdo con esa filosofía de la creación. Le decía a mis alumnos: sed felices, alegres, disfrutad creando, pensando, profundizando, y les preguntaba ¿ dónde creéis que está la profundidad? Pues siempre en la superficie. Digamos que, cuando eres un verdadero artista, cuando tienes potencia creadora, tu propio lenguaje, tu propia fuerza expresiva hace que seas feliz mientras trabajas.
¿Cuál ha sido tu proyecto más difícil, más costoso…?
He tenido la suerte de que muchas personas, desde el principio de mi carrera, han amado mi trabajo y me han apoyado. Es cierto que tengo grandes enemigos en el mundo del arte, detractores de mi obra, y como todos los artistas -no soy una excepción- también tengo grandes seguidores que me han empujado a seguir adelante con mis proyectos. Siempre digo que nunca he querido ser ni rico ni famoso, solo que mi obra se exponga en museos de todo el mundo y esto lo he conseguido. Tengo mi obra expuesta en 130 de ellos.
Después de hacer este repaso de tu vida, 50 años de trabajo, ¿cómo te sientes?
(Sigue repasando en voz alta) 540 exposiciones, 130 en museos… 6000 metros cuadrados en la Exposición de Berlín, esta fue una época increíble de mi vida, su recuerdo aún me emociona. ¿Cómo me voy a sentir? Soy un hombre con suerte.
Y en abril se inaugura tu museo, vas a tener tu propio museo, el sueño de cualquier artista… Este museo tiene una anécdota muy graciosa que quiero compartir contigo. Estaba trabajando aquí, en el estudio, tranquilamente, cuando sonó el teléfono. Lo cogí y al otro lado de la línea una voz masculina me dijo: ‘Mire, Plessi, tenemos una sorpresa para usted’, a lo que respondí: Oiga a mí no me gustan las sorpresas y menos a mi edad. Perdóneme usted pero estoy trabajando, va bene? Y pensaba para mis adentros: ‘Fabrizio ahora te vienen con sorpresas, ¡lo que te faltaba!’. Al otro lado la voz masculina seguía hablando, insistiendo: ‘Plessi, deje que le mandemos un coche mañana a recogerle y le llevará a un sitio que no le va a defraudar’. Insistió tanto que cedí. A la mañana siguiente me subí a una limusina que vino a buscarme y varias horas de coche más tarde llegamos al lugar de la sorpresa, me abrieron la puerta y me dijeron: La frase mágica para cualquier artista: ‘Plessi, aquí tiene usted su museo…’.
Supongo, que te quedarías con la boca abierta.
(Me mira fijamente, jocoso). Sí, sí, supones muy bien. Pensé: seguro que voy a tener que pagármelo yo, ( y nos reímos los dos durante un rato ). Después me explicaron que eso no iba a ser así y que habían pensado en hacer este museo dentro de la autopista que está en la frontera de Italia con Austria porque será la primera gran autopista cultural del mundo… Y me pareció una idea fantástica. Han comprado una gran escultura que hice para la Exposición Universal de Hannover del año 2000 y mucha otra obra mía. Sinceramente fue un momento de una emoción indescriptible.
‘PROVOCAR UNA EMOCIÓN ES LO MÁS DIFÍCIL DE CONSEGUIR PERO ES EL RETO CONTINUO DEL ARTISTA’
Está previsto que se inaugure en primavera.
Sí, esa es la idea. Lo primero que vas a ver al entrar en Italia por esta autopista es el museo. En primavera sobresaldrá – está hecho de piedra y hierro- entre montañas verdes, y en invierno lo hará envuelto en nieve. Me han ofrecido la posibilidad de intervenir en el proyecto de creación del edificio y lo estoy haciendo.
Pues la sorpresa de marras se convirtió en un magnífico regalo para ti.
Este es un gran momento del que, además, no quiero hablar demasiado, ya sabes, manías de artista, por si luego las cosas se complican. Tenía pensado hacer una fundación pero desde que sé lo del museo voy a donar todo lo que tengo aquí –señala distintas piezas- para que ellos se ocupen de mi obra.
En España decimos: a caballo regalado no le mires el diente. ¿Alguna pega?
Por ponerle alguna – me guiña un ojo- me hubiera gustado que el museo estuviera al lado de Venecia pero estará a 400 km de aquí…
Le llama por teléfono su editor y aprovecho para asomarme a la ventana, corrijo, al enorme ventanal que me regala – esta vez el regalo es para mí- una vista maravillosa, desde la perspectiva que ofrece el Gran Canal de Venecia. Hace un día frío regado por un sol que lo baña todo: miles de años de historias, aislamientos, decadencias y renacimientos de ida y vuelta. Plessi acaba la conversación y se acerca a mi lado para seguir nuestra charla matizada por la luz que entra desparramada por el cristal. ‘Mi obra es agua y se convirtió, desde el principio de mi carrera, en el verdadero motor de mi vida artística’, me dice y le pregunto por su relación con ‘La Maison’ Louis Vuitton que tanto ha apoyado y patrocinado muchas de sus creaciones, y le pregunto esto porque me choca que habiendo tantas marcas italianas haya sido una francesa quien haya apostado tanto por él y por su obra. Se mesa el pelo lacio, antes negro, hoy blanco, largo hasta los hombros y me responde:
Hace muchos años, y con motivo de la Bienal, tenía una gran instalación en la Plaza de San Marcos. Yves Carcelle, presidente de Louis Vuitton, fue a verla y le gustó mucho. Comentó que iba a contactarme, tenía la intención de conocerme personalmente y un año y medio después, lo hizo. Me llamó y quedamos para vernos. Entre los dos hubo una gran conexión, teníamos intereses culturales comunes. La idea del viaje, de la aventura está muy ligada a la marca y al igual que Louis Vuitton soy un gran aventurero, un viajero incansable. ¿Por qué yo?, quizás porque expreso el arte de forma diferente o porque soy un navegador solitario que va agarrado a su timón en el mar del arte. El mar del arte es siempre un mar en tempestad y ahora estoy cogido fuertemente a mi timón, me siento muy seguro porque sé perfectamente adonde voy… Esta idea del mar, del viaje, de la aventura, está muy ligada a Vuitton. En la bienal de Venecia soy el único artista italiano que tiene un pabellón (1000 metros cuadrados) para él solo, un pabellón que ha rehabilitado Vuitton siempre fiel a los valores de transmisión cultural y protección de la historia y tradición artística locales, en su apuesta por apoyar el arte. No es ningún esponsor, son personas que llevan años de relación con mi trabajo, he diseñado muchas cosas para ellos como esta bolsa – y señala la bolsa-lámpara que está sobre la mesa y de la que el periódico New York Times dijo que era la mejor bolsa que se había hecho de la marca, que contiene la tecnología televisiva, que es la bolsa, con un logo en movimiento) o me recuerda la exposición que acaba de hacer:
La luz del LLaüz en la restaurada Lonja de Palma de Mallorca – su segunda ciudad- 14 barcas tradicionales mallorquinas realizadas artesanalmente en madera, los históricos ‘llaüts’ que se encontraban abandonadas en diferentes partes de la isla y las ha reconvertido en peculiares conchas de luz azulada que reproducen el sonido del mar. Exposición que navegará por otros mares alejados del Mediterráneo – El Gobierno balear desestimó albergarla de manera permanente en las entrañas de la Lonja- que la llevarán, de momento, al Mar del Este en su encuentro con el río Yangtsé, en la exótica Shanghái.
‘DENTRO DE MI CABEZA SOY UN HOMBRE DE 40 AÑOS, MÁXIMO – SE RÍE- TODOS SABEMOS QUE HAY DOS EDADES: LA BIOLÓGICA Y LA MENTAL’
¿Qué esta pasando?, acaso el arte ya no interesa…
Desgraciadamente, a la gente el arte le interesa cada vez menos, solo interesa para hacer negocio. No podemos pensar que Christie’s o Sotheby’s tienen interés por el arte, lo único que les interesa del arte es la transacción financiera que pueden obtener como si tener cuadro fuera igual que tener acciones en el banco.
Tú que has sido tan vanguardista, que tienes esa capacidad para ver más allá ¿cómo ves la situación? ¿Qué está pasando?
El mundo del arte ha cambiado completamente. Tiene un escenario diferente que no se parece en nada a lo que estábamos acostumbrados. Desde hace unos diez años, el arte no está en manos de la creatividad ni en manos de la poesía: está en manos del business, en manos de la banca, de las casas de subastas de arte. Por primera vez el mundo del arte ha dejado de ser un mundo libre, y es de regular credibilidad. Vivimos en un mundo menos poético, menos ingenuo en el que solo se habla del valor económico de las cosas no del valor artístico, es una especie de mercado que no se corresponde con la realidad.
Se ha mercantilizado toda la sociedad, ¿qué podemos hacer para que eso cambie?
Cuando doy una conferencia siempre acabo con una frase: Amad el arte, defendedlo siempre porque el arte es la única cosa que puede salvarte la vida. Incluso hasta ahora que estamos viviendo una situación convulsa. No me gusta la crisis pero es una purificación de las situaciones. Vivimos una época decadente, comparable a la caída del Imperio Romano, con esa sensación de desastre continuo. En esa época antigua se permitía todo, los modales daban igual, no había nada verdadero, todo conducía a la decadencia, como así fue… y nosotros hemos vivido una época verdaderamente decadente. Esta dosis de crisis nos llevará a todos – ya está sucediendo- a volver a hablar de valores; seremos todos mucho más pobres, irremediablemente, sí, pero la crisis pasará y nos habrá cambiado a todos la vida, para bien. •
Considerado por el periódico The New York Times como el más importante de los pensadores contemporáneos nos da, en esta entrevista exclusiva, Noam Chomsky nos da su opinión sobre la crisis española y el capitalismo.
Por MARTA TORRES
‘No creo que la gente en España viviese por encima de sus posibilidades. La gente vive con lo que tiene’
‘No creo que la gente en España viviese antes de la crisis por encima de sus posibilidades. La gente vive con lo que tiene.’
‘En 2007, a España le iba muy bien. Tenía un presupuesto equilibrado. No había un gran déficit. Pero, los bancos españoles se volvieron locos, aunque eso pasaba en todo el mundo por entonces.’
‘En España o en Irlanda, los autores de la crisis han sido rescatados.’
‘La gran parte de las actividades de los bancos es jugar con dinero.’
‘Simplemente hago lo que puedo. No hay ninguna definición especial sobre mí.’
‘Contesto a la gente emails que me escribe de todo el mundo durante seis horas diarias’
‘Empecé a criticar al gobierno con 12 años.’
‘Y ahora, los que han creado la crisis son más ricos y más poderosos que nunca.’

Noam Chomsky, referente internacional en el campo de la lingüística. © CC2.0/Flickr/by Jeanbaptisteparis.
Desafortunadamente, es imposible empezar este texto sin mencionar los atentados de Boston.
Tuvieron lugar tres días después de realizar esta entrevista a Noam Chomsky (Filadelfia, 1928) justo al otro lado del río donde da clase.
Retratar a un fotógrafo de la talla de Chema Madoz es un auténtico reto.
Conversar con él es todo un placer. Nos recibe en su estudio y abordamos temas tan interesantes como el mercado del arte, la influencia de la literatura en su fotografía o las dificultades de los artistas que comienzan hoy en día.
Por JAVIER GUTIÉRREZ MURPHY Fotografía QUESO DE BOLA

Primer plano de Chema Madoz realizado minutos antes de esta entrevista. El fotógrafo madrileño nos recibe en su estudio en la sierra de Madrid
Más que una fría entrevista ésta es una conversación con un maestro de la fotografía.
Chema Madoz es un fotógrafo con mayúsculas.
Quien conozca a este autor madrileño sabrá que lleva más de 20 años fotografiando en blanco y negro.
La mayor parte de su obra se centra en la unión de objetos creando imágenes que tienen un valor superior a la suma de sus partes.
Quien no le conozca espero que encuentre en este texto un aliciente para indagar más sobre él.
Premio Nacional de Fotografía en el año 2000, ha expuesto en medio mundo.
Su obra, que tiene un discurso marcado y de gran coherencia interna, es una de las más influyentes del arte contemporáneo.
Sencillo y tranquilo, su trabajo refleja su personalidad.
Amable, mordaz, cercano y profundo.
Mesa en la que el artista edita sus fotografías. Al fondo, algunas obras y libros en una de las estanterías que hay en su estudio.
Tengo la suerte de que me reciba en su estudio en la sierra de Madrid y no puedo evitar sentirme abrumado ante tanta creatividad reunida. Nada más entrar comprendo de dónde viene la luz tamizada que se refleja en sus obras, la mayoría fotografiadas aquí adentro, en un establo reformado que alberga gran parte de sus creaciones. Hay muchos trabajos que nunca acabaron siendo imágenes pero que ocupan lugares de honor en un pequeño estudio que parece un museo.
Él dice que no hace trabajo de estudio, lo que hace es convertir el espacio de trabajo en un estudio artesanal. Coge la cámara solo cuan- do sabe que va a trabajar, así consigue que el tiempo no tenga presencia en su fotografía.
¿Influyó en tu compromiso con la fotografía el tener un trabajo que no te gustaba? Sí, a veces preferiría no haber sacado eso a la luz. Pero sí, influyó. Es bueno poder verlo ahora desde la óptica contraria. Ese trabajo monótono fue un catalizador, si hubiera tenido otro con el que me identificara mínimamente para mi habría sido más complicado decidir cambiar a la fotografía. Pero gracias al sentimiento de que no pintaba nada ahí me decidí a cambiar. Eso fue lo que me empujo a salir.
Chema queda reflejado en uno de los espejos que hay en su estudio.
Pasa el tiempo y te conviertes en profesor de cursos y talleres, aparte de las clases magistrales de fotografía. ¿Qué consejo les das a tus alumnos para que se ganen la vida con esta profesión? Nunca me he sentido con la capacidad de dar consejos a nadie. En definitiva, creo que cada uno debe buscar su propio camino y su propia forma de hacer las cosas. Mi experiencia me ha valido mucho pero me cuesta trasladarla a la vida de los demás para poder darles un consejo. Pero si tuviera que hacerlo les diría que no se echen para atrás, que confíen en las cosas que realmente creen, intentando no caer en el tópico absoluto. En definitiva, merece la pena creer en uno mismo y apostar por tu propio trabajo. Si no lo haces tú, ¿quién más lo va a hacer?
Comenzaste tu trabajo en la época de la movida madrileña. ¿Qué diferencias ves entre la sociedad de entonces y la de hoy en día? No tiene nada que ver. Aunque conviví con la movida madrileña, nunca me he considerado parte de ella. He sido coetáneo y he disfrutado de su gestación pero simplemente como un espectador. En aquel momento ni siquiera había encontrado la forma de canalizar mis ideas, estaba todo muy confuso. A pesar de todo, a veces siento que estoy en deuda con la movida por haberme enseñado a perder el respeto a la concepción clásica del arte. En aquel momento todo el mundo se lanzaba a hacer pintura, música, fotografía, daba un poco lo mismo, la intención era crear. Siempre había tenido una visión del artista muy clásica, como tocado por una varita di- vina. Que todo el mundo se lanzara a hacer algo nuevo me ayudó a perder la vergüenza, a arrancar y decir: ‘Joder, que no pasa nada, se hace y ya está, luego ya veremos’. Bien es cierto que nunca pensé que pudiera vivir de ello, simplemente lo hacía y lo disfrutaba. No habría creído a nadie que me dijera por entonces que me terminaría ganando la vida con esto.
Detalle de una cámara fotográfica antigua.
‘Estoy en deuda con la movida por haberme enseñado a perder el respeto a la concepción clásica del arte’
¿Crees entonces que hoy tenemos más oportunidades? Sí, en este sentido tenemos una situación más versátil que la que había en ese momento. Entonces la gente lo hacía por disfrute y no pensando que podría ganarse la vida con ello. Hoy en día es distinto, las galerías exponen más fotografía, hay más becas y también más posibilidades de mostrar tu trabajo aquí o incluso fuera. Aunque no por ello la situación es más fácil. Hay más opciones, pero también más gente trabajando. Creo que la cosa está jodida para todos igualmente.
En tu juventud te querías matricular en Historia y Psicología. ¿Siempre has tenido clara la unión entre ambas disciplinas? En absoluto, pero a veces cuando echas la mirada atrás te das cuenta de que las cosas cobran sentido. Me movía a golpes de intuición y era muy poco consciente.
Me interesaba la Psicología y pensando que me tenía que matricular en algo, elegí esa opción. Siempre había sentido un interés y una atracción por la imagen pero tampoco era un apasionado del tema, simplemente me gustaban las portadas de los discos, los carteles de los cines, los cómics, etc., pero no me veía como un generador de imá- genes. Era algo a lo que me acerqué porque me interesaba. Lo hice sin una perspectiva muy clara. Como he dicho, me movía basán- dome en mi intuición y cosas que, en princi- pio, no parecían tener mucho sentido, en mi cabeza terminaban teniendo un orden y una conexión.
¿Sientes la fotografía más como un trabajo o como un vicio personal? Es una mezcla extraña porque disfruto haciendo mi trabajo pero si me falta, me vengo un poco abajo. Acaba convirtiéndose en una necesidad. Cuando estás en una dinámica de trabajo donde todo surge con cierta fluidez, todo va de maravilla, pero cuando hay un parón surge la idea de ‘¿ya está? ¿ya he contado todo lo que tenía que contar?’. Esto me genera una gran inquietud. Cuando las ideas ruedan me siento bien con- migo mismo, como cualquiera en su profesión.
En tu obra se percibe una cercanía a la literatura oriental más que a la occidental. Sí, hay una cierta afinidad con lo oriental. Me fijo en cómo son las formas en las que repara la mira- da, o el modo de acercarse a las cosas. Pienso en una de mis obras que tiene una serie de piedras o cantos rodados que sí se acerca más a una idea oriental.
En ocasiones la fotografía está influenciada por los haikous, sin serlo en sí misma. He leí- do algunos pero no soy un experto en ellos. Hay imágenes que tienen una cercanía a esa manera de entender el mundo, pero no sé de dónde surge. Es algo a lo que llegas. Hay otras que sin tener una referencia directa también se les podría trasladar ese espíritu, pero no sé de dónde me viene todo eso. Es parte del proceso, de la pasión, puntos de coincidencia a los que llegamos.
La sencillez de tu obra te acerca a esa imagen oriental aunque tus primeros trabajos tenían que ver con los cómics. ¿Por qué es tan difícil rastrear esa primera huella en tus fotografías? No supuso una influencia importante en mi forma de ver, pero sí hay elementos del cómic que me merecen respeto y que miro con buenos ojos aunque sea complicado de encontrar en mis obras. Hay algo de él que me atrae, al igual que las caricaturas y por eso les presto más atención y con mayor intensidad. Pero creo que lo utilizo de forma puntual o anecdótica. Se me viene a la cabeza la imagen del Boom que tengo aquí, el bocadillo o la máscara. Es un lenguaje más visual que el del cómic.
El tamaño en la fotografía es muy importante. ¿Eres más partidario de formatos grandes o pequeños? A medida que te vas relacionan- do con las obras de los demás, vas incorporando nuevas ideas y perspectivas. También influye el hecho de ser espectador de otras obras, lo que me permite tomar conciencia ellas. Cuando voy a exposiciones y comparto espacio con otros espectadores, me doy cuenta de que las obras grandes pueden ser observadas al mismo tiempo por varias personas mientras que las pequeñas son más intimistas. En estas últimas, la gente hace cola para poder observarlas en la intimidad. El espacio que vienen a ocupar en tu cabeza las imágenes es independiente de su tamaño. Piensa en la importancia de una cajetilla de tabaco -un pequeño objeto- para un fumador. Siempre me gustaron los pequeños detalles. Las imágenes con formatos pequeños tuvieron siempre una carga más grande.
Establo reformado que alberga la mayoría de sus creaciones; esculturas que fotografío o que pensó en fotografiar
La eliminación del ruido, la ausencia de título, explorar la mirada del espectador… son un conjunto de ideas que se comprenden solas cuando se observa tu fotografía. La eliminación del ruido es especialmente importante para ti. En una ocasión comentaste: ‘Tengo una idea en mi cabeza, pero a mi alrededor hay tantas cosas que la contaminan que no veo con claridad’. Intento pasar a limpio, entresacar. Mi trabajo me sirve para aclarar mis propias ideas que muchas veces percibo pero que no puedo definir de una manera clara en mi propia cabeza. A través de la imagen me sirvo de ella, es como un ejercicio personal para limpiar. Pero también es un arma de doble filo. No creo que de mi trabajo se puedan sacar unas conclusiones palmarias, ya que intento dejar de lado las verdades absolutas y las afirmaciones tajantes. He ahí una cierta ambigüedad. La fotografía me sirve para sacar las cosas en claro y al mismo tiempo, moverme en el territorio de la duda mediante imágenes que parecen una cosa pero son otra distinta.
Hay siempre diferentes niveles en la lectura de mi trabajo, es algo que está presente en todas mis obras. Se trata de un contrasentido, la posibilidad de una doble lectura de los objetos y las situaciones que aparentemente nos brindan una idea que, en un principio, es más plana
Otra de las cámaras que el conocido fotógrafo utiliza en su trabajo publicitario
Los objetos son simples pero están cargados de imaginario social. Todos, además, comparten alguna referencia en tu vida. Sin embargo, de pequeño jugabas al fútbol y eso no se ve en tu fotografía. Sí, es cierto, y a mí también me resulta muy curioso. La gente te pregunta por qué estos objetos y no otros, por qué esa insistencia en unas cosas y no en otras. Esto es porque dibujas tus propios intereses, como ocurre con la música o la literatura .Y sí es cierto que el fútbol ha sido algo muy presen- te en una etapa de mi vida y que me gustaba mucho. Pero ahí estaría entrando en otro tipo de lectura, una lectura sobre todo lo que rodea al fútbol. Me gustaba ese deporte pero no lo que giraba alrededor de él. Siempre me han deprimido enormemente esos programas de radio interminables.
Recuerdo que en la mili, por la noche, todos oían a José María García. Se dedicaban a escuchar todos los partidos y a mí se me venía el mundo encima con todo aquello. Creo que de ahí viene un poco mi resistencia a ver los partidos. No tengo esa pasión que tiene el seguidor de un equipo de fútbol. A lo mejor es algo que tengo que revisar, o revisitar. La verdad es que no había reparado en ello. Es algo que ha influido en mí, pero no he hecho ninguna referencia, es cierto.
‘Merece la pena creer en uno mismo y apostar por tu propio trabajo’
La mili también parece que es un punto de in- flexión en tu vida, como le ocurre a todos los jóvenes que fueron obligados a hacerla. Hay una agresividad contenida en alguna de tus obras, ¿eso emana de la mili? No sabría decirte, pero sí que me provocó sentimientos muy parecidos. Salí de ahí odiando todo lo que tenía que ver con el ejército y el espíritu militar. Supongo que eso me sirvió para despejarme, para tomar conciencia de cómo era la sociedad en la que vivía y de lo que esto suponía. Creo que fue un revulsivo. Todo ese tipo de situaciones te empujan a decantarte, a seleccionar lo que tiene que ver contigo y a separar lo que no.
Te conviertes en un agente transformador de la sociedad a través del arte. La gente está expectante ante los movimientos de tus próximas obras. Eres un personaje público. En este sentido, ¿cómo experimentas la privacidad? El trabajo conlleva esta parte, sigo viéndolo como una especie de práctica puntual. La mayor parte del tiempo la paso en casa, en el estudio o de viaje. La presencia mediática es algo ocasional y, en este sentido, sigo viviendo en un universo parecido a cuando mi trabajo no tenía tanta repercusión. Intento ir combinándolo. Siempre lo he vivido como algo que te toca hacer, más que como algo que afecta tu personalidad. Ha sido más bien una adaptación, algo que ha ido evolucionando.
Cuando te vas encontrando a ti mismo en- distintas situaciones, cambia tu perspectiva acerca de cómo afecta tu obra. Al final lo que cuenta es el eco que se genera.
No lo he vivido como un corte dramático, viene como un proceso muy lento que comienzo en los 80. Estuve mucho tiempo haciendo cosas que solo mi círculo cercano venía a ver. Ex- ponía en sitios en los que nunca pasaba nada. Ha ocurrido todo tan despacio que no me ha pillado por sorpresa porque me ha cogido con cierta edad. Cuando haces fotos con 22 añitos y, de repente, te encuentras lidiando situaciones de repercusión mediática debe de ser más complicado o, por lo menos, a mí me lo habría resultado
Diferentes imágenes de objetos sorprendentes que se encuentran en cada esquina de su estudio.
‘Cuando las ideas ruedan me siento bien conmigo mismo. Como en cualquier profesión supongo’
Durante todos estos años, ¿hay alguna obra a la que tengas especial cariño por lo que ha supuesto tu recorrido? Hay una foto que para mí es emblemática y que, curiosamente, es temprana en el tiempo. Es esa en la que hay un espejo y una escalera. Tengo un vínculo especial con ella, como un aroma. Porque, de alguna manera, reconstruir esa imagen supuso tomar conciencia de forma clara de hasta qué punto se podía tergiversar la idea de realidad con aquella simpleza, aquella sencillez y, además, con aquella verosimilitud. Es una imagen que fotográficamente funciona pero es tan simple que me dejó desarmado. Me sirvió para tomar conciencia de que tenía entre manos un lenguaje que podía ser realmente potente. Siempre he recordado esa imagen con aprecio.
¿Hay alguna imagen tuya en la que haya personas implicadas ? Hay imágenes que emergen de tu entorno, imágenes en las que es cómplice alguna persona más. Esta, por lo tanto, tiene un valor añadido. Requieren una complicidad con esa persona, no con el público.
Las ideas surgen de distintas maneras. Unas son rápidas y claras y otras, por el contrario, necesitan ser pulidas. Existen varias formas de trabajo dentro de ti, como si una parte de tu cerebro estuviera puliendo de manera lenta, mientras otra estuviera siempre bus- cando. ¿Me equivoco? No, algo de eso hay. De alguna forma tengo la sensación de que desde que me levanto hasta que me acuesto, si no estoy trabajando, por lo menos estoy receptivo.
Por estar receptivo, me refiero a un estadio en el que ocurre una toma de conciencia. Ser consciente de que las cosas son distintas a cómo las percibimos. Lo importante es armar esa imagen de forma que la puedas resolver en el espacio en el que trabajas.
Hay veces que las imágenes surgen, poco menos que como si te tropezaras con ellas. Pueden surgir de alguna apreciación. La imagen de la escalera en el espejo surgió de ver a un hombre limpiando un escaparate. El escaparate limpio devolvía un reflejo pálido de la escalera.
A mí me dio la impresión de que la imagen del sumidero con los platos fue una idea que debió de ser instantánea. De alguna manera el espectador puede observar cuándo una idea viene más rápido que otra. Sí, yo creo que si hiciéramos un recorrido sobre las imágenes desde esa perspectiva, al menos en algunas de ellas sí que se podría llegar a la conclusión de cómo han surgido. La imagen del escurreplatos, por llamarlo de alguna manera, surgió en un taller que impartía en el que llevaba objetos para trabajar. Resolvimos aquel taller de forma muy rápida y les propuse salir al exterior a buscar motivos con los que poder trabajar. Ahí surgió la idea.
Detalle de unas de las obras que cuelgan de las paredes del estudio
Al día siguiente, volviendo por la noche al hotel me encontré con la rejilla y entonces, a la mañana siguiente compramos unos platos en un chino que había al lado de la alcantarilla y solucionamos la fotografía.
Creo que, aunque sean imágenes que puedan surgir rápidamente, todas necesitan de un cierto análisis para ver si aquello tiene sentido. No me apetece hacer imágenes que hagan sonreír y que fácilmente te permitan pasar a otra cosa. Por eso hay imágenes que desecho, porque no aportan valor más allá de esa sorpresa inicial. Por eso sigo trabajando. En algunos casos antes de hacer la toma y en otros después.
Tu obra tiene una gran carga social y un cierto discurso moral. Como ejemplo me surgen las imágenes del ‘Yo’ y el ‘Tú’. Pero, ¿podemos trasladar eso a un discurso político? Me viene a la cabeza el ajedrez o la bandera realiza- da con una alambrada. A veces los discursos sociales no los diferenciamos de los políticos. Un símbolo tan fuerte como es una bandera tiene un discurso político y social. Bajo ese símbolo, al igual que una alambrada, se agrupan un conjunto de personas y a la vez sirve de exclusión. ‘No toques la bandera que te vas a hacer daño’. Pero sí que es cierto que hay muy pocas imágenes mías que tengan una visión claramente política.
En ti y en tu obra se puede leer una gran carga de optimismo. A veces sí, y en otras ocasiones es, simplemente, una postura ingenua. Cuan- do el trabajo es bueno, es una cuestión de suerte. Que las cosas tiren para adelante y vayan funcionando no asegura nada.
Aquí en España, a poco que mires a tu alrededor, te das cuenta de que hay gente con una gran fuerza creativa que no se traduce en el reconocimiento que tendrían en el ex- terior. Creo que la cultura española se está haciendo desde otros países. Es complicado dar con una explicación de lo que estamos haciendo mal. Y, sin embargo, todos estamos haciendo algo mal. El artista como artista, los galeristas, las instituciones, todos. Tam- bién pasa con el cine y con la literatura. No tiene lógica ni sentido que con tanto talento y un trabajo de un nivel tan fantástico, uno no pueda avanzar. Deberíamos hacer todos un ejercicio de reflexión para dar con las cla- ves porque esto es algo que como sociedad nos falla. Al final fallamos como país, y eso se traslada también a nuestra economía.
Has tocado un tema clave: la economía. ¿Cómo crees que funciona en el arte? ¿Cómo se dota de valor económico a una obra? Al final es una cuestión de mercado. Entras en una rueda donde las cosas van encajando por su propio peso. No sé si es bueno o si es malo, pero es la manera de valorar. ¿Cuál es el precio? Es tan relativo… Seguro que cualquiera podría hablar con más propiedad que yo.
Todo esto depende de la demanda y de tratar de encontrar un equilibrio entre vender a un precio irrisorio y el límite para que un trabajo sea accesible. Hay que tener en cuenta a qué público te estás dirigiendo. En mi caso, intento estar en una situación intermedia en la que la gente, con mayor o menor capacidad económica, pueda adquirir mi trabajo. Que lo pueda hacer alguien que tiene un sueldo elevado evado y también los que tienen que ahorrar para conseguirlo. Está en tu mano el decir que sí o decir que no a un precio. En este sentido, soy conservador en la medida en que siempre he podido decidir las subidas o bajadas de precio. Sin embargo, te encuentras con galerías que ven que ciertas obras son de un precio más elevado acorde al perfil de los clientes que tienen y con otras donde el precio es más bajo que el que están acostumbrados a pagar sus clientes. Es jodido.
‘Hay gente con una gran fuerza creativa, que no se traduce en el reconocimiento que tienen en el exterior’
Otra de las obras que acompañan al autor en su estudio
Es un mundo en el que no se te dio la opor- tunidad o no la cogiste pero tienes la misma creatividad. Captas las cosas con la misma sutileza y tu mente viaja a la misma veloci- dad. ¿Cómo solucionarías este problema? Lo pregunto porque pienso cuántos Chema Ma- doz habrá ahora mismo que, con la coyuntura económica actual, tengan muy difícil el po- der realizarse como artistas. El problema es muy complejo, supongo. Ahí fuera hay gente con muchísimo talento y no quiero pensar, ni de lejos, que la gente que está trabajando es la única que tiene talento. Es lo que he insinuado antes. He conocido a gente que ha tenido que abandonar el arte por situaciones personales y que no ha tenido la oportunidad de ir con ello hasta el final. Gente realmente buena, con un trabajo magnífico y que no ha disfrutado de ese reconocimiento. No ha podido desarrollar su creatividad y que, seguramente, sería mejor que muchos de los actuales. La pena es que no hay una justicia divina que haga que solo lleguen los mejores. Pero si las cosas no cuajan, quizá también sea por una razón. No sabría decirte, pero las cosas que en su momento no has llegado a resolver volverán más adelante. Hay cosas que necesitan de las condiciones necesarias y que, si no las abordas en su tiempo, luego son difíciles de realizar. Es complicado llegar a una conclusión.
Imaginemos un mundo paralelo en el que Chema Madoz siguiese trabajando en ese banco… Yo prefiero no imaginarlo pero venga, vamos a jugar… •
Economista y sociólogo.
Ha escrito 65 libros, 47 veces investido doctor honoris causa en universidades de todo el mundo y hoy asesora a 32 países de organismos como ONU, Unicef o Unesco, pero se le conoce por ser el padre de la responsabilidad social corporativa, el gurú de la ética del desarrollo y una autoridad internacional en pobreza.
Convierte los panoramas más pesimistas en maestrías de esperanza.
Él es un optimista comprometido.
Por JULIA HIGUERAS Fotografía LUIS MALIBRÁN
¿Cómo se le ocurre a usted en los setenta el concepto de Responsabilidad Social Corporativa?
Porque es algo que me tiene impactada.
Yo leo la sociedad fundamentalmente desde el punto de vista ético y desde muy pequeño.
Mis padres que eran voluntarios a tiempo completo y de condición muy humilde, pero que hacían de todo lo que podían por los otros me enseñaron esa lectura de la sociedad.
He cultivado todas las ciencias, pero siempre lo he hecho subordinándolas a esa perspectiva, y esa perspectiva arranca con la frase de ‘mejorar el mundo’.
Porque todos los actores tienen que cumplir su rol en esa mejora del mundo.
Hacia una economía con rostro humano. Fondo de Cultura Económica, 2002.
Una pregunta de fondo recorre esta obra heterodoxa y no convencional: ¿Es posible una economía con rostro humano? El autor demuestra que es viable.
Más ética más desarrollo. Temas Grupo Editorial, 2006.
Análisis de Noruega, uno de los líderes mundiales en transparencia.
El concepto de empresa privada en los años setenta se asentaba en la idea de que solo servía para producir lucro a sus dueños y el Nobel de Economía de la época, Milton Freedman, defendía que las empresas solo tienen la responsabilidad de producir beneficios.
Y usted ya navegaba a contracorriente.
(Se ríe). Yo salí a combatir estas ideas, no solo para generar una idea nueva sino para enfrentarme al establishment de ese momento.
Y lo hice a partir de la ética porque no podía ser que algo tan importante como una empresa, cuyas decisiones no caían solo sobre los clientes sino que sus decisiones condicionaban la vida de muchas personas de algunas lo hacían de manera permanente y este debate se merecía, desde luego, hacerlo desde una discusión ética.
Este planteamiento no despertó muchas simpatías. Como dice mi amigo el Papa Francisco:
’La ética fastidia a los poderosos’.
Usted escribió por aquel entonces más de 65 libros sobre estos temas, pero siempre con argumentos empíricos.
Cifras, datos, sí.
Uno de los primeros temas que comencé a abordar en aquella época y en el que después he trabajado mucho, es el impacto de las empresas sobre la salud.
Resulta que, actualmente, un país como México, que tiene el 70% de la población con sobrepeso y donde el 40% de los chicos sufren de obesidad, tendrá más de 70000 muertes por diabetes al año.
Y el generador fundamental de la obesidad y el sobrepeso y del cambio de dieta de los mexicanos es inducido por las empresas que venden comida basura y que esta cargada de grasas saturadas.
La OMS dice que los jóvenes se envenenan bajo el impacto de las grasas ultrasaturadas y pierden, por lo menos, diez años de vida.
Sí, porque contraen enfermedades cardíacas y circulatorias.
Las empresas insisten en acumular mas y mas pisos en las hamburguesas para que se consuman, y las bebidas gaseosas son el otro lado oscuro que acompaña casi siempre a la comida rápida.
Toda esta oferta va dirigida al público con menores recursos, que necesitan comer muy rápido y pagar poco.
Primero la gente. Editorial Planeta, 2008
Es una reflexión sobre algunos de los principales problemas del mundo globalizado y examinan algunas de sus posibles soluciones.
Estrategia empresarial ante el caos. Ediciones Rialp, 1993
Este trabajo colectivo es un enriquecedor análisis del caos y su relación con la empresa, y una reflexión sobre esas nuevas situaciones.
Y se les engaña con cajitas, con los adornos, con la publicidad.
Es una combinación que hoy en día está matando a mucha gente.
En México, que es el país del mundo que tiene el consumo per cápita mas alto de bebidas gaseosas.
El gobierno subió los impuestos de esas bebidas para ver si lograba bajar su consumo, y esto supuso un fuerte enfrentamiento con las empresas.
La opinión pública oyó al gobierno, se dio cuenta de lo que estaba sucediendo, y se activó.
Actualmente es uno de los pocos países en el mundo que tiene un sobreimpuesto a las bebidas gaseosas para reducir su consumo y gracias a esta medida éste se ha reducido de manera significativa.
Su preocupación desde los años setenta es estudiar cómo afectan las decisiones de la industria a la salud. ¿Qué conclusiones ha sacado?
En los últimos años, he trabajado sobre la inequidad enorme que trae este tipo de comportamientos de la empresa privada, porque resulta que los obesos son particularmente los pobres en todo el mundo.
La obesidad es actualmente considerada una epidemia con más de 1800 millones de personas afectadas y la desigualdad también está ligada a otro tema masivo que es el fumar.
Otra industria, la del tabaco, con la que llevo peleando desde los años setenta.
Hoy sabemos que, según la OMS, el tabaco mata a la mitad de los que lo consumen de manera regular.
Tanto la industria alimentaria como la tabacalera generan adicción.
Hoy está probado que ingerí hamburguesas de manera regular genera dependencia.
Lo mismo sucede con el planeamiento de la industria del tabaco: en la medida que se ha ido reduciendo han aumentado la carga de nicotina adictiva.
Los que fuman son nuevamente los pobres, y las mujeres y los niños…
Sucumben a todas las mentiras, fake news puras y duras, porque ni los pobres ni las mujeres ni los niños de estos estratos sociales tienen herramientas para protegerse de ellas.
‘LA PRESIÓN QUE EJERCE UNA SOCIEDAD VIGILANTE Y UN CONSUMO
SOCIAL RESPONSABLE SON IMPRESCINDIBLES’
Una juez en EEUU condenó criminalmente a la industria del cigarrillo por sus mentiras y por inducir a fumar utilizando argumentos totalmente falsos.
En EEUU la lucha de las ONG dio resultados y el consumo de tabaco se redujo de un 60% a un 16%, y sigue bajando en los sectores medios y altos, y ahora mismo esta en un 13%…
Esta juez les obligó a publicar a estas empresas diferentes artículos donde comunicaban que era mentira que los cigarrillos light y todas sus variantes, tuvieran un menor contenido mortífero que los otros cigarrillos normales.
La juez fue sumamente inteligente porque no solo les condenó con multas si no que les obligó a rectificar.
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Pero nuevamente los pobres no leen esos comunicados ni tienen acceso a esa información y en el mundo se esta produciendo, silenciosamente, una desigualdad que muy pocos denuncian.
En la actualidad existen nuevas desigualdades y la responsabilidad social empresarial tiene ahí un arma fundamental, porque las empresas no tienen ningún argumento para discutir éticamente estas afirmaciones.
Usted es presidente del Centro de Responsabilidad Social Empresarial de la Universidad de Buenos Aires y la principal empresa tabacalera del mundo, que tiene representación en Argentina, les ofreció un subsidio enorme si ustedes, simplemente, hacían figurar entre los auspiciadores del centro a esta empresa tabacalera.
Y se imaginará cuál fue mi respuesta.
Tengo una ligera idea de cuál fue. (Se ríe).
Les dije: el día que se dediquen a alimentos saludables y que cambien de rumbo, con todo gusto, así que no hubo ninguna negociación y preferimos ser un centro con pocos recursos a estar atrapados por la antiética.
Y nos explica Kliksberg que, la responsabilidad social empresarial da resultados y que incide en la conducta de las empresas y hay algunos casos recientes para ilustrar que esto es así.
Hace unos meses hubo un incidente de discriminación racial en un Starbucks de EEUU.
Dos personas de color se sentaron y en algún momento preguntaron donde estaba el baño.
El jefe de ese Starbucks llamó a la policía y les dijo que no estaban consumiendo nada y además querían usar sus baños.
La escena donde los policías les esposaban sin ningún cargo, fue filmada.
Al día siguiente, ese Starbucks fue invadido por una multitud para protestar contra la segregación racial.
El presidente de la empresa, que tiene un discurso permanente sobre la responsabilidad social, reaccionó muy rápido.
Este hecho demuestra cómo la responsabilidad social empresarial puede mejorar la performance de una empresa y su penetración en los mercados.
Por el contrario, si falta esa responsabilidad social corporativa, puede ser un desastre y dar al traste con la imagen que la empresa había estado desarrollando desde hacía tanto tiempo.
Pero también es muy importante el desarrollo de la figura del consumidor consciente.
Es la gran herramienta política para el cambio, es el único con capacidad y potencia para presionar.
Desde luego.
En este ejemplo que ponías, el presidente de Starbucks actuó atinadamente porque todos los Starbucks de EEUU cerraron sus puertas por un día y sus 270000 empleados recibieron de nuevo un entrenamiento en materia de segregación racial.
Fue la respuesta correcta, sin la presión de una sociedad civil vigilante y de un consumismo social responsable, este hecho hubiera pasado desapercibido.
‘LA INDUSTRIA TABACALERA, COMO LA ALIMENTARIA,
GENERAN ADICCIÓN. AHÍ EMPIEZA LA DESIGUALDAD’
¿Cree que la sociedad está despertando?
Por supuesto que sí.
Otro ejemplo de consumidores conscientes se dio cuando se enfrenaron a las grandes sociedades de farmacias, que se supone que venden remedios para curar a la gente y además vendían cigarrillos a gran escala.
Digamos que uno de los puntos preferidos para comprar cigarrillos en EEUU era en una farmacia y se ve que la mayor cadena de farmacias de EEUU acusó el impacto de inmediato.
Nuevamente el consumidor consciente, entonces, tomó la resolución de cerrar la venta de cigarrillos en las 8000 farmacias y en lugar de eso, con imaginación, poner en el mismo lugar un espacio donde la gente pudiera consultar cómo dejar de fumar.
Por un lado perdieron una cifra de miles de millones de dólares por la venta de los cigarrillos y por otro lado crearon un bien público porque la gente no tenía lugares donde consultar cómo dejar de fumar. Eso les produjo tales resultados que inmediato se dieron cuenta de que podían ampliar ese servicio a todo tipo de consultas paramédicas.
Ahora, cuando uno entra en una farmacia, hay un apartado de consultas médicas donde a uno le dan el mejor trato.
La Responsabilidad Social puede crear bienes públicos que es a lo que voy, bienes que no existían y que el estado no los está creando y que esto es bueno para la empresa y bueno también para la sociedad.
La responsabilidad social de la ética, cerrando con lo que empecé, es ética en acción y no la inventó Kliksberg, la inventó la Biblia que dice que la propiedad debe ser utilizada con la máxima responsabilidad y fija una cantidad de parámetros éticos fundamentales, y entonces mañana todo será mejor y podremos tener sueños.
¿Con qué sueña Bernardo Kliksberg?
Sueño con un mundo mejor y para mí eso no son abstracciones.
Sueño con que la desigualdad baje, con que no haya pobreza, con que los 15000 chicos que mueren todos los días por causas evitables, no mueran, y porque haya muchas organizaciones, como la de ustedes, que se están ocupando seriamente de esos temas y que nos estimulan a todos. •
A través de los retratos de mujeres de todo el mundo que sufren discriminación, violencia de género o persecución y los relatos que han inspirado a más de 40 personalidades de prestigio de la cultura española, el reportero gráfico Francisco Magallón cristaliza en el libro “Mujer: todos somos una” una mirada sobre graves problemáticas que con frecuencia pasan desapercibidas a ojos de la sociedad.
Fuente: acnur.es
“La intención es concienciar, es hacerlas visibles, hacer como dice el libro en su título, que todos seamos una de ellas e intentemos transportar esa idea que 44 autores ha plasmado para dar voz a esas fotos de esas mujeres que nos prestaron su imagen para ser su altavoz”, indicó el autor.
En el libro han participado profesionales como la escritora Julia Navarro, la actriz y colaboradora de ACNUR, Elena Anaya, la compositora Cristina Narea o periodistas de la talla de Rosa María Calaf, entre otros, para dibujar un panorama compuesto por 44 relatos, cada uno acompañando a una fotografía e inspirados por ella.
El libro, impulsado por ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, fue presentado este martes 22 en la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género. Está editado por la editorial San Pablo, y una parte de sus beneficios se destinará a proyectos de ACNUR para mejorar la situación de mujeres y niñas.
“Aunque toda la comunidad que sufre un conflicto experimenta las consecuencias de éste, las mujeres y niñas se ven afectadas más drásticamente si cabe, por ser mujeres y por el estatus que las sociedades les asignan”, explicó en la presentación la Representante de ACNUR en España, Francesca Friz-Prguda.
La responsable de la Oficina de ACNUR en España recordó que, de los 65,6 millones de personas en situación de desplazamiento forzoso que hay en el mundo, más de la mitad son mujeres y niñas.
“Cuando vi los retratos de las fotografías del libro, sufrí una sacudida, traté de ponerme en la piel de ellas y sentí por un lado ilusión, rabia y el respeto hacia ellas que reflejan las fotos”, añadió la escritora Julia Navarro, que toma parte en el libro con el relato “Te veo, ¿me ves?”.
Por su parte, la periodista Rosa María Calaf denunció la situación de “miles y miles de mujeres y de niñas cuyo enorme problema es que no tienen ninguna opción. Nacen y mueren, y en medio no intentan nada más que sobrevivir”.
La activista somalí Asha Ismail, víctima de mutilación genital y una de las mujeres retratadas en el libro, dio testimonio de su terrible experiencia y lo que le hizo tomar la decisión de luchar contra esta práctica fuertemente arraigada en la cultura de su país, a la que se somete a millones de niñas en todo el mundo: dar a luz a una niña.
“Cuando me la pusieron en los brazos, sabía que a esa niña tenía que protegerla y que no podía pasar por lo que había pasado yo”, contó Asha, fundadora de la ONG ‘Save a Girl, Save a generation’.
El filósofo y escritor es una de las mentes más brillantes de nuestro país. Con una sátira implacable y una reflexión propia de un gran pensador, Savater se adentra en los temas más relevantes de la sociedad española enseñándonos cómo la filosofía se convierte en la respuesta a muchas preguntas.
Fotografía SARA TORRES
¿Qué puede aportar la filosofía a nuestra sociedad actual?
La filosofía es una reflexión sobre esas preguntas que no son meramente instrumentales. La filosofía se hace preguntas sobre lo que somos y nos ayuda a tomar conciencia de lo que significa vivir y ser humano.
La filosofía está a punto de ser eliminada de las aulas. ¿Qué opina de este tema?
Yo creo que es una pérdida irreparable. A mí me parece que la filosofía, ahora que la religión debe ser algo optativo, es un buen inicio que ayuda a los jóvenes a comenzar una reflexión importante porque nace en el mismo lugar y en el mismo momento que la democracia y, de algún modo, representan lo mismo; una en el terreno político y otra en el intelectual.
¿Se puede o se debe ser optimista en estos momentos?
Los optimistas dicen ‘dejemos las cosas que ya se resolverán solas’ mientras que el pesimista dice ‘no hay nada que hacer’. Ambas son formas de pereza, yo creo que lo importante es tener una visión activa. Lo que tenemos que hacer es plantearnos la siguiente cuestión: si nosotros no resolvemos los problemas nadie lo hará, estamos solos ante ellos y tenemos que afrontarlos.
La ética es una rama de la filosofía, ¿qué consejos le daría en este sentido a nuestros políticos?
Más que consejos, lo que tenemos que tener claro es que en una democracia todos somos políticos. Los que mandan son los mandados; aquéllos a quienes nosotros les hemos mandado mandar así que lo único que puedo decir es que lo peor de los políticos es lo mucho que se parecen a quienes los han elegido.
En su obra Ética de urgencia se mantienen unos diálogos con jóvenes sobre las cuestiones que más les preocupan. ¿Cuáles son estos temas?
Los jóvenes están preocupados sobre todo por cuestiones laborales y económicas aunque la política y el tema del desprestigio de las instituciones también les interesa mucho. En general, los temas o problemas de la actualidad son los que más les preocupan.
Dentro del contexto de la enseñanza, para los griegos la teoría solo era una forma de no llegar a la práctica: el verdadero conocimiento. ¿Por qué no hay una escuela de buenas prácticas que forme a los futuros dirigentes de un país?
Bueno, esta visión del conocimiento en Grecia es errónea. Esto de que la teoría solo es un paso para llegar a la práctica es una versión muy moderna pero sí que es cierto que para ellos la práctica es muy importante. El problema es que la práctica política no tiene unas lecciones claras por lo mismo que no hay unas lecciones claras para ser ‘humano’.
Sabemos que hay valores como la honradez, la solidaridad, la sinceridad, etc. pero la política no es como la carpintería u otras técnicas humanas que tienen una finalidad mecánica que se puede enseñar. La política es el arte de congeniar diferentes objetivos con diversas voluntades políticas y no admite unas lecciones técnicas.
¿Cómo ve la situación del periodismo en esta crisis en la que está inmerso?
Los soportes del periodismo, los periódicos como tal creo que tienen los días contados; solo es cuestión de tiempo. Para los que amamos el papel es una pérdida irreparable pero la verdadera pérdida en el sentido cultural de la palabra, sería que se perdiera el periodismo.
Pero se están perdiendo los valores clásicos, ¿no? Sobre todo el de servicio público ahora que está todo tan mediatizado y monetizado…
En la película ‘Ciudadano Kane’, en la época de la guerra de Cuba, ya se contaba la historia de un hombre que se convertía en un gran magnate de la comunicación. Además, ahora con la época de Internet es más fácil hacerse un hueco en la Red si no te convencen los medios tradicionales. Si tuviéramos que hacer estadísticas, yo creo que ahora hay más posibilidades de distinguir las opiniones contrastadas de las que no tienen ningún respaldo. De hecho, debido a esto, hoy debería ser más fácil que nunca mantener esa pluralidad informativa.
Hablando de crisis, ¿tiene esta sociedad una crisis de valores?
Los valores nacen de una crisis, son el choque entre lo que vemos que es y lo que creemos que debe ser. Si todo fuera bueno no habríamos descubierto los valores. En nuestra época consideramos que hoy la humanidad está muy desarrollada tecnológicamente, que hay medios para acabar con las enfermedades, el hambre y las guerras y, sin embargo, estamos viendo que la realidad no es esa.
Entonces tendrán que surgir unos nuevos valores de esta crisis, ¿no?
Ojalá. Yo creo que lo importante sería eso, aprovechar este choque entre la realidad y lo que nosotros hemos considerado siempre como positivo. Pero para que surjan los valores necesarios como que hay que reformar las instituciones, hay que dejar de mirar con una perspectiva tribal y hay que mirar a escala planetaria puesto que los problemas a los que se enfrenta nuestra sociedad son globales. Creo que se pueden hacer muchas lecciones valorativas y positivas de esta coyuntura que es la crisis.
En una ocasión dijo que los ciudadanos no tienen por qué estar de acuerdo con las medidas que tomen los tribunales. ¿Cree correcta la decisión del Tribunal de Estrasburgo de tumbar la ‘doctrina Parot’?
Bueno, los ciudadanos no tienen por qué estar de acuerdo pero sí deben respetarlas. Yo comprendo que haya muchas personas que tengan objeciones pero el Tribunal de Estrasburgo, por otra parte, aporta una sentencia que tiene fundamento. Había dos opciones así que parte del Tribunal consideró viable el uso retroactivo o retrospectivo de los beneficios penitenciarios. Esto es lo que se discutió, no la doctrina misma que hoy sigue vigente. La mayoría de la gente como no sabe esto, simplemente dice que han soltado a los presos cuando la mayoría de los que han estado saliendo, habían cumplido ya casi 30 años de prisión.
¿Qué opina de los casos de corrupción que están salpicando la actualidad política de nuestro país?
Bueno, la política y todo lo demás… (risas). Muchos caen pero, bueno, yo creo que la corrupción son malos comportamientos que surgen allá donde hay libertades, poder y personas con posiciones elevadas. El problema de todo esto es la impunidad, es decir, que la corrupción quede sin castigo, que no sea controlable, que las personas ocupen puestos en los que pueden delinquir sin miedo a los castigos, o que los castigos sean mucho menores para ellos. Esta impunidad sí que es desmoralizadora. Lo que hay que hacer es instrumentar todas las garantías políticas para que esto no sea posible. La ley de transparencia es muy importante en este sentido para tratar de evitar esta clase de abusos. Lo importante es que en caso de que se cometan (porque aunque haya garantías siempre seguirán existiendo posibilidades para hacerlo), tengan un castigo ejemplar como para disuadir a quienes tengan ganas de seguir por ese camino.
En estos tiempos de indignación, desencanto y desconfianza hacia las instituciones y los gobiernos, ¿cómo ve el papel de la monarquía?
Efectivamente la monarquía está tocada en primer lugar por cuestiones referidas a la coronación y malos usos o comportamientos públicos. En España hubo mucho tiempo en que muchas personas no gozaban de un entusiasmo monárquico pero consideraban que desde el punto de vista pragmático la monarquía resolvía problemas y era, en esa época de separatismos y nacionalismos, o podía ser un antídoto contra esas cosas; un poco como el símbolo del país junto y unido. Lo que ocurre es que este pragmatismo también choca cuando la monarquía en vez de resolver problemas, los crea. Y en esta época se ha visto que, efectivamente, la monarquía (más concretamente el caso español) tiene que responder ante los tribunales y que no puede estar por encima de las leyes.
¿Qué opina de la imputación de la infanta Cristina? ¿Da su caso una sensación de transparencia en la Justicia española?
En lo que estoy de acuerdo con el Rey es en que todos somos iguales ante la ley. Iguales en el sentido de que nadie debe tener más beneficios independientemente de su cargo o representatividad pero tampoco se les debe arrastrar por el fango o hacer retratamientos más humillantes que a los demás. Se debe tratar a la infanta como a cualquier otra persona que se encuentre en sus mismas circunstancias: sin beneficios y sin especial ensañamiento.
¿Cree que España es un país maduro en cuanto a independencia judicial?
Pues sí, tengo y quiero pensar que así es. En la época de Franco a toda la gente que pedíamos democracia se nos decía que España no estaba madura para ello, como Francia por ejemplo. Bueno, yo quiero pensar que los dos somos países maduros y, por lo tanto, la independencia judicial es algo que nos deberíamos exigir. Que los órganos superiores de los jueces estén repartidos entre grupos políticos, que los jueces verdaderamente tengan la indepencia como un papel propio que les separe de los poderes legislativos y ejecutivos.
En una ocasión dijo que ‘la protesta sin propuesta no sirve de nada’. ¿Cree que es eso lo que le falta a los ciudadanos y movimientos de este país para poder hacer frente al sistema?
Bueno, a algunos sí. No hay que hacer frente al sistema sino hacer críticas al mismo, porque no conozco a nadie que tenga una alternativa mejor al sistema. El sistema es la democracia occidental en la que vivimos y que en algunos países funciona mejor que en otros. Es verdad que sí hay partidos políticos y grupos que sí tienen propuestas. Precisamente los que optamos por unos partidos frente a otros es porque consideramos que tienen mejores propuestas que los otros.
Yo creo que en España hay una tendencia a veces a confundir el gamberrismo urbano con la acción política, que tiene poco que ver, al igual que otras veces se considera que la simple maledicencia es pensamiento crítico y por eso determinados programas de televisión y determinados ‘coristas’ se convierten un poco en mentores de la sociedad. Los chistes y los chismes están al alcance de todo el mundo pero las ideas ya exigen un poco más de esfuerzo. Yo creo que sí, que efectivamente hacen falta propuestas porque protestar está bien pero eso es solo un inicio, a partir de ahí hace falta entender verdaderamente qué razones cuentan aquello o aquellos contra lo que estamos protestando para poder sustituirlo por algo que sea mejor.
Sabemos que la clave reside en la educación, ¿cree que falla el sistema educativo en la formación de los jóvenes?
El sistema educativo es algo muy complicado. Hay cosas que van mejor, otras peor… La educación es una asignatura pendiente desde el mismo momento en que se reflexiona sobre ella. Ya en el siglo XVI escritores como John Locke parten de la base de que ‘todo el mundo se queja de la educación’. Esto es algo que viene de antaño pero sí que es cierto que la educación hay que mejorarla, transformarla, reflexionar sobre ella, etc.
Hay cosas que es evidente que fallan como por ejemplo el hecho de que haya tantos planes educativos que no llegan a cumplirse por completo porque enseguida ya viene otro gobierno que lo deroga y saca otro nuevo que ‘desmiente’ al anterior. Esto nos hace mal. También el hecho de que haya diferentes planes educativos según las comunidades autónomas y que no existan en este tema competencias centrales homologadas por parte del Estado para todas las asignaturas. También es perjudicial el hecho de que asignaturas como educación para la ciudadanía, que son básicas en este país y que se está viendo que hacen tanta falta, hayan sido sustituidas por prejuicios clericales, reivindicando que se mantenga la religión que no tiene nada que hacer en un sistema educativo laico. Desde luego que sí que hay muchas cosas que se podrían corregir, sobre todo la visión de que la educación tiene que formar ciudadanos completos. Hay educaciones que solo crean empleados para que cuando terminen de estudiar estén colocados. Eso no está mal pero lo que tiene que hacer la educación es formar buenos ciudadanos y, en última instancia, fomentar la humanidad de las personas, aunque esto último ya lo veo un plan quizá demasiado ambicioso.
Con respecto a este tema, ¿qué opina de la fuga de cerebros? ¿Son siempre los jóvenes los que pagan las consecuencias?
Que un joven se vaya a fuera no tiene por qué ser algo negativo. El caso de los jóvenes que se van porque no tienen futuro sí que es un caso ya más preocupante y que, además, supone una gran pérdida sobre todo para el país. El hecho de que un joven con una buena preparación tenga que irse a fuera en busca de un futuro mejor supone una gran incomodidad para el propio joven pero la gran pérdida es para el país porque hemos sido nosotros los que hemos costeado esa educación en buena medida y nuestro país necesita de estos cerebros. El problema es que el joven se va y a lo mejor encuentra más beneficios estando fuera. Es una lástima que muchas personas que podían ser útiles para este país tengan que marcharse dejando así un hueco en las posibilidades de desarrollo del país de cara al futuro.
¿Qué opina del modelo de sociedad en el que vivimos? ¿Cree que es excesivo el individualismo del ciudadano actual, que debería estar más preocupado por las causas comunes?
El individualismo no tiene por qué ser opuesto a una visión social de las cosas. El individualismo es una idea de responsabilidad y autonomía de la persona. Ser individualista no es estar aislado necesariamente en vez de pensar que las cosas dependen de lo que está fuera de uno, pues considera que es el responsable de sus acciones y que su libertad tiene que tener un sentido propio. Esto no quita para que cualquier persona racional se de cuenta de la importancia de lo social sobre el desarrollo del individual. Óscar Wilde decía que todas las sociedades evolucionan hacia la producción de más individualismo pero no de un individualismo aislacionista sino como responsabilidad de los individuos por el funcionamiento de lo colectivo.
¿Cree que está en crisis el capitalismo?
Parece que sí pero lo cierto es que hay algunos países en donde funciona mejor y en otros peor y en general se ha visto que determinados mecanismos del capitalismo como por ejemplo la desregularización, la especulación sin control de los mercados, el hecho de que no haya supervisión de los mismos, la existencia de paraísos fiscales, etc. todo esto son problemas que evidentemente tiene el capitalismo pero, insisto, de momento no tenemos ninguna otra cosa: no tenemos otro sistema menos malo.
Dentro de este cambio social que es evidente que necesitamos, ¿qué cree que puede aportar la filosofía?
Como hemos dicho, la filosofía no es un mecanismo práctico sino un mecanismo de reflexión. Yo creo que las personas reflexivas, las personas más conscientes de sí mismas que viven a propósito, que no viven simplemente por imitación o por seguir las modas sino que lo hacen de una manera más autónoma, son más capaces también de afrontar en la sociedad las cuestiones de una forma más eficaz. También puede ser que esto no ocurra pero las preguntas instrumentales de la filosofía tienden hacia la práctica.
¿Tiene esperanza en el ser humano? ¿Es optimista?
Quiero pensar que con esta coyuntura de la crisis surgirán algunas mejoras necesarias porque de todas estas crisis salen aspectos positivos pero se pagan precios tan altos y los sufrimientos son tan grandes a veces que uno vacila si verdaderamente merecía la pena o no. ¿Mereció la pena la Segunda Guerra Mundial aunque luego se sacaran conclusiones buenas de ella?
Como sabe nuestra revista se llama Anoche Tuve Un Sueño. Cuéntenos, ¿con qué sueña Fernando Savater?
Con los años los sueños están más curiosamente apegados al momento, los sueños más entendidos hacia el futuro son más propios de la juventud. Yo con lo que sueño ahora es con que este país de alguna manera salga sin deshacerse o desunirse de esta crisis, que de alguna forma las promesas comunes o el buen rollo que hubo al final de la dictadura con el principio de la transición democrática se recupere y arreglar los mecanismos económicos y sociales que se han roto y que han hecho sufrir a tanta gente. Con este sueño tan ambicioso yo creo que me conformo.