Da la impresión de que predominan los asesinos, dementes, desvergonzados, haraganes, corruptos… cuando, por fortuna, predominan los seres humanos solidarios, generosos, que se desviven por atender a los demás.
Múltiples malos ejemplos que se divulgan a los cuatro vientos cuando los más numerosos buenos ejemplos permanecen en los grandes ámbitos de lo silenciado.
Cuando se comunica lo extraordinario, lo insólito, lo que no tiene lugar habitualmente -que por esto es ‘noticia’- se debería acto seguido indicar cuál es la incidencia, qué grado de alarma social conllevan, qué atención ciudadana merecen.
Cuando, por ejemplo, leo o veo sucesos escolares muy poco edificantes, pienso que hay más de ochocientos mil docentes en España y unos diez millones de alumnos en los distintos grados, la mayoría de los cuales observan una conducta apropiada y, con frecuencia, excelente.
En consecuencia, debe destacarse la excepcionalidad de los acontecimientos que se cuentan o su trascendencia porque, de otro modo, progresivamente sólo interesa y preocupa el estado del músculo abductor que permitirá o no que tal futbolista pueda intervenir en la próxima contienda.
En resumen: además de las ‘noticias’ sobre desastres, asesinatos, catástrofes…comuniquen, por favor, informaciones sobre hechos que pongan de manifiesto la inmensa bondad que anida, por fortuna, en tantas personas…y aquellos que resultan en beneficio de toda la humanidad.
Hace tan sólo unos días expusimos, con gran alegría, la prevención -que siempre es la mayor victoria- de enfermedades metabólicas en el neonato gracias a la ‘prueba del talón’.
Estas alteraciones moleculares, si no se detectan y tratan a tiempo, originan un gravísimo deterioro neuronal irreversible.
En las últimas cinco décadas se han evitado estas discapacidades en más de cinco mil personas, que viven con total normalidad.
Que los medios de comunicación ponderen el valor de la prevención, que insistan en la importancia de invertir en salud y bienestar, en un nuevo concepto de seguridad que permita evitar o aminorar el efecto de las catástrofes naturales o provocadas, que exalte las actividades de tantos voluntarios que mitigan sufrimientos ajenos.
Sí, por favor: ¡dennos también buenas noticias! •
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FEDERICO MAYOR ZARAGOZA, presidente de la Fundación Cultura de Paz, exdirector general de la UNESCO.
Por el interés general, la democracia debería, para ser auténtica, disponer de los mecanismos que no permitieran que la ‘mayoría parlamentaria absoluta’ (la palabra ‘absoluta’ es incompatible con ‘democracia’) aprobara leyes que cuentan con el rechazo unánime de la oposición y que, por tanto, durarán lo que dure el partido en el gobierno, aumentando la objeción de conciencia y la desobediencia ciudadana.
Para impedir el funcionamiento del ‘rodillo’ mayoritario, especialmente en leyes relativas a aspectos esenciales, pilares de la democracia, como la educación, la justicia, la sanidad, los derechos humanos, etc. que afectan a toda la sociedad, es apremiante incorporar los valores democráticos como ejes del comportamiento cotidiano de los ciudadanos.
Democracia política, social, económica, cultural, internacional: éstas son las principales dimensiones que incluye la Declaración que hemos elaborado para que, en poco tiempo, sean realmente ‘los pueblos’ y no unos cuantos encumbrados en inapropiadas estructuras de representación, los que tomen en las manos las riendas del destino común.
El poder ciudadano –ahora, por fin, gracias a las nuevas tecnologías, capaz de expresarse libremente- debe, en una inflexión histórica de la fuerza a la palabra, sustituir los andamiajes actuales por sólidas estructuras democráticas.
Empezando, a escala local, por asegurar la independencia de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial en España; siguiendo, en Europa, por la construcción de una Unión política y económica, para que las arbitrariedades de una unión monetaria (se empezó la casa por el tejado) cesen de inmediato; y acometiendo, acto seguido, la eliminación de los grupos oligárquicos y plutocráticos que el neoliberalismo impuso en lugar de unas Naciones Unidas fortalecidas.
Haber centrado el futuro en el mercado, debilitando el Estado-nación y las instituciones multilaterales, es un error con un precio social enorme, que no puede disimularse en los flecos de la macroeconomía.
Sólo en un contexto genuinamente democrático la justicia social prevalecerá.
Y se pondrán plenamente en práctica los derechos humanos. •
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FEDERICO MAYOR ZARAGOZA, presidente de la Fundación Cultura de Paz, exdirector general de la UNESCO.