Sin disminuir ni un ápice la responsabilidad de Putin, debemos reflexionar con apremio y firmeza sobre las causas de esta guerra.
Debemos preguntarnos por qué Europa, que debía tener un papel cualitativo muy relevante a escala mundial, no ha figurado como interlocutor, absorbida por la OTAN, que se extiende hacia el este y habla en nombre de la ciudadanía europea.
Deber de memoria.
Acabamos de comprobar la irrelevancia de las Naciones Unidas, porque 196 países están a merced de la voluntad de cinco.
Y también la irrelevancia de la Unión Europea, que debe adoptar decisiones por unanimidad, lo que se traduce en 27 vetos, porque la unanimidad es la antítesis de la democracia.
Y por ello resulta que no es Europa sino la OTAN la que se expresa en su lugar.
Todas las crisis pueden convertirse en oportunidades de cambio.
La crisis actual, originada por la razón de la fuerza, puede convertirse en impulso de un gran movimiento mundial. en favor de la fuerza de la razón, de la mediación, de la palabra, de un multilateralismo democrático a escala mundial, que permita, cuando ya se apuran las posibilidades de acción ante amenazas globales irreversibles, la puesta en marcha efectiva de la Agenda 2030 y de los Acuerdos sobre Cambio Climático.
No podemos seguir abducidos por el inmenso poder mediático ‘arma de distracción masiva’, según acertada definición y advertencia de Soledad Gallego.
Nunca más espectadores, sino actores para la gran transición desde una cultura de imposición, dominio, violencia y guerra a una cultura de encuentro, diálogo, conciliación, alianza y paz.
Deber de memoria para la acción resuelta.
Delito de silencio.
Ha llegado el momento de una gran coalición global, liderada por las mujeres y la juventud, en favor de la paz y la no violencia.
La resolución de los conflictos en el contexto de un multilateralismo democrático que desplace la gobernanza de los G6, G7, G8 y G20.
Coalición mundial para la gran transformación de la fuerza a la palabra, reformando a las Naciones Unidas mediante una nueva composición de la Asamblea General.
Incluiría de verdad a ‘los pueblos’ con un 50 % de representantes de la sociedad civil, que se añadirían a los representantes (el otro 50 %) de los Estados, y donde el veto sería sustituido por porcentajes bien ponderados y equilibrados.
‘Nosotros, los pueblos’ para, ahora sí, poder mirar a los ojos de nuestros descendientes y decirles que no les dejaremos un planeta con la habitabilidad deteriorada.
Que las ojivas nucleares serán inmediatamente eliminadas; que los paraísos fiscales desaparecerán y los ingentes medios dedicados hoy a la defensa territorial también tendrán en cuenta la seguridad humana -alimentación, agua, salud, educación, cuidado del medio ambiente- de quienes habitan estos territorios tan bien protegidos.•
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FEDERICO MAYOR ZARAGOZA, presidente de la Fundación Cultura de Paz, exdirector general de la UNESCO.
Afganistán ha sido durante mucho tiempo un país sumido en rivalidades tribales,
guerras coloniales y conflictos geopolíticos.
Los afganos siempre han llamado a sus montañas ‘la tierra de la rebelión’, una tierra que no ha sido ocupada con éxito desde los tiempos de Alejandro Magno.
Aunque los invasores fracasaran, un paseo por los bazares de Kabul da testimonio
de su legado.
Así lo inmortaliza Steve McCurry.
Por ARANTZA DE CASTRO
Las fisuras de la sociedad afgana son profundas: el cisma entre sunitas y chiítas, la violencia entre clanes y tribus y las luchas y rivalidades de sangre dentro de los diferentes linajes son algunas de ellas.
Sin embargo, en medio del caos y los conflictos arraigados nacen estas imágenes de una belleza sobrecogedora, la retrospectiva definitiva del trabajo de Steve McCurry, que presentan un pueblo herido y orgulloso.
‘SON GENTE ORGULLOSA, QUE MIRA DE FRENTE, TANTO DESDE EL DESDÉN COMO DESDE LA CURIOSIDAD’
Marcado por profundas divisiones tribales, étnicas y religiosas, Khurasan -como los afganos han llamado a su tierra durante los dos últimos milenios- solo ha tenido unas pocas horas de unidad política.
Sin embargo, en medio del caos y los conflictos arraigados, nacen estas instantáneas.
En concreto, 140 impactantes imágenes fruto de sus viajes a lo largo de casi 40 años en los que ha vivido expuesto a los peligros que son parte inevitable de la vida de aquellos fotógrafos que siempre están en movimiento y explorando el mundo.
En ellas presenta un país aparentemente asolado, pero a la vez hermoso y de una humanidad inusitada y cautivadora.
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Son gente orgullosa, que mira de frente, tanto desde el desdén como desde la curiosidad:
estos son los rostros desafiantes, de hombres y mujeres, de las magníficas fotografías de Steve’, explica William Dalrymple, escritor, historiador e historiador del arte responsable de los textos que acompañan a esta retrospectiva editada por Taschen.
Desde el desierto de Kandahar hasta las calles de Kabul y los remotos ríos de Nuristán, el objetivo del fotógrafo de Magnum ha documentado la vida de sus habitantes.
Su impactante retrato de 1984, ‘Niña afgana’, ha ocupado portadas de revistas de todo el mundo. Digna y elegante a partes iguales, su presencia sigue fascinando.
McCurry a menudo se ha aventurado en territorio hostil.
Por lo general, asumiendo un enorme riesgo.
En su primer viaje a Afganistán, en 1979, se vistió con ropas afganas para cruzar ilegalmente la frontera con Pakistán.
El fotógrafo haría muchas veces ese viaje a una tierra traicionera e impredecible con la presencia consecutiva o simultánea de muyahidines, rusos o talibanes.
Muchos otros han seguido sus pasos, pero ninguno ha vuelto con un trabajo tan impecable.
Y es que, al igual que sucede en gran parte del trabajo de McCurry, la imagen tiene una calidad intemporal y pictórica totalmente ajena al telón de fondo de la tormentosa región en la que fue tomada. •
Es un clamor ciudadano: cuando vivimos con preocupación creciente una crisis económica europeo española de una gravedad extraordinaria, vemos estupefactos que la Unión Europea es incapaz de decidir sobre su autonomía en materia de seguridad.
Seguimos dependiendo de la OTAN y pagando inmensas facturas:
Ahora mismo, en España, cuando no hay dinero para la salud, educación o ciencia se abonan casi 2.000 millones de euros por ‘deudas de armamento’ correspondientes a material de guerra adquirido hace años.
‘Hemos comprado material que no necesitábamos con dinero que no teníamos’.
Tuvo el valor de declarar la Ministra Carme Chacón.
¿Por qué no sabemos los ciudadanos cuánto, cuándo y quién ordenó estas compras desmesuradas?
¿Por qué sigue la opacidad en cuestiones tan importantes para el cambio radical que la presente crisis sistémica exige?.
Y, por si fuera poco, ahora parecen estar interesados en unirse los productores europeos de bombarderos, cohetes, etc para poder competir con los de Estados Unidos.
‘Los inversores y los gobiernos europeos están muy preocupados por las posibilidades de unión de los gigantes europeos aeroespaciales’, publica The New York Times el 14 de septiembre y, un día antes, en El País se anuncia que EADS (European Aeronautic Defence and Space) y BAE (BAE Systems de Inglaterra) negocian crear este coloso.
Puesto que en USA han decidido trabajar conjuntamente Lockheed Martin y Boing, ahora pretenden hacer lo mismo en Europa, con un capital inicial de 49.000 millones de dólares.
Ha llegado el momento de oponernos radicalmente a que cada día se destinen –no me cansaré de repetirlo- 4.000 millones de dólares en armas y gastos militares al tiempo que mueren de hambre más de 60 mil personas y miles de millones viven en situación de extrema pobreza.
Ha llegado el momento de hacer inversiones en otras cosas y dejar de una vez la inclemente preparación de la guerra (‘Si quieres la paz, prepara la guerra’) que lleva a la mayoría del mundo a tener que vivir con gran penuria afectando, además, la habitabilidad de la Tierra.
Es correcto ocuparse de la seguridad de la aviación civil pero los aviones de guerra –menos mal que el Presidente Obama ha suspendido la producción del F-35, que costaba más de 300 mil millones de dólares- y, sobre todo, los drones, deben regularse estrictamente.
También aconsejo, sinceramente, no preocuparnos tanto por viajar a Marte y la Luna.
Ocupémonos de la Tierra, viajemos por la Tierra para apercibirnos, de una vez, de que lo único que importa es cada vida humana, este misterio, quizás milagro, capaz de crear, capaz de inventar un futuro distinto, un nuevo amanecer.•
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FEDERICO MAYOR ZARAGOZA, presidente de la Fundación Cultura de Paz, exdirector general de la UNESCO.
Son las caras de la guerra.
Más de diez millones de personas han huido de sus hogares en Ucrania en los últimos dos meses.
Hay más de cinco millones de refugiados en otros países, lo que la convierte en la crisis de refugiados de más rápido crecimiento desde la Segunda Guerra Mundial, y 6,5 millones de personas permanecen desplazadas dentro del país.
Detrás de cada cifra hay una historia de desarraigo.
Anoche tuve un Sueño ha viajado hasta Medyka (frontera de Polonia con Ucrania) y Cracovia para contar de primera
mano la situación de los refugiados ucranianos y lo ha hecho acompañada por el socio director del despacho de abogados Ius Aequitas Trial Lawyers, Eliseo M. Martínez, en su firme compromiso por ofrecer asistencia legal a todos aquellos que han tenido que dejar atrás su país, sus trabajos, sus estudios, en definitiva, sus vidas, por la invasión rusa de Ucrania.
Las visitas a los campos de refugiados son obligadas y toda ayuda es poca en esta situación de emergencia humanitaria.
Por JULIA HIGUERAS
Fotografía ALFONSO OHNUR